Mi cabeza se movía con desesperación, volteando hacia cualquier lugar posible, en vano, porque dondequiera que fijara mi mirada, sólo podía encontrar desgracia. Atrocidades dignas de una guerra, siendo cometidas una y otra vez por ambos bandos. Gritos de auxilio que no podría borrar de mi mente por más que me gustaría, sangre siendo derramada una y otra vez por las razones más estúpidas.
Saber que personas que habían tenido una segunda oportunidad, como yo, estaban allí, dando esa segunda oportunidad en el nombre de aquel a quien seguían, me hizo estremecerme, y buscar con la mirada a mi compañero, quien se dirigiría hacia acá con usa poderosas alas batiéndose con elegancia digna de un arcángel.
Quise llorar de alivio cuando supe que venía en mi rescate, pero mi felicidad no duró mucho, puesto un montón de ángeles lo rodearon en su vuelo, impidiendo su llegada a mi lado. Pude sentir con claridad como su furia se incrementaba... Y algo más, algo que me hizo sentir debastada, por él y por mi, porque un ser tan poderoso como él no debería sentir miedo.
—¿Te gusta la vista? —murmuró el hombre planta a mi lado, no volteé hacia él, simplemente no podía apartar la mirada de aquella batalla aérea que se estaba llevando a cabo en el momento—, muero por ver como Kakuzu arrancará su cabeza y la guindará en la punta del castillo, como muestra de su victoria.
Podía escuchar su risa, pero no pude hacer más que apretar mis manos en puños, hasta que sentí como mis articulaciones se resentían. Mi presencia en el campo de batalla no era más que una distracción para Sasori, lo entendía, y sentía como si el aire me faltase cada vez que la imagen de él sacrificándose por mi pasaba por mi mente.
¿Por qué no podía hacerlo conocido en un mundo normal? Donde podríamos haber tenido citas comunes.
Donde podría haberle llamado idiota sin miedo a su poder.
Donde no tuviésemos que ser partícipes de una guerra sin sentido.
Donde presentáramos a nuestras familias, hiciésemos una cena por alguna fecha especial.
Donde podría haberme enamorado de él de una manera aceptable.
Donde no sintiera que moriría si algo le sucedía.
Donde no existieran los ángeles.
Donde no hubiésemos muerto.
Pero pensar en ello sólo era una pérdida de tiempo. Porque nunca sucedería, ahora lo único que deseaba era que Sasori saliera ileso de esta catástrofe.
SASORI
Todo iba bien, Kakuzu se había mantenido al margen, como el cobarde que era, probablemente esperando a que me cansara para llegar y darme un golpe final. Aún así, el debería saber mejor que nadie que eso no ocurriría, mil y un veces demostré mi superioridad ante él, sin contar que ahora era más fuerte, porque la tenía a ella a mi lado.
Nuestro vínculo era algo que nos unía, si, pero también nos hacía más poderosos, ya que ahora no éramos dos seres diferentes, éramos uno con el potencial de dos.
Claro, eso casi me daba igual, porque a la hora de estar con ella, sólo me importaba que me quisiera con la misma intensidad que yo. Que me correspondiera como lo hizo en el pasado. No pude evitar sentir la frustración por toda la situación, y en un arrebato de ira lancé mi espada directo al rostro de uno de mis adversarios. Y fue entonces que decidí mandarlo todo al infierno, en el momento que percibí sus súplicas en mi mente, su deseos más reprimidos, cuando pude sentir el miedo que tenía Sakura de perderme. Reuní mi energía vital en la punta de los dedos, y como el artista que era, cree hilos con ella, tomé al primer soldado del bando contrario que vi, no tenía escapatoria.
Lo primero que hice fue utilizarlo de títere, lo hice batirse a duelo con sus compañeros, y aunque no me siento orgulloso de decirlo, sentí una gran satisfacción al sentirlo sufrir por ser controlado. Cuando ese cuerpo comenzó a llenarse de heridas, decidí terminar con él, moviendo uno de mis hilos hacia su cuello, haciendo un corte limpio y rápido que terminó con él.
En todo ese tiempo, no volteé a verla, me sentía avergonzado, porque no podía ocultar lo bien que me sentía al obtener mi venganza. Y fue entonces cuando volví a caer en cuenta de aquello que me atormentaba a diario cuando ella aún me amaba, yo era un monstruo, ella se sentía asustada de las atrocidades que yo podría llegar a hacer. Sin duda, Sakura no se merecía alguien tan desagradable como yo, un ser que adoraba la muerte y que había empleado métodos nada pacíficos para llegar a donde estaba hoy. Ella amaba la paz, y daría todo por asegurar que aún lo hace.
Pero también, entre esos muchos defectos que podría tener, se encontraba el hecho de que no pensaba renunciar a ella. Porque ante todo, soy un egoísta de primera, y no permitiría que se separara de mi, por muy asustada que estuviese. El mejor lugar donde ella puede estar es a mi lado. Y presiento que Sakura lo sabe.
Poco a poco, fui utilizándolos cual títeres, para mermar sus propias fuerzas, cuando noté que éramos mayoría, el cobarde salió de su escondite. No pude evitar que una sonrisa surcara mis labios.
—Vaya, ¿eres tan cobarde que sólo sales a derrotar al jefe final, cuando tus subordinados lo han agotado? —Una carcajada brotó de mis labios, resonando en el repentino silencio.
Parecía como si todos los soldados se hubiesen detenido, espectantes a lo que podría suceder.
—Sasori, ¿crees que vendría a ti sin algo de la magnitud suficiente para derrotarte?
La calma con la que hablaba, el brillo divertido en sus ojos esmeralda era preocupante, sus adeptos estaban cayendo poco a poco, estaba mermando sus fuerzas, y aún así parecía que no importaba. Estaba diferente, sin duda alguna.
—Vamos, eres muy perspicaz, sabes como soy... O como fui. El hecho de que no lo protegieras lo suficiente fue el detonante, pero hay algo más. ¿Podrás averiguarlo?
Y de pronto, todos sus miembros se extendían y separaban de una forma bastante tétrica, me quedé plasmado, antes de reaccionar y saltar, notando que uno de sus ahora largos brazos depositaba un golpe con monstruosa fuerza en el lugar donde estaba hacía tan sólo unos segundos.
¿Qué había sucedido con él? ¿De dónde venían aquellas habilidades? ¿Por qué no las había mostrado hasta ahora?
†
Wuuuu, i'm back.
No sé cuando volveré a actualizar, pero no, no pienso abandonar la historia. Digamos que necesito organizar mis tiempos y todo eso.
Si ven algún error de ortografía, avísenme por favor.
Bais.
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Tú eres mi Ángel [Sasosaku]
FanfictionSakura Haruno era una joven normal, tenía un novio al que amaba con locura y buenos amigos que darían la vida por ella. Hasta que un accidente hace que su vida acabe de una forma temprana e inesperada. Ahora debe ser una espectadora de como todo ca...