Dos

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Sakura

Mi primer instinto es echarme a reír en su cara, y lo hago durante varios segundos. Me siento como si estuviera en una nube, quizás algo mareada, pero mi cuerpo es ligero y mis pensamientos no son claros, quiero ignorar lo que sé perfectamente que pasó, quiero negar lo dicho por Sasori.

—¿En qué hospital estamos? —repetí como si le hablara a un niño pequeño, ¿alguna vez han escuchado aquellos vanos intentos de negar lo evidente? El "no es lo que parece" de un esposo infiel atrapado con las manos en los pechos de su amante, o las negativas de un pequeño que dice no haberse comido el chocolate cuando tiene la cara llena de este, así me siento, como si intentara tapar el sol con un dedo.

Pongo aquellos molestos mechones sobrantes del flequillo detrás de mis orejas.

—No me gusta repetir las cosas —escupió—. Date prisa, Tsunade quiere verte.

Lanza lo que parecen ser prendas en mi dirección, estas caen en la cama produciendo un ruido metálico, disipando la idea de que se traten de ropajes normales, luego su rostro desaparece de mi visión, por lo que supongo que ha bajado de lo que fuese que estuviera montado para estar a la altura de mi cama.

Me ha dejado con la palabra en la boca, ¿Quién rayos era Tsunade? ¿Qué era Akatsuki? Era estudiante de medicina, y estaba casi por completo segura que no existía ningún hospital con dicho nombre, o por lo menos, no cerca de Konoha. No tardo mucho en decidir que quiero respuestas a mis interrogantes, por lo que tomo lo que me parecieron ser prendas en un principio, encontrando partes de una armadura, el peto, el espaldar, con dos extraños orificios de gran tamaño, los guanteletes y esa extraña falda de la cual nunca supe el nombre.

Miro alrededor antes de quitarme mi vestimenta, que apenas y caía en cuenta era una simple bata de transparente color.

Quizás tardé más de la cuenta colocándome aquella extraña armadura, que por cierto poseía una enigmática nube roja por donde quiera que vieras, si, creo que para el momento en el que llegue con la nombrada Tsunade, mi lista de preguntas se hará inalcanzable.

Cuando terminaba de colocarme los guanteletes escuché un carraspeo debajo de mi, por lo que caí en cuenta de que Sasori se hallaba justo debajo de mi, y que me había esperado todo este tiempo. Con lentitud me asomé por el borde de la cama, encontrándome con el hecho de que estábamos en una habitación con al menos siete camas literas, y donde me encontraba dormida hacía tan solo unos minutos no era la excepción, con una lentitud que casi desesperaba a Sasori bajé las escalerillas de metal que poseía la cama.

—Si no te apresuras llegaremos tarde —Me lanzó las botas de metal, no había que ser muy listos para entender que su intención era el que me las pusiera y corriera por los pasillos de dónde quiera que estemos para llegar a tiempo a dónde sea que quiera llegar.

Decidí hacerle caso, porque no sabía donde me encontraba, quién era él, o cualquier cosa sobre mi después del accidente de anoche.

—List... —Intenté hablar, pero el pelirrojo me interrumpió.

—Sígueme —murmuró, comenzando a caminar hacía lo que parecía ser la puerta.

Chasqueé mi lengua ante su desesperante manera de ser, ¿Sería así con todos? O quizás ¿Sólo conmigo? No le entendía, ni siquiera le conocía y me trataba mal, era denigrante para mi ego, pero supongo que no se puede hacer nada, tendría que aguantar sus malos tratos hasta enterarme de qué ha sucedido, dónde estoy, y el por qué me encuentro aquí.

Después de salir de lo que supuse sería una habitación, recorrimos un largo trayecto a través de los pasillos de aquel lugar, que cada vez se me hacía más desconocido. Una vez, hace algunos años fui a una excursión a un castillo victoriano, todo resultó tan irreal mientras lo recorría con un guía y todos mis compañeros de clases. Resultaba casi gracioso imaginarse que alguien vivió allí en algún momento, que caballeros recorrieron dichos pasillos armados con espadas forjadas con el mejor metal del momento.

No obstante, era como si hubiera retrocedido en el tiempo, por donde quiera que veía encontraba caballeros o damas vestidas con extravagantes armaduras, comenzaba a sentirme avergonzada de la que me había suministrado Sasori, y es que él mismo poseía una de cuerpo completo bastante llamativa por las incrustaciones en color dorado, o quizás era oro, no podía asegurar nada.

—Ya vamos a llegar, asegúrate de hacer una reverencia ante ella cuand... Mejor sólo imítame, estamos en sus terrenos —gruñó mi malhumorado guía encogiéndose de hombros.

Bien, el describir como me siento en estos momentos es algo difícil, mi mayor anhelo es echarme en el piso en posición fetal y llorar hasta secarme, pero claramente no puedo. Quiero preguntar sobre cada cosa que veo, pero no siento que deba, algo dentro de mi me dice que tendré las respuestas con el tiempo. Quiero saber como está Sasuke, si ha sobrevivido, si salió lastimado, pero lo único que puedo hacer es seguir al pelirrojo y esperar para saber mínimo qué sucede.

Tardamos un poco menos de quince minutos en llegar a un gran portón de metal, con dos puertas que imagino deberán empujarse para poder pasar.

Sasori observa lo que parece ser un reloj en su muñeca antes de jalar el llamador y tocar dos veces. Segundos después una voz femenina dio el permiso para que entráramos, él empujó una de las puertas y me hizo un ademan para que entrara primero, dí unos cuantos pasos cautelosos dentro de la habitación, y me detuve a observar lo gigantesca que era.

Las paredes estaban forradas con papel tapiz de color negro y con nubes carmín, cosa que no me extrañó, los cuadros que adornaban el lugar eran retratos de personas con grandes alas, todos y cada uno perfectamente acomodado para que estuvieran derechos, que me dieron la impresión de estar en una iglesia, por las comunes pinturas que se encuentran en los techos de estas, y en un extremo del cuarto había una especie de trono de gran tamaño, donde una mujer rubia de prominentes pechos se encontraba sentada observándonos con parsimonia y las comisuras de los labios apenas y levantadas en un comienzo de sonrisa. 

—Mi lady —habló Sasori, haciendo una reverencia ante ella. Con algo de torpeza le imité, causando que la sonrisa de aquella mujer se ensanchara.

—Sasori —Asintió ella a modo de saludo—, y tú debes ser Sakura, ¿No es cierto? 

—Así es... Mi lady —hablé con duda, sin saber si estaba bien referirme así, no obstante, ella asintió dándome a entender que estaba bien.

—Me aseguro que tendrás muchas dudas, pequeña —me dijo observándome cálidamente—. Pero primero lo primero. ¿Recuerdas lo que sucedió anoche?

—Si —Repentinamente siento la garganta seca, pero me obligué a seguir hablando—, me quedé dormida mientras Sasuke conducía, el trayecto de la casa de Naruto a la de mis padres no es muy largo, pero Sasuke estaba algo tomado y era algo tarde, no recuerdo mucho, sólo sé que desperté con la luz del otro auto que apuntaba directo a mis ojos, el resto sólo fue en cuestión de segundos. Pero le aseguro que tendría pesadillas de por vida con él dolor, lo siento escociendo en mi piel como si estuviera pasando ahora, pero en realidad no es así.

Mi voz parecía una especie de susurro roto, como esos que damos justo cuando estamos ahogando el llanto. Tsunade me miró con pena por unos minutos, los suficientes para avergonzarme de mi misma al perder la compostura frente a dos desconocidos.

De la rubia sentía una cálida sensación de protección, semejante a cuando te encuentras en los brazos de tu madre luego de haber tenido una pesadilla. Sentía que podía confiar en ella, contarle mis dudas y miedos, y ella me daría una solución o algo que me hiciera sentir segura.

Por otro lado, de Sasori no podía hacer más que desconfiar, sentía que en cualquier momento sacaría un cuchillo y me lo clavaría en la espalda, o que apenas le diera la oportunidad me traicionaría, cada vez que su mirada café era dirigida hacia mi sufría de un escalofrío.

—Entiendo —dijo entre dientes Tsunade mirando a Sasori fijamente, luego sus hechizantes ojos verdes fueron clavados en a mi—. Niña, dime una cosa, ¿crees en los ángeles?

Buenas bellezas<3

¡Espero que les haya gustado el cap!

Tengo tantas ideas que ni siquiera sé como plasmarlas todas, pero poco a poco saldrán a la luz x3

Sin más que decir, la esposa de Sasori se despide.

Cuídense el dulce, hasta la próxima actualización ¬u¬

Tú eres mi Ángel [Sasosaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora