CAPÍTULO 14: EL RESCATE

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*****P.O.V. KATE******

Cuando veo a Ani desaparecer de mi vista empiezo a arrepentirme de no haber ido con ella. La idea de ir a ese condenado puente no me hace gracia, pero menos aún quedarme aquí sola.

Para tratar de no pensar en lo que me rodea saco mi teléfono y me pongo a jugar al candy crush. Estúpido juego, lo odio a muerte pero empiezo a perder la noción del tiempo mientras hago combinaciones de caramelos. Cuando se acaban mis cinco vidas miré la hora y me di cuenta de que hacía casi dos horas q Ani se había ido. Ya son más de la diez y media y no se oye ni una voz.

"Pero donde estará..?" Pienso una y otra vez.

El colmo de mi paciencia es cuando escucho cerca de mi unos crujidos entre la maleza. Algo se acerca y el sonido de fondo de los búhos no es que ayude mucho así que... pies para que os quiero.

Echo a correr como una loca siguiendo el curso del río. Ya no escucho el sonido de antes pero estoy asustada y no puedo parar de correr. Entonces tropiezo con una raíz de un árbol y caigo de bruces al suelo.

Desde el suelo miro el cielo estrellado mientras el dolor de mi sangrante nariz disminuye. En ese momento me parece oír voces entre el agua y me cago completamente.

"Encima ahora oigo cosas"

Tras levantarme llego hasta el maldito puente que está ahí tan espeluznante y destartalado como siempre. Ni rastro de Ani por ningún lado sin embargo algo capta mi atención en el puente. Unos zapatos que parecen de chico están apontocados en la barandilla del puente, cerca de la enorme brecha que hay en el suelo.

No los emparento con nadie pero despejo todas mis dudas cuando encuentro el móvil de Ani cerca. Palidezco mientras lo recojo del suelo y compruebo que no eran imaginaciones mías. Que habrá pasado?

Mi teoría principal es que cayeron al agua así que voy a recorrer toda la orilla del río por si los encuentro. Tras metros y metros sin ninguna señal de vida encuentro en la orilla un objeto que me resulta familiar: una zapatilla de Ani. Definitivamente están cerca.

Dirijo la luz de la linterna hacia las enturbiadas aguas, aunque por el bien de todos espero que no estén ahí. Nada aquí no hay nadie. Recojo el zapato de Ani del suelo y seguí mi camino con esperanzas de que estén vivos.

Pero unos pocos metros después todas mis esperanzas se vienen abajo al contemplar ante mis ojos la pronunciada cascada por la que seguramente habrán caído.

-Aniii! Mariooo!!- grito desesperada.

La sola imagen del cuerpo de mi amiga ahogado hace que se me hiele la sangre y que las lágrimas empiecen a brotar sin control.

-Anii! Mariooo!- volví a gritar con la voz quebrada y sin obtener respuesta.

Enfoco la linterna hacia todos lados buscando una manera de bajar pero no la hay, la única es... saltando por la catarata.

Antes de que el miedo pudiera traicionarme me deshice de las cosas q pudieran mojarse y estropearse, osea mi móvil y el de Kate. Los escondí entre la maleza y me subí a una roca q estaba justo encima de la catarata. Desde allí la vista era mucho mejor. Gracias a los rayos de luz de la luna pude ver dos personas q yacían cerca de la orilla. El brazo de Mario sujetaba la cintura de Ani y la atraía a él con fuerza. Es raro verlos así pero Ani parece tranquila así q a mí me vale, y además es la prueba de q están vivos y eso me relaja.

Pensándolo mejor saltar sería una completa estupidez, ya se que están vivos ahora lo que necesito es buscar ayuda para que los saquen de aquí. Recojo los teléfonos de suelo y lanzo una última mirada antes de retroceder abandonando el lugar.

El arte de olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora