Capitulo 28

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Taehyung llegó junto a la chica pelirroja, quien, al verlo, le sonrió y le hizo una seña para que se sentara en la silla giratoria.

—Supongo que eres el nuevo ayudante y la nueva obsesión del jefe. Déjame explicarte lo que tienes que hacer aquí —dijo la chica.

—Claro, explícame. ¿Cómo te llamas? —preguntó Taehyung.

—Mi nombre es Ryu-Jin —se presentó, sonriendo al castaño—. Oh, tengo veinticinco años. Supongo que tú eres el famoso Kim Taehyung del que todos aquí estaban hablando. El jefe está loquito por ti, chico.

Taehyung se removió incómodo en su lugar. No le gustaba que dijeran aquello. No se sentía bien ser la obsesión más grande de su secuestrador, aunque en cierta parte le gustaba que no se acercaran a él por ese mismo motivo. Ya que JungKook los mataría si lo llegaran a dañar.

—Mucho gusto, Ryu-Jin. Tengo veintitrés años, cumpliré veinticuatro años en unos meses o tal vez ya los cumplí. No sé ni en qué mes estamos ni tampoco la fecha. JungKook no me deja utilizar el celular —le dijo.

Ryu-Jin abrió los ojos y la boca sorprendida.

—Déjame buscar el mes y la fecha. Yo te ayudaré —le dijo, mirando su propio celular en busca de la fecha—. ¡Lo tengo! —gritó—. Estamos en el mes de agosto, la fecha es veinticuatro.

Taehyung sintió que sus ojos picaban. ¿Tanto tiempo había pasado? La chica pareció ver que su semblante cambió de la nada y eso le preocupó.

—¿Estás bien, Taehyung? —preguntó.

Taehyung negó.

—No, el cumpleaños de mamá ya pasó y yo estoy aquí. Fue un cumpleaños doloroso para ella al no encontrar a su hijo. Ella me está buscando desde hace meses —soltó un sollozo.

Ryu-Jin sintió que su corazón se rompía. Ese castañito le daba ternura. Se veía que era un chico tan puro y con ganas de vivir la vida, la cual fue arrebatada por su jefe.

—Oh, dios mío, Taehyung. Lo siento tanto, pequeño. No debí decirte la fecha. Lo siento —se disculpó rápidamente, acercándose al castaño tembloroso y llorón.

—No te preocupes, solo querías ayudarme —dijo Taehyung.

—¿Puedo darte un abrazo, Taehyung? —preguntó la chica, con calma, ya que se había dado cuenta de que a Taehyung no le gustaba el contacto físico.

Taehyung dudó, pero la chica se veía confiable, era igual que Soyeon, una hermana mayor para él. Entonces asintió.

Ryu-Jin lo abrazó, manteniendo una distancia pequeña entre sus cuerpos. Taehyung se tensó levemente, pero se relajó cuando la chica comenzó a dar palmaditas en su espalda.

Sus sollozos se hicieron cada vez más fuertes, llorando todo lo que no había hecho desde hace meses porque JungKook lo amenazó diciéndole que si seguía llorando lo iba a dejar en la granja. Aquello lo asustó, así que no había llorado desde ese día.

—¡Maldita sea, Taehyung, cállate ya, mierda! —gritó JungKook al menor, quien solo lloró mucho más.

JungKook lo había obligado a ver cómo mataban a una señora embarazada. Taehyung miró a los pequeños bebés de nueve meses ser sacados de la panza de su madre. La señora gritaba de dolor al ser cortada en partes, aún estando con vida; había cometido el error de querer escapar a un hospital de la ciudad para tener a sus hijos. No quería que sus pequeños nacieran y fueran parte de los extraños. Sintió y miró cómo sus bebés fueron sacados de su vientre. Los bebés lloraban en las cunas que los extraños habían llevado para los nacidos.

© 𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐇𝐄𝐋𝐋 | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora