Las cadenas resonaban en aquella celda húmeda. Sus extremidades dolían como nunca antes y tenía heridas que sangraban casi toda una hora; claramente no era demasiada sangre, de lo contrario, estaría muerto desde hace tiempo.
La puerta de aquel cuarto donde se encontraban las celdas fue abierta fuertemente por Soyeon, haciendo que sonriera.
—Mi querida, Soyeon —burló.
—Gatito lamebotas —sonrió alegremente Soyeon—. ¿Cómo te va aquí abajo?
—No me quejo, eres tan considerada que me has dejado vivir a pesar de que el jefe intentó matarme —le respondió burlonamente, haciendo que Soyeon apretara la mandíbula y su puño se cerrara.
—Oh, querido gato. No, no, no te dejé vivir porque soy considerada, claro que no —lo miró, tomando su mentón—. Solo quiero devolver el trato que me diste los primeros días aquí: dejándote encerrado, sin comida, y si te doy, que fueran solamente pedazos de carne humana podrida, sin agua, y si te doy, será sangre. Vamos, ayudante, ambos sabemos que odias comer carne humana y beber la sangre. Y si lo hacías, era solamente porque estabas enamorado del jefe, qué ternura —molestó Soyeon, haciendo un puchero de fingida ternura.
El ayudante apretó la mandíbula hasta que sus dientes chirriaron.
—Maldita puta, no sabes una mierda.
Soyeon dejó salir una carcajada llena de locura y diversión. Sus ojos se pusieron llorosos, su cara se tornó roja y su estómago dolió de lo divertido que le parecía la situación.
—Oh, vamos, cariño —le dijo en un susurro—. Ambos sabemos que intentaste revolcarte con el jefe. Lo haces porque piensas que él estaba enamorado de ti —con ojos abiertos y sin parpadear, Soyeon le dijo, tomándolo de la mandíbula—. Pero, ¿qué crees? El jefe nunca te hizo caso, qué lástima. Los psicópatas no se enamoran. Entraste aquí solamente para ver a JungKook más seguido, pasaste de ser ayudante en su consultorio de dentista a ser un asesino solo por sorprenderlo.
Soyeon lo soltó bruscamente, haciendo que cayera hacia atrás.
—Pero el jefe nunca te hizo caso y eso fue lo que más te jodió. ¿Y qué hacías para desquitar tu frustración? Fácil, me torturabas a mí a escondidas del jefe, maldito gato.
Y por último, Soyeon sacó una laptop de su bolso.
—¿Sabes qué es lo más gracioso, gatito? Que Taehyung logró meterse en la cabeza de Jungkook, teniendo apenas dos días de haber llegado al edificio, lo que tú no lograste en cuatro años.
—Eso lo dices porque te duele saber que no estuve enamorado de ti, Soyeon. Nunca me gustaste y eso te dolió —intentó dañarla con sus palabras.
—¡Qué gracioso eres, ayudante! —dijo entre carcajadas. El tipo en el suelo, completamente sudado, lleno de desechos humanos, carne podrida y sangre, la miraba con odio y rencor—. Nunca me gustaste, ni un poco. Ya sabes, no me van los hombres, amo a las mujeres. Oh, solamente intenté sacarte dinero, pero al llegar aquí me torturaste.
Y con eso, Soyeon volteó la pequeña computadora, reproduciendo un vídeo de Kim Taehyung y Jeon JungKook teniendo sexo.
El rostro de él ayudante se contrajo del asco y el dolor que le causó ver aquella escena en el vídeo. Los gemidos de Taehyung se escuchaban fuertemente, gimiendo el nombre de Jeon con satisfacción, y lo mismo era por parte de Jungkook, quien gemía el nombre de Taehyung con gusto. Ambos hombres estaban llenos de sangre, eso pudo notarlo; compartían besos, caricias, mordidas y chupetones. Todo lo que él quería que Jungkook le hiciera, se lo estaba haciendo a alguien más.
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© 𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐇𝐄𝐋𝐋 | Kookv
Misterio / Suspenso𝐒𝐅𝐇 | 𝐊𝐕 | 𝗘𝗱𝗶𝗳𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗘𝗱é𝗻: Taehyung, un joven que acababa de mudarse a Seúl, Corea del Sur, se enfrentaba a un desafío común: encontrar un departamento asequible. Con un sueldo modesto, sabía que tendría que renunciar a los lujos y bu...
