CAPÍTULO 33: DECLARACIONES

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Como cada mañana, Mario se levanta muy temprano y no hace ruido para no despertarme, pero precisamente hoy he tenido un sueño más ligero, escucho el despertador y siento que los fuertes brazos de mi marido dejan de arroparme. Casi como un acto reflejo gruño un poquito, pero no porque me haya molestado sino porque me siento tan agusto entre sus brazos.

Me giro y pronto me encuentro con dos ojos verdes con cara de sueño que me miran con ternura.

-Buenos días nena- dice besando mi frente.- sigue durmiendo.- dice y me arropa. Pero ya no puedo dormirme otra vez si él no está.

-Buenos días- contesto al fin pasando mi dedo índice por la poca barba que sobresale de sus mejillas. Le quiero tanto...-Ya no tengo sueño. Mejor nos duchamos y te hago el desayuno vale?- asiente y sonríe de lado.

Aún con el albornoz y solo la ropa interior debajo de él paseo x mi enorme cocina, preparando los ingredientes para el desayuno de Mario. Generalmente desayuna un café en el trabajo pero hoy quiero que se vaya con el estómago lleno.

Ya casi está todo listo cuando escucho bajar las escaleras a Mario.

-Mmmm, que bien huele señorita Avilés.- dice recalcando esta última palabra. Desde que nos casamos le encanta llamarme por su apellido. Yo sonrío como una estúpida mientras me abraza por detrás y se apoya en mi hombro.

-Lo se, pero si no me dejas maniobrar alguien saldrá chamuscado.

-Anda, pero si te encanta- dice con suficiencia y como tiene razón no puedo hacer otra cosa más q morderme el labio y sentir q mis mejillas se tiñen de rojo.

-Está muy rico mi amor. Ya vas mejorando- dice y los dos nos echamos a reír recordando las primeras veces que cocine. Que desastre. Menos mal que Kate me ha dado alguna master class.

-Graciasss- digo terminando de beber mi cola cao (sigo odiando el café).

-Hoy vas de compras con Kate verdad?- me pregunta y yo asiento con la cabeza. Son solo las ocho de la mañana aún tengo tiempo.- No me arruine - dice haciendo una mueca divertida y yo ruedo los ojos.- Es broma, comprate algo bonito y luego me lo enseñas.

Bueno eso dice ahora, pero después acabo haciéndole un pase de modelos al pobre Peluche xq a él se le olvida y se pone a ver el fútbol.

"En fin, todo no lo podía tener"- anota mi subconsciente.

-Luego te irás a ver el fútbol al salón y no me harás ni caso- digo haciendo un puchero.

-Puede- dice pero frunzo el ceño y cambia de idea- Es broma tonta. Ven aquí anda.- dice y me acerca a él para después darme un cálido beso.- me voy a trabajar. Después te llamo. Te quiero nena- aún se me estruja el corazón cada vez q dice eso.

-Yo también te quiero. Q tengas un buen día.- digo y antes de salir por la puerta vuelve a darme otro beso.

Después de recoger la cocina y hacer la cama, caigo en cuenta de que son solo las nueve y ya no tengo nada que hacer así que aprovecho para ver el álbum de fotos de mi boda. Todos estaban tan wapos. Irving, Rebecca, mi madre... Ojalá mi padre también hubiera estado. De pequeña siempre soñé que mi padre me llevaría al altar y q amenazaria de muerte a mi futuro marido si no me cuidaba pero... no fue así. Y no sólo eso, si no que ni si quiera se donde está. No se si vive, si está... muerto. Al pensar esto último una lágrima amenaza con salir.

El arte de olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora