Dieciocho

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Hago uso de toda la fuerza de voluntad que poseo para separarme de él y sus tentadores labios, y apenas el contacto se acaba, mis lágrimas salen a chorros y me es imposible contener los sollozos, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que sucedió aquel accidente? ¿Un mes y medio? ¿Dos meses? Lloro frente a su mirada de estupefacción, pensando en todo, pensando en lo que dejé, pensando en Sasuke y sus sentimientos, lo amo y le he fallado, él... ¿estará bien?

De pronto escucho como el chasquea su lengua, y al verle a través de las lágrimas puedo notar como su mirada se oscurece a medida que la fija en el suelo.

—Piensas en él, ¿no es cierto? —De su voz una nota de amargura se hace presente, y no puedo evitar bajar la mirada, dándole la razón—. ¿Es mi culpa, por tardar tanto? Quizás debí haberte traído a mi en cuanto te encontré.

Aquella pregunta es lanzada al aire, y parece que es más hacía si mismo que para mi, no entiendo sus palabras, pero por alguna razón, estas logran causar cierta incomodidad/ansiedad en mi.

—¿Encontré? ¿A q-qué te refieres con eso? —No sé de dónde he sacado la fuerza para responderle, aún así, mi voluntad se ve considerablemente afectada, ¿está mal querer irme a dormir para olvidarlo todo?—. No, m-mejor no r-resp-pondas.

Sé que debo enfrentar mis problemas, pero lo único que quiero hacer es huír de ellos, porque tengo miedo, de que sean más grandes de lo que puedo controlar, de que me sobrepasen, de que se conviertan en un monstruo de inmenso tamaño capás de devorarme de un sólo bocado. Y justo cuando pienso eso, me doy cuenta de algo que hace que mi corazón se pare. Por muy estúpido que suene, he estado dejándome llevar por la corriente, he aceptado mecánicamente cada cosa de esta surrealista realidad, casi como si estuviera viéndolo en tv, pero no he reparado en lo real que es. No estoy en un sueño, acepto de una vez, no volveré, es mejor dejar esas esperanzas de lado, olvidarlas, y por muy aterrador que suene, Sasuke es parte de mi pasado ahora, puesto ya no tiene ninguna posibilidad de permanecer como parte de mi futuro.

Olvido que Sasori está frente a mi a medida que mi llanto se incrementa, golpeo las baldosas brillantes con fuerza, una y otra vez, mientras grito como una posesa lo injusta de la vida, mis manos comienzan a doler mientras hago eso, mis cuerdas vocales van cediendo poco apoco, y mi llanto se vuelve más una mezcla entre risa y alaridos de dolor, sufro un ataque de pánico, y por segunda vez desde que me convertí en esto, siento como una sensación ajena a mi envuelve mi cuerpo, a diferencia de la primera vez, no es furia lo que fluye por toda mi existencia, sino miedo, un terror devastador se apodera de mi, dejándome incapaz de hacer nada, no me puedo mover, los ruidos cesan, todo se acaba ante esta sensación tan poderosa como horrenda. Y justo en ese momento, todo se apaga, las luces y sonidos se desvanecen, caigo en un abismo negro, donde me siento, inesperadamente, en paz.

...

—¿Todavía no ha despertado? —inquiere una voz que aunque se escucha con interferencia, se me hace familiar.

Me siento pesada, incapaz de moverme, intento una y otra vez, pero mi cuerpo no responde, quiero hablar, pongo empeño y esfuerzo en ello, pero nada sale de mi boca, ni siquiera un lastimero quejido. Tengo miedo, ¿qué me sucede? Todo está oscuro, como si estuviese en un gran hoyo negro, es aterrador, el no poder controlar tu cuerpo, el no poder sentir ni ver nada, escuchando como hablan a tu alrededor... quiero llorar, pero ni siquiera las lágrimas salen.

—No —responde a su vez una completamente nueva para mi—. Lleva así tres días, se ha pasado con el entrenamiento, señor.

—¿Estás cuestionando mis métodos? —El tono carente de simpatía con el que inquiere aquello es lo suficientemente atemorizador como para sentir el miedo de la otra persona en carne viva—. No hizo gran esfuerzo físico, pero... ¿ella estará bien? —pregunta casi con vacilación, haciendo que lo anterior quede casi en el olvido, incluso podría decir que en su voz hay ciertos tintes de miedo.

Tú eres mi Ángel [Sasosaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora