CAPÍTULO 25: LOS HOMBRES DE NEGRO

72 6 2
                                    

Mario me tiende la mano que no dudo en aceptar y comenzamos a correr buscando un lugar seguro. Aunque como los arbustos estaban lejos de la casa (o al menos lo suficiente) no nos siguen muy de cerca. Pero relajarse no es una opción.

Escuchamos los gritos de los hombres cerca de nosotros. De pronto suenan disparos que hacen que me aterrorice y frene en seco.

-Mamá...- digo con la voz quebrada. Mario me mira y tira de mi brazo.

-No pares Ani, lo están haciendo aposta para asustarnos, tu no dejes de correr- dice tirando cada vez más fuerte de mí.

No dudo en obedecerle y reanudo mi carrera junto con él.

-Mario, están cerca- grito.

-Lo se, tu sígueme, tengo una idea.

Doblamos la esquina de la calle y llegamos a un parque que hay cerca del lugar y me indica que me esconda dentro de esa atracción que es como una especie de túnel. Entro corriendo y él me sigue por detrás. Se coloca encima mía y me abraza con fuerza mientras observamos por el otro extremo del túnel la calle por la que pronto llegarán. Mi cuerpo no para de temblar expectante a lo que puede suceder.

Como esta atracción está a ras del suelo no nos descubrirán a menos que se fijen muy de cerca, y eso es poco probable que suceda ya que al darles esquinazo antes, no han visto que nos dirigíamos hacia aquí.

Creerán que hemos continuado corriendo... o eso espero.

-Tranquila- me dice Mario cerca del oído.- aquí no pueden vernos.

Pronto vemos asomar los trajes negros de los hombres que nos perseguían y tal y como había dicho Mario, no nos vieron si no que continuaron corriendo.

P.O.V KATE.

Tras mi encuentro con la madre de Ani salgo furiosa de la casa. No me puedo creer que Ani le haya dirigido la palabra a esa horrible mujer. Pero si se espera que le voy a dar la razón se equivoca.

Me siento en un bordillo del jardín delantero dejando que el aire acaricie mi cara y trato de relajarme. Dejo caer mi cuerpo sobre el césped y cierro los ojos. Durante bastante tiempo me mantengo en esta postura, relajándome y olvidando donde estoy. Me ha extrañado que Ani no salga a buscarme, aunque se lo agradezco, necesito estar sola.

El ruido de un motor que se detiene cerca de la casa me sobresalta y me levanto de golpe para ver quien es.

El coche es un audi negro con cristales oscuros. De él salen cinco hombres con trajes oscuros y el pelo casi rapado, todos ellos llevan gafas de sol muy oscuras. Me dan muy mala espina, así que trato de buscar algún sitio donde esconderme por si acaso.

"Espera, ¿esconderme?, desde cuando abandono yo a mis amigos."

Los hombres no han avanzado hacia ninguna parte solo esperan de pie al lado del coche mientras se tocan el oído, seguramente recibiendo órdenes de alguien. Parecen agentes especiales de las películas, pero no precisamente de los buenos...

Cuando estoy cerca de la puerta y me dispongo a entrar alguien toca mi hombro. Un escalofrío recorre mi cuerpo y me giro a mirarlo.

-Señorita, puedo hacerle una pregunta- me dice uno de los hombres mientras se retira sus gafas de sol. Sus ojos son verdes y duros, algo que me asusta ligeramente. Y además en su casi rapado pelo hay una S grabada.

El arte de olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora