Capitulo 13: Después de la tormenta...

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Entonces escuché la puerta abrirse de nuevo y me sobresalté un poco, solo era Oliver, pasó y cerró la puerta con seguro, para que nadie molestara supuse, entonces me pasó mi bolso, en la otra mano traía una botella de agua que me pasó.

-Gracias...-. Le dije tímidamente, la verdad estaba bastante avergonzada por todo lo que el acaba de observar. Creo que las únicas personas en el mundo que me habían visto tener una crisis así eran mis padres y mi mejor amiga Vanessa, desde que estaba pequeña. Sin contar el número de doctores y enfermeras británicas, me daba escalofrío el solo pensar en ellos, aunque analizándolo bien, no tenía recuerdos claros y específicos de ese lugar, supongo que eran solo como vestigios de fantasmas en mi memoria que iban y venían a causa de los medicamentos que me daban...

Se formó un silencio en el lugar, pero Oliver no forzó ninguna conversación, solo se quedó sentado mirándome, esperando a que yo hablara a mi propio ritmo...

-Lo siento...- Le dije –Lamento todo esto...-. Repetí sin siquiera el valor de mirarle a los ojos, apartando la mirada de él, pero sentí como se levantaba de la silla del otro lado del escritorio y venía hacia mí, para sentarse junto en frente, tomó mis manos entre las suyas...

-No tienes por qué disculparte...-. Me dijo con cuidado tomando mi mentón y alzando mi rostro para que pudiera verlo a la cara, tenía una mirada de compasión que no había visto antes, era como si este Oliver hubiera estado escondido entre mil capas de arrogancia y frialdad.

-Es que...yo...ella...- Iba a comenzar a hablar pero las palabras no me salían, simplemente se me hizo un gran nudo en la garganta mientras mis ojos se volvían a llenar de lágrimas, entonces Oliver me abrazó, recostando mi cabeza en su pecho, al principio dude, pero luego lo rodeé también con mis brazos.

-Shhhh...-. Me dijo el para calmarme un poco –No tienes que contarme nada, no ahora...solo quiero saber una cosa..-. Me indicó para que me quedara en silencio un par de segundos, a su lado, expectante a su pregunta, no se separó de mí... -¿Tiene que ver con esa mujer, que estaba con mi madre?-. Me preguntó y alcé la mirada para verlo y asentir, volviendo a llorar, el asintió y como me dijo no me preguntó más nada, se quedó en silencio, abrazándome, haciéndome sentir bastante aliviada, era como si una especie de calma y paz saliera de él y llegara justo a mí, haciendo que todo alrededor pareciera desaparecer y solo quedáramos nosotros dos, suspendidos en el tiempo...

Así pasaron un par de segundos, o minutos, la verdad es que no tenía noción alguna, hasta que me separé de él, limpiando las pocas lágrimas que quedaban en mis ojos. Se escuchó un ruido en la parte de abajo y Oliver se asomó en la ventana del estudio para ver que sucedía.

-Ya se fueron...- Me informó para que estuviera mas tranquila. -¿Quieres que te lleva a tu casa? ¿O quizás prefieras quedarte aquí a pasar la noche?-. Me dijo y lo miré algo sorprendida por su proposición, de repente se había vuelto una de las personas más amables que conocía, pero yo negué con la cabeza, creo que ya había pasado suficiente vergüenza por un día a parte del hecho de que me sentía de lo peor y lo que mas anhelaba era estar en mi cama, junto a la ventana con mi pequeño perrito de peluche que me había regalado mi madre cuando tenía 3 años.

-No quiero molestarlos más...creo que iré a casa-. Le dije levantándome de la silla y tomando mi bolso para salir, la verdad estaba bastante avergonzada con Oliver, me costaba verlo a la cara con normalidad después de que me viera tirada en el piso llorando sin razón –Tomaré un autobús en la esquina...-. Le dije preparándome para salir de ahí, mientras caminaba hacia la puerta pero él me tomó del brazo y me detuvo.

-De ninguna manera...yo te llevaré a casa, no dejare que vayas sola por ahí-. Me dijo en tono sobreprotector, tomando una chaqueta que estaba junto a la puerta y luego abriéndola para que yo saliera.

Escuché unos pasos del otro lado del pasillo, era Thea, por un momento me había olvidado por completo de su existencia y la del trabajo que estábamos haciendo, que por suerte Oliver traía en la mano, después de recogerlo de todo el piso.

-________ ¡Te estaba buscando! -. Exclamó ella, mientras venía caminando hacia nosotros. -¿Dónde te habías metido?-. Me preguntó, pero antes de que yo pudiera abrir la boca, Oliver Queen respondió por mí.

-Hubo un problema con la impresora, la estaba ayudando a repararla...-. Dijo Oliver pasándole el trabajo a su hermana que lo miró con el ceño fruncido, como si Queen no fuera capaz de ayudar a nadie, pero tampoco dijo nada en contra -_________ ya se iba, la voy a llevar a su casa-. Le informó a Thea, para luego bajar las escaleras, la mirada de Thea se dirigió directamente a mí.

-¿Desde cuándo te llevas bien con mi hermano?-. Preguntó ella con una ceja alzada, aun asimilándolo.

-No me llevo bien...solo se ofreció a llevarme-. Le dije encogiéndome de hombros, restándole importancia a la situación, cuando la verdad era que yo estaba igual de sorprendida que ella.

-Bien...-. Dijo sin quedar muy convencida –Nos vemos el lunes-. Me dijo después para darme un beso en la mejilla y despedirse de mí, después de eso, seguí a Oliver escaleras abajo, el estaba en la puerta de la casa esperándome, apenas abrió la puerta vi a John Diggle ahí.

-Srta, me alegro de verla-. Me dijo Diggle con una sonrisa.

-Yo también me alegro de verte Dig-. Le dije al hombre que en realidad me agradaba.

-¿A dónde señor?-. Preguntó él para saber a dónde nos dirigíamos, era una especie de guardaespaldas y aveces chofer, pero Oliver negó con la cabeza.

-Solo la llevaré a su casa-. Le dijo Oliver quitándole las llaves de las manos a Diggle –Llámame si algo más ocurre-. Le dijo, refiriéndose a algo en específico pero no se a qué, Diggle asintió entendiéndolo a perfección, era obvio que hablaban de algo que yo desconocía, pero no me importo demasiado ni me puse a pensar en ello. Seguí a Oliver que abrió la puerta del auto y me dejó pasar, podía ver de reojo la mirada entornada de Jhon Diggle, extrañado de que Oliver no le dejara acompañarnos, de alguna manera me hizo sentir más cómoda solo ir con Oliver.

Él se montó en el auto y salimos de la propiedad de los Queen, encendió la música y colocó una canción... que me hizo quedarme completamente sorprendida... comenzó a sonar por los altavoces, 'Silencio' de Beethoven, mis ojos sorprendidos se dirigieron a Oliver, que me miró de inmediato.

-Puedo cambiarla-. Dijo acercando su mano al reproductor del auto, pero lo detuve antes de que lo tocara, en realidad era una de mis canciones favoritas en el mundo, el sonido de las teclas del piano lograba calmarme sin importar lo mal que me sintiera... me recordaba a estar sentada en una ventana en Londres, mientras la lluvia caía y esa canción era lo único que me trasladaba a un mejor lugar, eran solo esas notas las que me hacían salir de esa institución y volar alrededor del mundo, aunque fuera solo en mi imaginación.

-Es una de mis canciones favoritas...-. Le dije y el me miró con una pequeña sonrisa en el rostro.

-Que coincidencia...- Me dijo volviendo su mirada a la carretera, pensando en algo muy a lo lejos –Cuando volví de la isla...-. Comenzó a hablar –No podía dormir por las noches, aun...-. Dijo recordando con algo de dolor –Aun me cuesta dormir, conciliar el sueño, con tantos recuerdos...esa canción, es una de las pocas cosas que me da tranquilidad-. Me contó y me di cuenta en ese momento que no éramos tan diferentes como creía...

Save me From The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora