Uno

2.5K 252 45
                                    

Sakura

Mi vida ha sido corta, sólo dieciocho años, en los cuales he sufrido de fracturas, esguinces, y uno que otro mal golpe. Pero puedo asegurar una sola cosa en este momento, nunca había sentido tal dolor como en el momento en el que aquel camión impactó con el auto de Sasuke. 

En sólo segundos mis piernas estuvieron siendo aplastadas por el tablero del auto, poco después sentí como mi cuerpo atravesó el vidrio delantero, haciendo que varios fragmentos quedaran incrustados en mi piel, y aseguro que lo peor fue cuando caí en el pavimento, haciendo que dichos vidrios se incrustaran aún más, que varios de los huesos que aún estaban intactos se rompieran, y por último aquel golpe en la cabeza que dejó todo el silencio.

Por mi mente pasaron demasiadas cosas como para que fueran sólo unos segundos, y lamento decir que no pensé ni siquiera en mi madre, padre o cualquier otro familiar, ni siquiera en Sasuke. Sólo podía pensar en que quería algo para aliviar mi dolor, varias personas a las que he podido conocer dicen que por la adrenalina no sientes nada, pero les aseguro que esa es una gran mentira.

Quería llorar, pero si abría la boca el dolor se haría más fuerte. Cualquier movimiento, por más mínimo que fuera haría que viviera el infierno en carne propia, y fue en ese momento, donde agonizaba, que supe que iba a morir.

Tenía los ojos cerrados, con miedo de si los abría el dolor me consumiría. Escuché como alguien caminaba hacía mi dirección, ¿Sería el conductor del camión? ¿O Sasuke? ¿Se habría salvado? No había escuchado ninguna ambulancia llegar todavía. No sé exactamente por qué, pero sin ver a aquel individuo, supe que no se trataba de ninguno de los dos. 

Lo siguiente que puedo recordar, es como todo repentinamente estaba sumido en un extraño y quizás algo perturbador silencio. Las alarmas de los autos se habían detenido, los gritos del conductor del camión, hasta los grillos que se encontraban en los matorrales cercanos a la carretera. Aquello, aunque no lo note inmediatamente, era extraño. Nunca hemos escuchado el silencio por completo, dado que por más mínimo que sea, siempre está la circulación de un auto, el sonido de una chicharra, los pasos de alguna persona, o las voces pertenecientes a la televisión cercana. 

Y luego, todo el dolor cesó por completo, quise gritar de alivio, gemir de satisfacción por la repentina calma ofrecida a mi cuerpo, pero antes de siquiera poder disfrutar de esta algo caliente se instaló en mi pecho, y sé que caí rendida en el mundo de los sueños, o eso quiero creer.

...

—Oye, despierta —murmuró a mi lado—, no quiero tener esperar más.

Tarde unos segundos en poder abrir los ojos, sentía el cuerpo más liviano de lo normal. froté mis ojos con el reverso de la muñeca antes de abrirlos con lentitud, encontrándome a escasos centímetros de dos ojos cafés que me enviaban una mirada de fastidio.

Entreabrí mis labios para preguntar quién era, pero inmediatamente recordé que al despertar mi aliento no entraba en la categoría pasable.

—Puedes hablar, aún conservas tu lengua —dijo él, alejándose un poco de mi rostro.

Lo observé durante varios minutos, era un joven pelirrojo, sus ojos tenían un color casi llegando al rojizo, y sus facciones finas y suaves como las de un bebé, sin ninguna marca visible en su rostro.

La cama en la que me encontraba, era al parecer una especie de litera, o quizás estaba muy alta, porque lo único que podía ver de mi acompañante era su fastidiado rostro, que por alguna razón, se me hacía conocido, sólo que no lograba identificar de dónde venía o de quién se trataba.

—¿Quién eres? —me decidí a hablar, mi voz salió algo ronca, sin embargo no sentí el usual dolor de garganta que acompañaba a la ronquera.

Chasqueó la lengua.

—¿Eso es lo primero que preguntarás, niña inútil? —negó con la cabeza antes de contestarme—, mi nombre es Akasuna No Sasori, tu compañero a partir de hoy.

—¿Compañero? ¿Para qué necesito un compañero?

—¿Recuerdas lo que pasó anoche?

—Si —Mi voz salió como un susurro casi inaudible—. ¿Estoy en el hospital?

Antes de volver a tomar la palabra, Sasori se carcajeó, como si yo hubiera dicho un chiste tan bueno que casi se orinara encima, cosa completamente molesta, he de confesar.

—¿Realmente crees que sobreviviste? —Me despeinó con su mano, adoptando un tono juguetón al comenzar a hablar nuevamente—. Oh pequeña, en este momento estamos en una de las habitaciones del fuerte Akatsuki, y sinceramente no lamento tener que decirlo, oh Sakura, para tu información, estás muerta.

† † † † † † † † † † † † † † † † † † † † † † † †

¡Halu bellezas! He vuelto a mi tan amado hogar -w-

He estado casi desde que llegue escribiendo el cap, lo sé, algo cortito, pero aún así nos presentan al pelirrojo, así que les permito fangirlear con mi esposo por un momento[?]

Espero que les guste, yo iré a descansar un rato y ver si duermo algo<3

Hasta la próxima, cuídense el dulce ¬u¬

Tú eres mi Ángel [Sasosaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora