𝐒𝐅𝐇 | 𝐊𝐕 | 𝗘𝗱𝗶𝗳𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗘𝗱é𝗻:
Taehyung, un joven que acababa de mudarse a Seúl, Corea del Sur, se enfrentaba a un desafío común: encontrar un departamento asequible. Con un sueldo modesto, sabía que tendría que renunciar a los lujos y bu...
—¡Respóndeme de una puta vez, Soyeon! ¡¿dónde mierda está mi mocoso?! —le grité a la fémina, tomándola del cabello bruscamente.
—¡No sé! ¡Lo dejé durmiendo en la habitación que mandaste a construir para él!
—¡Pues como ves, no está en la puta habitación, Soyeon! ¡Debiste quedarte ahí, maldita sea! —cada palabra que decía iba acompañada de un golpe en el cuerpo de la chica.
Ante el ruido fuerte, todos los extraños salieron de sus habitaciones, incluido el pervertido. Los extraños veían lo que pasaba sin atreverse a hacer nada. No querían que el jefe les diera algún golpe o los matara en el peor de los casos.
Hoseok, quien veía aquello, no pudo hacer nada más que mirar lo que pasaba. Soyeon apretaba los dientes debido al dolor en su cuerpo; si bien había veces que JungKook la golpeaba por hacer algo que no debía, siempre terminaba peor que hoy. Así que estaba acostumbrada.
Soyeon, en un movimiento rápido, golpeó a JungKook en el rostro, haciendo que él retrocediera levemente por el impacto. El golpe seco resonó por todo el lugar, haciendo que los extraños se quedaran sorprendidos por el acto de la pelinegra. Nadie se atrevía a golpear a JungKook, absolutamente nadie, puesto que era muerte asegurada.
Soyeon se enderezó en su lugar y miró a JungKook con rencor acumulado.
El pelinegro la veía con enojo, con rabia por haberse atrevido a golpearlo. Con rapidez, tomó de nuevo a la mayor del cabello y la lanzó al suelo.
—¡Última vez, maldita sea, que me golpeas, Jeon Soyeon!—le señaló—. ¡Si no te mato es porque debes buscar a Taehyung!
—¡¿y dónde mierda lo voy a buscar?! —preguntó alterada.
—¡Ese es tu maldito problema! Iré a buscarlo a la maldita estación de policías. Ese mocoso es tan estúpido que seguro iría ahí.
Y con eso, Jeon salió del edificio con rapidez, dejando a los extraños sumamente alterados.
Hoseok se acercó a Soyeon y la ayudó a levantarse, llevándola al baño para curar sus heridas.
—Esta fue una prueba de lo que te pasará si llegas a llevar las pruebas con la policía, Soyeon. ¿Estás dispuesta a pasar por lo mismo?
Soyeon lo miró fijamente, fulminándolo con la mirada.
—Claro que sí, estoy dispuesta a hacer lo mismo hasta que Taehyung sea libre. No estamos en su lugar y no sabemos su sufrimiento.
Hoseok solo suspiró; a pesar de todo, Soyeon tenía razón.
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No había marcha atrás; ya estaba fuera del edificio. Había logrado salir después de media hora, cuando Soyeon se había ido, tras verificar que estuviera dormido, entre comillas.
No había tomado las pastillas; había descubierto que eran somníferos para hacerlo dormir por completo durante horas.
Y esa pastilla se la daban casi todos los días, puesto que Soyeon fingía haberlo olvidado por completo. En realidad, era porque los somníferos le hacían daño a su organismo cuando los tomaba.