—Bien, comenzaremos con las preguntas. ¿Cuándo vio por última vez al chico? —preguntó Nayeon.
Soyeon pensó por menos de dos segundos y respondió:
—Realmente, Taehyung y yo nunca hablamos mucho. Y cuando lo hicimos, fue el día en el que llegó aquí. Le mostré las instalaciones y eso fue todo.
—Eso no nos dice nada, señorita Soyeon.
—¿Qué quiere que le diga, señor? Las cosas de Taehyung no están en el cuarto; revisaron hace unos días tres policías enviados por la mamá del chico —respondió bruscamente, haciendo que los detectives la miraran con el ceño fruncido—. Mire, no me lo tomé a mal, pero está dejando mal parado a mi edificio y a los inquilinos de aquí. Ellos están disgustados porque son interrogados ¡todas las semanas que pasaron y estas! El chico se fue de aquí, debió de haber huido con alguien y ya.
Los oficiales asintieron y se disculparon; era obvio que se molestarían, eran vigilados las 24 horas e interrogados todos los días por diferentes detectives.
—¿Qué puede llegar a ser estar siendo molestados todos los días? Por ello mismo, necesitamos su cooperación. Ustedes son los principales sospechosos porque las personas que entran aquí desaparecen mágicamente y sus antecedentes no los ayudan demasiado, sin contar los trastornos mentales que tienen.
Aquello último hizo que los ojos de Jungkook, quien espiaba detrás de la pared, brillaran con un brillo peligroso.
—Señor, ¡eso no significa que por estar trastornados tengan que ser malos! Las personas cuerdas son las que más daño hacen y, aun así, los dejan libres a cambio de un poco de dinero.
Seojoon golpeó su mejilla con la punta de su lengua.
—Debemos revisar el edificio —dijo rápidamente Seojoon a Soyeon.
Las alarmas en la pelinegra se encendieron.
—Necesitan una orden para hacer eso —dijo rápidamente Soyeon.
Nayeon buscó entre su folder la orden y se la mostró a la chica.
—La tenemos.
—Bien, háganlo. Pueden revisar el edificio entero si gustan —les dijo, mirnadolos alejarse y adentrarse más al lugar—. No me haré responsable de lo que puedan llegar a ver —susurro.
Los detectives comenzaron a avanzar lentamente por los pasillos, abriendo las puertas de los cuartos con rapidez y, para su desconfianza, ni un inquilino estaba en sus lugar.
Soyeon iba detrás de ellos, sonriendo sádicamente.
—Parece que la detective Nayeon tiene una piel de porcelana, bastante tierna. Me pregunto a qué sabrá —susurró así misma.
Los detectives llegaron a la cocina, mirando en el refrigerador varios tupper llenos de carne con alguna salsa encima. Aquello no les pareció extraño; era carne de animal solamente.
Claro, carne de animal.
Nayeon caminó con dirección a la planta baja, el lugar en donde se encontraba el gatito amarrado.
Comenzaron a bajar el lugar con rapidez, dejando a Soyeon más atrás. Pero, justo cuando abrieron la puerta y vieron al chico desaparecido desde hace cuatro años, amarrado, con heridas y sangrando, quisieron sacar sus armas, pero no encontraron absolutamente nada.
—¿Qué? ¿Buscan esto, detectives? —preguntó divertida Soyeon, tomando con ambas manos las dos armas. Los antes mencionados abrieron los ojos de par en par, buscando sus armas, pero no encontraron esto—. Se preguntarán, ¿cómo las tiene? Nunca deben dejar que el loco los siga por detrás, y eso deben saberlo demasiado bien.
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© 𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐇𝐄𝐋𝐋 | Kookv
Misterio / Suspenso𝐒𝐅𝐇 | 𝐊𝐕 | 𝗘𝗱𝗶𝗳𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗘𝗱é𝗻: Taehyung, un joven que acababa de mudarse a Seúl, Corea del Sur, se enfrentaba a un desafío común: encontrar un departamento asequible. Con un sueldo modesto, sabía que tendría que renunciar a los lujos y bu...
