CAPÍTULO 24: PIES, PARA QUE OS QUIERO

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Arriba os dejo una imagen de Ángela.

Ella se acercó lenta y cautelosa a mí ya que supongo, no sabia como interpretar mi reacción. Aquella mujer era mi madre, la mujer que me trajo al mundo y que sin embargo, en estos instantes, estaba contemplando como si fuera una extraña.
Seis años llevaba sin verla ni saber nada de ella. Iba vestida con una blusa blanca y una falda plisada de color camel. Era guapa, siempre lo fue, aunque las marcas de los años ya aparecían en su rostro.

-Hola hija- sonrió tímida.

Yo no contesté, no podía hacerlo. No ahora. Simplemente no sabía cómo debía sentirme en este momento. No me imaginé que la encontraría aquí.

Al fin ella da el primer paso y me abraza con fuerza. La sensación es incómoda, no podría expresarla con palabras pero lo es. No respondo a su agarre, solo me tenso y dejo que ella ahogue sus lágrimas en mi hombro.

Cuando considero que me ha abrazado por tiempo suficiente me separo tratando de no ser muy brusca.

-Disculpame hija.. se que no soy bienvenida en tus brazos- sus palabras me duelen mucho. Claro que no es bienvenida, pero lo dice de tal manera que parece que yo soy la mala aquí. ¿Como debería actuar? Mi subconsciente me ha abandonado completamente así que tendré que actuar por instinto.

-No, no lo eres.- Ella decae el semblante- Pero no vine a discutir eso.- Esta vez frunce el ceño.- Irving me ha dicho acerca de papá y por eso vine aquí. Pero no pienses ni por tan siquiera un segundo que vine a perdonar ni a buscar a nadie.

-Yo... hija eso es algo complicado. No deberías estar aquí, puede ser peligroso.- ahora su rostro está más pálido que antes, está claro que hay algo de este extraño misterio que se me escapa por completo.- me alegro de verte.

-Yo... yo también. Pero..

-No, no sigas hija. Se perfectamente que lo que hicimos no tiene perdón. Pero hija, quiero que disfrutes de tu bienvenida a casa, Irving a dedicado mucho tiempo en que hoy disfrutaras. Y no quiero arruinartelo.- ahora me siento un poco mal. Su mirada es sincera, como si las palabras nacieran de lo más profundo de su corazón y eso me da un voto de confianza.

No estoy diciendo que de repente ahora ella vaya a ser la mejor madre del mundo y que haya olvidado todo, pero sigue siendo mi madre y... y la quiero. Cuando esto acabe o quizá antes, debo arreglar esta situación.
Acabo de descubrir que la solución a los problemas y que la cura a las heridas, no es huir de ellos. Tratar de esconderte y enterrar tu pasado es un error. Me he dado cuenta de que nunca estuvo enterrado porque no tuvo un final que me satisfaciera, siempre viví queriendo arreglar sin saberlo.
El rencor no es un buen aliado... y es el que ha estado echando ácido a mis heridas año por año hasta hoy.

"Vayaa.. ahora si me respondes eh subconsciente. Tú tan oportuno como siempre."- pienso para mí y sonrío.

-No has arruinado nada mamá. Sólo... necesito tiempo, al menos por ahora. De todas maneras aún no he escuchado una sola disculpa de vuestra parte.- suspira y asiente algo avergonzada.- Pero como antes has dicho, este no es el momento de hablar.

Mario e Irving aparecen detrás de mi.

"Oh genial"

-Ani, queda menos de una hora para que salga nuestro vuelo- dice Mario mirándome. No se ha dado cuenta de la presencia de mi madre, y lo agradezco.

-Mario?- dice mi madre.

"Gracias universo..."

- Ángela?- dice Mario y me mira a mi rápidamente.

-Pero que guapo estas, ven aquí hijo, dame un abrazo- Woow, esta era la última reacción que me esperaba. Cuando salíamos se llevaban bien pero pensé que después de aquello le odiaba a muerte.

El arte de olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora