CAPÍTULO 40: CONTIGO HASTA EL FINAL

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Transcurren varios segundos sin que ninguno pronuncie palabra. El doctor mira el informe que hay en sus manos, Mario por su parte esta en shock. Tiene una enorme sonrisa dibujada en su rostro cuando entonces me mira. Yo sin embargo no puedo sonreír, no puedo llorar, no puedo si quiera responder al cálido abrazo que Mario me está dando. No lo puedo creer, tantos y tantos años esperando y rogando por una segunda oportunidad y de nuevo está aquí, dentro de mi. Juro por mi vida que cuidaré a este bebé con todas mis fuerzas.

Mario sigue abrazandome y diciendo cosas al oído que no consigo escuchar mientra yo inconscientemente llevo la mano a mi vientre. Por fin logro sonreír. Una sonrisa que pronto se encuentra con los ojos de Mario que también sonríe. Esta vez soy yo quien salta y sin poder aguantar más ni importarme que el doctor esté delante cubro su perfecta sonrisa entre mis labios. Varias lágrimas que aún no puedo identificar de que son, caen por mis mejillas. Cuando me quedo sin aire me acerco a su oído y le susurro un gracias.

-Bueno- interrumpe el doctor tras una tos incómoda.- Entiendo su alegría pero aún necesitamos hablar de algunas cosas así que por favor acompañenme de nuevo a la consulta.

Cierra la puerta tras de sí y se sienta de nuevo en su asiento.

-Bien señorita Anabel, hace unos minutos me ha llegado el informe del hospital donde estuviste ingresada tras el aborto. Tengo una buena noticia y una mala. ¿Cuál quiere primero?

-La mala sin duda- contesto. El médico ajusta sus gafas y nos mira de nuevo.

-Es usted una embarazada de alto riesgo. Sobre todo lo será durante los tres primeros meses de gestación y en el parto. Necesita un reposo bastante arduo y nada de esfuerzos bruscos. - un escalofrío recorre mi piel.- En caso de que no tuviera ese reposo... Bueno podría sufrir otro desprendimiento de útero como el de la primera vez. Le aconsejo que tome la baja en su trabajo de inmediato. Y en cuanto al parto... bueno según vaya avanzando el embarazo le iré informando.

-No trabajo actualmente.- añado a lo que él asiente. Miro a Mario que tiene la mirada fija en el suelo. Se que él está pensando lo mismo que yo, pero trato de tranquilizarlo uniendo su mano con la mía. Me mira con la mirada perdida, como si hiciera tiempo que ha desconectado.

- Y qué hay de la buena noticia? - pregunta.

- Qué nada de esto afectará a la salud del futuro bebé. Si siguen todas estas indicaciones nacerá perfectamente sano. Venga dentro de unos días a hacerle algunas pruebas más.- dice y me entrega un papel sobre indicaciones de cosas que no debo hacer.

-Gracias doctor- dice Mario estrechando su mano. Sonrío y los dos salimos de la consulta con la certeza de que un futuro completamente nuevo para nosotros nos espera.

***********

- ¿En qué piensas?- Mario me saca de mis pensamientos. Inconscientemente llevo mi mano al vientre y lo acaricio.

-¿Tú que crees?- sonrío y retiro con mis dedos algunos mechones de flequillo que tapaban su mirada.

Ambos estamos en tumbados en el sillón. Después de comer no nos apetecía más que descansar y pasar tiempo los dos.

- Me lo puedo imaginar, yo... tampoco he terminado de creérmelo. Mi pequeña embarazada. Soy tan feliz ahora mismo Ani. No te puedes hacer una idea. Aunque tengo miedo ya lo sabes... Si te pasara algo por mi culpa yo...- la voz se le entrecorta.

-Shhh- no le dejo terminar de hablar.- Besame.

-¿Qué?- frunce el ceño extrañado.

-Pues eso que me beses, no tiene tanto misterio.- sigue sin entender mi reacción pero aún así lo hace. En cuestión de segundos ya solo existimos él y yo, no hay más a nuestro alrededor. Por eso se lo pedí se que tengo ese poder de quitarle la tensión con en ese simple acto de amor y él tiene el mismo poder sobre mi. Después de varios besos y caricias empiezo a tener sueño y siento que sus músculos se han destensado. Lo miro y tiene los ojos cerrados. Se le ve tranquilo. No se si me escucha pero me acerco a su oído y le susurro bajito: "tranquilo, no es malo tener miedo siempre y cuando no te impida avanzar. Yo también sentí miedo, pero se me quitó al verte sentado a mi lado. Se que no me vas a abandonar. Te quiero Mario."

El arte de olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora