Veintisiete

577 75 19
                                    

SASORI

No tengo tiempo de preocuparme o divagar el por qué de su cambio antes de que vuelva a atacarme. Hago lo posible para evadirlo, a la vez que suelto una maldición porque esto ha cambiado radicalmente mis planes, necesito sacar a Sakura de aquí, Deidara no ha escuchado mi llamado mental, Kimimaro se encuentra bastante lejos de aquí, y no puedo confiar en nadie más para vencer a uno de los primeros oficiales de Kakuzu y cuidarla, el campo de batalla no es un lugar seguro para ella, cuyo cuerpo no se ha adaptado por completo, sin mencionar que se encuentra apresada por enemigos que no dudarían ni un segundo en degollarla si eso me debilitara.

El mero pensamiento de ello hace que se instale en mi corazón una sensación de angustia que parece oprimirlo, sacudo la cabeza, a la vez que bloqueo todo sentimiento que pueda filtrarse por el vínculo, sé que debo ser rápido, necesito darle fin a esto para poder tomarla entre mis brazos y demostrarle que no debe temer más. Por ello, decido hacer eso.

Comienzo a dar vueltas a su alrededor, agudizando mis sentidos, atento a cualquier movimiento que Kakuzu pudiese hacer, todo esto a la vez que envío toda la toda la energía que puedo a mi corazón, poco a poco, hasta que puedo sentir como se sobrecarga, como si fuese un vaso que ha llegado a su tope, mis latidos se aceleran y ocurre justo lo que necesitaba, es allí cuando aparecen miles de hilos, que salen de este en un rayo de luz, haciéndoles parecer como una barra de energía sólida, con esto, tengo mis manos libres, y un sólo pensamiento en mente. Necesito acabar rápido con todo esto.
Hace años, en mi pelea con Scar, pude materializar al 100% mi energía vital, siendo esta mi as bajo la manga para poder hacerme con el título de arcángel, luego, pude hacerme con la suya. Ahora que mi compañera y yo compartimos un vínculo, mi poder ha incrementado a niveles incalculables, y ¿qué mejor oportunidad que esta para probar el alcance de mis habilidades?

No tardo en tomar el control de una gran cantidad de sus subordinados y hacer que sean ellos quienes le ataquen. No obstante, no me sorprendo especialmente al notar la falta de duda en sus movimientos previos a quitarles la vida.

Sin embargo, si cumplieron mi cometido, ser una distracción. Mientras él ataca con sus deformes extremidades, uso los hilos más delgados que puedo crear, comenzando a trazar un camino con ellos por el campo de batalla, incluyendo pequeños nudos en lugares específicos. Todo debía salir bien, todo debía ser rápido, quién diría que mi arrogancia me resultaría fatal en un momento como este.

Después de algunos minutos acabando por si sólo con su propio ejército, parece haber notado mis intenciones, no me resulta extraño que tardase tanto, puesto su fuerte nunca ha sido la lógica. Cuando vuelve en sí, con lo que anteriormente fue su brazo, arrastra y barre de su camino a la mayoría de ellos, no obstante, ya he terminado de trazar un pequeño laberinto de nudos a su alrededor, veo su expresión furiosa cuando me devuelve la mirada, todavía ignorante de mis acciones, la sed de sangre que percibo en él resulta simplemente desagradable, y no puedo evitar sonreír al ver como en la lejanía Kimimaro se dirige a una gran velocidad al lugar donde está Sakura.

Kakuzu lanza todas sus extremidades hacia mí, y entonces mis hilos se hacen cargo. Comienzo a tirar de ellos, viendo como arrastran todo lo que está a su alcance, desde soldados... Hasta las asquerosas partes del cuerpo del arcángel. Los hilos lo cubren por completo, y para el momento en que se ha dado cuenta, es tarde, porque decido dar un tirón final, que termina por separar su tronco de todas las demás partes, antes de que este mismo sea cortado en dos.

Soy más fuerte que antes, eso es evidente, cortar de esta manera a un arcángel no es algo que se pueda presumir todos los días, pero este despliegue de poder tan descomunal sigue dejándome agotado, quizás por ello, mientras intento recuperarme para dar el golpe final, no noto inmediatamente que algo va mal.

Y es demasiado tarde cuando percibo un movimiento por el rabillo del ojo, porque antes de notarlo, me encuentro rodeado por las partes que corté de su cuerpo. Se estiran y unen al mismo tiempo que me aprisionan, intento cortar todo lo que está a mi alcance, pero mi distracción resultó ser fatal, perdí segundos valiosos que podrían haber sido la diferencia entre estar rodeado y terminar de una vez con su miserable existencia.

Y cuando me encuentro completamente rodeado, parece que decide terminar todo con rapidez, es entonces cuando siento como mis brazos y piernas son presionados, puedo oír el crujir de mis huesos, consecuencias de tomar una forma física para esta batalla. El dolor se apodera de mí, y aún en esa circunstancia, sólo puedo pensar en ella, en Sakura, en que no puedo morir, porque ella me necesita para estar segura, en que si yo desaparezco, nadie velará por su bienestar.

Hago un intento vano de liberarme, pero el malestar me impide concentrarme. Y es tanto, que ni siquiera siento que me ha liberado hasta que mi cuerpo impacta contra el suelo. Puedo sentir la bilis subiendo por mi garganta, y debo hacer un esfuerzo monumental para controlar las arcadas, que sólo terminan causando más dolor, aún así, no grito, sólo puedo mirar fijamente al cielo.
¿Podré estar a tiempo para usar mis hilos? No puedo morir, pero esa es una de las desventajas de hacernos corpóreos. Lo intento, pero me es imposible controlar mi propio poder para usarlo como salvavidas, por más que me esfuerzo, mis pensamientos son difusos, erráticos, un desastre. Es allí cuando percibo lo que, a simple vista, va a ser mi fin. Vaya ironía, un ser tan poderoso será fácilmente exterminado, El Grande caerá a manos de un sucio despojo cuya fuerza, hasta hace poco, no se comparaba en lo más mínimo con la suya.

Las extremidades separadas de Kakuzu se unen y moldean cual masa hasta tomar la forma de una gigantesca estaca. La punta está fija en el aire, en la espera de moverse directo a lo que queda de mí.

No deseo rendirme, apenas y haciendo acopio de mi capacidad mental, logro sacar un delgado hilo de uno de mis dedos, no tardé en enviarlo directo hacia esa cosa para rebanarla y darme algo de tiempo, pero antes de poder llegar, un chasquido traspasa el silencio expectante del campo de batalla. Y aquello que anteriormente fueron manos y piernas se dirigen a una velocidad sorprende en mi dirección, esquivando lo que habría sido mi última oportunidad de ganar tiempo para pensar en cómo darle vuelta a la situación.

Tengo esto escrito hace semanas, pero la segunda parte del capítulo (Que ya será otro ajhdhd) no me sale, he intentado desde hace días, pero nada.

Espero que disfruten del capítulo, y que no deseen matarme por dejarles con la intriga de lo que sucederá 😬

Tú eres mi Ángel [Sasosaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora