Kim Taehyung siempre se había considerado alguien bastante amable con las personas; siempre buscaba ayudar a los demás en lo que podía. Estaba orgulloso de la crianza que su madre le había dado.
A pesar de lo difícil que fue para ella criar y mantener a dos hijos e incluso a su esposo, ella siempre sonreía; siempre verías una sonrisa. La vida de su madre no fue para nada justa: recibía malos tratos por parte de sus padres, la obligaron a casarse con un tipo que no conocía, que la golpeaba y maltrataba física y psicológicamente. Pero eso no era todo; aquel tipo que se suponía era su padre era un borracho y un drogadicto de mierda, que cada vez que se pasaba de copas o se drogaba, terminaba golpeando a su madre, hermana e incluso a él, siendo los dos menores de edad.
Su madre había sido abusada por uno de los amigos de su padre cuando este los invitó a ver un partido; de ahí nació él. Es por ello que siempre se ha sentido culpable de haber nacido. Su madre siempre le decía que no era culpa de él, que era de aquel tipo y de su supuesto padre.
Su madre siempre le ha inculcado que debía ser respetuoso con las personas y ayudarlas en lo que podía, y que, en caso de no poder ayudar, debía llamar a la policía o a alguna persona para que lo hiciera. Es por ello que siempre se propuso ayudar a las personas y ser amable con ellas; trataría de ayudarles aunque no le fuera posible.
Pero, entonces, ¿qué hacía en estos momentos amarrando a un chico a la mesa de metal donde harían los procedimientos de extracción de órganos en lugar de ayudarlo a escapar?
El chico estaba completamente dormido; Ryu-Jin y él lo habían dormido con un trapo empapado de cloroformo. El chico despertaría en una hora o dos, pero daría el tiempo suficiente para que llegara JungKook junto a él.
—¿Taehyung? —llamó Ryu-Jin.
—Dime.
—¿Cómo llegaste aquí? Quiero hacer tiempo mientras llega tu novio, me aburro —dijo con un pequeño puchero. Taehyung debió suponer que Ryu-Jin era como Soyeon; mataba a veces por gusto. Solo que creyó que había encontrado a alguien que era como él, que odiara este lugar con su vida entera. Pero ya vio que no, y aquello causó una punzada de decepción.
—Ryu, JungKook no es mi novio —susurró—. Simplemente es mi secuestrador, nunca lo veré como mi pareja, lo odio con mi vida. Pero, para que no te aburras, podemos comenzar a preparar lo que JungKook ocupará para Beomgyu.
Ryu-Jin no dijo absolutamente nada; sabía que JungKook no veía a Taehyung como un simple secuestrado. Cuando conservas a una presa, es porque significa algo para ti. Los extraños les llamaban novios a las personas secuestradas; no pedían serlo, no les decían absolutamente nada. Simplemente lo eran y ya.
—Entonces, ¿cómo llegaste aquí, Taehyung?
—Por una publicación en internet. Llegué aquí en busca de un departamento o cuarto para vivir, pero terminé aquí —señaló el lugar en donde estaban.
—Uy, esa siempre funciona —pero antes de que Ryu dijera algo más, la puerta del pequeño sótano fue abierta de golpe. De ella entró JungKook, con su semblante serio al ver a la chica tan cerca de su pecado.
—Aléjate de él, Ryu-Jin. ¡Rápido! —gritó. La chica dio un respingo y se alejó rápido de Taehyung. Taehyung agachó la cabeza y tembló; cada vez que JungKook veía a alguien cerca suyo, era un golpe seguro o una herida asegurada.
Cuando cerró los ojos y apretó el puño, esperando recibir el golpe, JungKook lo jaló de la cintura hacia él y lo besó bruscamente. Los labios del mayor se movían con experiencia sobre los de él, chupando su labio y jalándolo de vez en cuando. Succionaba los labios del menor y los lamía. Adentraba su lengua en la cavidad bucal del menor, quien jadeó con gusto. Aunque lo negara, le gustaba ser besado así. Pero no se lo digan a nadie.
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© 𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐇𝐄𝐋𝐋 | Kookv
Misterio / Suspenso𝐒𝐅𝐇 | 𝐊𝐕 | 𝗘𝗱𝗶𝗳𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗘𝗱é𝗻: Taehyung, un joven que acababa de mudarse a Seúl, Corea del Sur, se enfrentaba a un desafío común: encontrar un departamento asequible. Con un sueldo modesto, sabía que tendría que renunciar a los lujos y bu...
