CAPÍTULO 39: VIDAS ENTRELAZADAS

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Dejo caer todo mi peso sobre la cama, no puede ser posible.

-Seguro que marcaste bien?- pregunta Mario.

-Estoy segura, además contestó por el nombre que pone en la tarjeta. Mario tenemos que averiguar qué está pasando.- se acerca y sujeta mi rostro entre sus manos, sabe que eso siempre me tranquiliza, y besa mi frente.

-Tranquila, lo averiguaremos juntos Ani, no te voy a dejar sola.- sonrío ante su comentario. Pero pronto empiezo a sentirme mal, me separo de Mario y llevo la mano derecha a mi sien que palpita fuertemente. De nuevo esa oleada de harcadas que me ha estado visitando estos últimos días vuelve a amenazar con salir por mi boca. - Cariño te sientes bien?- pregunta preocupado, pero no me da tiempo a responder ya que tengo que correr urgentemente al baño que está a continuación de nuestra habitación a vaciar todo lo poco que quedaba de la cena de anoche.

Tiro de la cadena y siento la presencia de Mario detrás de mi. Posa su mano en mi hombro a la que poco después también se une la mía.

-Ani...últimamente tienes muchos mareos y devuelves mucho... se que la situación puede estar alterando tu cuerpo pero no me parece muy normal.- suspiro ante su comentario.

Tiene razón por muy alterada que esté yo no soy de vomitar con tanta facilidad, algo no va bien.

-Tienes razón, y se lo que estás pensando. Que puede que esté embarazada pero...- hago una pausa y sin querer llevo la mano a mi vientre pensando en mi pequeño perdido.- después de abortar- la voz se me entrecorta porque algún sollozo rebelde sale de mi sin querer.- dijeron que nunca más podría concebir Mario. No puede ser por mucho que lo deseara.

-Hey, no llores Ani. Ven.- dice sentándome entre sus piernas dejando descansar mi espalda en su pecho. Ambos sentados en el suelo del baño.- se que te duele todo ese recuerdo y yo no quiero q sufras pensándolo, menos sabiendo que... fue mi culpa. Pero piensa una cosa cielo, esto ocurrió hace años. Y no es normal estos mareos constantes. Deberíamos ir al médico solo por asegurarnos. Todo saldrá bien pequeña.- dice tratando de sonar convencido, pero mi mente comienza a divagar en recuerdos. Se retoma a muchos años atrás.

Flashback Anabel

-Ay mamá no digas tonterías, solo algo me habrá caído mal al estómago y ya está.

-Anabel tienes todos los síntomas de un embarazo.- dice muy enfadada.- has vuelto a estar con ese niñato de pueblo verdad. Te dije que no quería que volvieras a estar cerca de él. Ese chico solo te hará daño hija, ¿es que no lo ves!!?

-Mamá le amo te lo he dicho millones de veces y él a mi también. Me da igual lo que pienses al respecto.

-Ajá, así que afirmas que esa criatura es suya verdad!!?

-Qué no estoy embarazada!!- grito muy enfadada

-Toma- me entrega una bolsa de farmacia con una cajita dentro.- entra al baño y hazte la prueba ahora mismo!

-Qué!?!

-No fui clara? Que te metas al baño y te hagas la maldita prueba o no volverás a ver a Mario nunca más.

No me queda más remedio que entrar al baño echando humo y abrir la maldita caja para leer las instrucciones. Menuda estupidez. Como puede pensar que puedo estarlo. Acabemos con esto. Sigo las instrucciones y ya solo me queda esperar a ver el resultado. Si se completa la segunda raya es positivo y si no pues podré restregarselo a mi madre. La primera línea está completa. Bueno venga ya puedo recoger todo esto. Falsa alarma.

El arte de olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora