Veintidos

997 130 64
                                    

Me sorprende conseguir un dígito tan bajo, considerando la gran cantidad de ángeles existentes. Si bien no habré visto más de doscientos, no puedo negar que sé de la existencia de millones, porque a fin de cuentas, a menos que sean asesinados, los ángeles no mueren. Y lo primero que llega a mi mente después de la sorpresa, es una ola de miedo.

¿Cuál será la magnitud de su poder si son tan pocos? Para que sólo once puedan ser considerados de esa forma, deben poseer una fuerza descomunal, me estremezco de sólo pensar en ello, en lo que me sucedería si me ganara el odio de alguno, mientras veo por el rabillo del ojo a Sasori negar con su cabeza.

—No pienso lastimarte, percibo tu miedo, pequeña tonta —volteo con rapidez y noto que su rostro ha vuelto a aquel semblante hostigado de siempre, algo dentro de mi se pregunta si todo lo que sucedió hace unos minutos fue real, sé que es así, pero verlo recuperado tan rápido me ha tomado por sorpresa. 

—¿Cómo puedes saber que estoy asustada?

—Por dos razones; deberías dejar de ser tan expresiva, pareciera que va a darte un ataque de pánico en cualquier momento sólo por estar conmigo en la misma habitación. Y claro, luego está el vínculo —frunzo el ceño, sé que he escuchado la palabra con anterioridad, pero no logro recordar exactamente dónde—. Supongo que esto es lo último que queda por explicar hoy, creo que lo debes recordar, tú y yo no sólo estamos unidos por una larga historia de amor y pérdida.

»Eres mi compañera, eres mi otra mitad. ¿Recuerdas el mito de la creación de los humanos? ¿Al menos has escuchado alguna vez sobre este? Si mal no recuerdo es griego... Cada persona tiene su otra mitad, aquella que le fue arrebatada desde el primer respiro, somos seres imperfectos y débiles por separado, pero al unirnos nos volvemos perfectos, la mejor creación divina. Tú eres ese complemento que necesito, ya sea para adquirir más poder, o para mantener a mi corazón contento. Lo has sentido, ¿no es cierto? Sentimientos ajenos a ti, que te dominan a pesar de saber que no te pertenecen, así como puedo saber cómo te sientes, tú puedes hacerlo conmigo. 

»Claro, he intentado por todos los medios que esto no suceda, por ello es algo que te ocurre pocas veces, cuando pierdo el control.

—¿Tú sabes como me siento justo ahora? —Me avergüenzo un poco del miedo que logro notar en mi voz, no obstante, mi mirada permanece fija en la de él, siento un vuelco en mi estómago al ver la tormenta de sentimientos que demuestran sus espejos del alma.

 —Así es —asiente—, y es por sentir todos esos pequeños vestigios del amor que me tuviste en el pasado que no pierdo las esperanzas contigo, te siento, por ello también sé que deseas esto tanto como yo.

No entiendo a lo que se refiere en primera instancia, pero lo comprendo cuando en un parpadeo lo noto frente a mi, su respiración acelerada tan cerca de mi que se mezcla con la mía, está algo encorvado dada la diferencia de estaturas. Sus luceros cafés brillan, tanto que me quitan el aliento, la sangre poco a poco se acumula en mis mejillas y me tenso al sentir sus manos aprisionando mi cintura. 

Sé que puedo echarme hacía atrás, no permitirle que haga lo que desea conmigo, pero mis pies parecen estar encadenados al piso, no podría moverme aunque quisiera, y es que me siento tan a gusto junto a él que duele. Puedo ver claramente como se acerca, su fina nariz rosa la mía algunos segundos con cariño, logrando que mi pecho se oprima, una de sus manos se desplaza de mi cintura hacía mi mentón, subiéndolo un poco, y tiemblo al ver que me abraza con más fuerza, el espacio entre nuestros cuerpos es casi nulo, aquel extraño y reconfortante abrazo me despierta un segundo, y contrario a lo que hubiera hecho en cualquier otro momento, rodeo su cuello con mis brazos.

Parece ser la señal que esperaba, porque es entonces cuando termina con el desesperante espacio que todavía nos separaba, une nuestros labios, y siento como chispas saltan a nuestro alrededor.

Tú eres mi Ángel [Sasosaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora