Dear Max ~ Max Verstappen

Capítulo 52 - Entender el pasado

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9 de julio del 2024. Montecarlo, Mónaco.

Emma

—Mmm, tenemos que levantarnos...

—No quiero, tengo sueño... —contesté, aun con los ojos cerrados—. Es muy temprano...

Max rió levemente y acarició la pierna que tenía recargada sobre sus caderas.

—Yo sé que es muy temprano, pero para nuestra bendición y desgracia, tenemos 2 hijos que dependen completamente de nosotros. No tenemos opción, cariño. Debemos levantarnos.

Solté un fuerte gruñido y me senté sobre la cama. Prácticamente, no habíamos dormido nada, aunque bueno, había sido por una buena razón.

Max y yo estábamos bien, bastante bien, extremadamente bien. Después de nuestra segunda "luna de miel" en París, las cosas entre nosotros estaban avanzando como viento en popa.

Y no, no solo era por el sexo; la forma de comunicarnos había cambiado completamente. Las palabras entre nosotros eran fluidas y cariñosas todo el tiempo, y a decir verdad, habían pasado semanas desde la última vez que había pensado en aquella terrible noche. Simplemente, ese pequeño gran trauma había desaparecido de mi memoria a corto plazo, lo que era una bendición.

Todo funcionaba como antes, y en serio esperaba que siguiera siendo así.

—Amo a mis hijos, amo a mis hijos, amo a mis hijos... — Me repetí a mí misma en voz baja una y otra vez mientras me levantaba de la cama.

—Sigue repitiendo eso, quizás después de la repetición número 1000, ya no estés enojada con ellos por despertarte temprano— bromeó el piloto, quien también se levantó y caminó conmigo hasta la habitación del baño.

—No estoy enojada con ellos, simplemente... es difícil tener que despertar temprano todo el tiempo, ¿sabes? — solté un fuerte suspiro. Caminé hasta la regadera y abrí la llave del agua caliente —. A veces solo quisiera despertar un poco más tarde y echar flojera toda la mañana, o hasta una hora más decente.

—Supongo que ese es el sueño de todos los padres — rió levemente e ingresó a la regadera. Dio un paso hacia atrás para dejarme pasar, cosa que hice inmediatamente. Dejándome embriagar por la sensación del agua caliente golpear mi piel desnuda.

—Yo amo a mis hijos...

—Lo sé.

—Pero es tan difícil ser mamá.

—Nadie dice que no lo sea — dejo un corto beso sobre mi hombro —. Hasta los padres más experimentados tienen sus momentos de estrés y desesperación.

—Sí, supongo que tienes razón en eso, pero justo en este momento en el que estoy muriendo de sueño, tus palabras... no están sirviendo de mucho.

Mi esposo soltó una carcajada ronca y acarició mi cintura.

—Bueno, me disculpo por eso, yo soy el culpable de tu cansancio, pero es que no pude resistirme. Anoche te veías realmente apetitosa con esa pijama.

—Cuando dices la palabra "apetitosa", me hace sentir como un pastel — tomé el shampoo —. Además, ni siquiera me veía sexy, llevaba puesto un short y una blusa de tirantes, ¿dónde le ves lo apetitoso a eso?

—Dónde no, te veías preciosa — tomó el jabón de cuerpo de la barra y lo esparció sobre su torso —. Como sea, si quieres, duerme un rato más, yo me encargo de los niños.

—Mm, ahora me haces sentir como una madre desobligada.

—No lo eres, solo eres una mamá que necesita descansar — besó mi mejilla —. Anda, báñate para que te puedas ir a dormir.