CAPÍTULO 23: POLIZONES.

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Como os decía en el capítulo anterior, Irving no es mi hermano carnal. Cuando yo tenía cinco años mis padres, ya q he pertenecido a una familia pudiente, decidieron adoptar un hijo. Yo aunque no lo quieran reconocer fui su fracaso de tener un hijo varón, así que se fueron a por lo seguro y adoptaron a Irving.

Nosotros, es decir, mis padres y yo somos de Colombia. Pero cuando mis abuelos paternos fallecieron nos mudamos a Toronto (Canada). Mi madre tenia familia allí q nos ayudaron a encontrar empleo. Con el tiempo mi padre llegó a ser jefe de la empresa familiar y ganaba mucho dinero.

Vine muy pequeñita, con apenas dos años, así que mis padres se encargaron de que no perdiera mi lengua materna (el español). Aunque después de separarme de ellos no lo he hablado mucho.

El caso es que cuando llevábamos unos tres años en Toronto, mis padres adoptaron a Irving cuando él era solo un bebé. Cuando yo me fui de casa Irving solo tenía 11 años y aun no sabia sobre su verdadera identidad. Su nombre real es Irving J. Collins. Nunca me ha sacado ese tema de conversación pero no parece q le preocupe o bien no lo sabe.

Y otro dato q no os había dado antes porque no me gusta q me llamen así, es acerca de mi segundo nombre.. Gabriel, Anabel Gabriel García. El xq? Muy sencillo, odio ese nombre, me suena a nombre de chico. Podían haberme puesto Gabriela o algo así pero Gabriel?

En fin, basta de confesiones por hoy.
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-Qué piensas? Estas muy cayada- Kate me devuelve a la realidad.

-Nada, mi familia y eso.. deberíamos volver a casa, aún tenemos q hacer las maletas.

-Buena idea, no creo q mis pies aguanten mucho más.

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De vuelta al apartamento todo está tranquilo, preparamos agilmente todas las maletas y llamé a Irving para confirmarle que nos vemos mañana.
Tiradas en el sillón descansamos Kate y yo nuestro último día aquí. Estamos viendo "todos los días de mi vida" que vemos por décima vez (o quizá mas).

Suena la puerta.

-Voy yo- dice Kate.

Al rato vuelve para decirme que me buscan fuera pero no me dice quien.

- Mario?- "Oh genial, por esto mismo me encanta tenerle de vecino, si no le cojo el teléfono viene a mí casa a acosarme.

-No respondias así que tuve q venir.- mete las manos en los bolsillos y sonríe nervioso.

-Menudo esfuerzo... que quieres?- ruedo los ojos y cruzo los brazos.

"Cierrale la puerta" sugiere mi subconsciente.

-Oscar me dijo que irá contigo a Toronto antes de ir a Barbados. También me dijo que algo no va bien con tu familia, y... me gustaría ir. No te voy a molestar, solo quiero ver a mis abuelos...- se pasa la mano por el pelo el muy presumido.

- Mmm deja que lo piense... NO- vuelvo a cruzar los brazos.

-Oh venga Ani, hace siglos que no les veo...- hace un puchero, pero no daré mi brazo a torcer. Si se me conoce por algo es por cabezoneria.

-Mi coche no es ningún taxi.. Además no me quedan plazas.- miento. Aunque no del todo porque no se donde vamos a llevar las maletas de todos.

- Mmm esta bien...- agacha la cabeza.- sabia que no querrías.

"Venga mujer, no seas borde. Te ha salvado la vida dos veces" Vaya hasta mi subconsciente está de su lado. NO ES NO. Que os quede claro a los dos.

Mario se da la vuelta y saca las llaves de su casa para abrir. Yo me quedo en el umbral de la puerta mirándole casi inconscientemente.

-Observando las vistas?- enarca una ceja.

El arte de olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora