Definitivamente, lo que había hecho fue una estupidez. Al menos, era lo que pensaba la voz; pero él no lo pensaba así. Fue un gran paso para que su madre lo siguiera buscando. Su madre siempre grababa las llamadas por cualquier cosa.
Estaba esposado, sí, y no de esa manera que piensan, pecadores.
JungKook le había esposado las manos hacia adelante cuando dormía. Ahora que estaba mucho más consciente de sus actitudes de ayer por la noche, se dio cuenta de que no pensó bien la situación.
No pensó a qué lugar ir; solo su cuerpo lo guió directo a la policía, la cual no lo ayudó en nada y solamente lo miró como si estuviera loco cuando JungKook fue por él. Maldita sea.
Debía buscar una manera diferente de escapar, tal vez apuñalar a JungKook hasta la muerte, matar a Na-yeon, dejar libre a Soyeon y huir de ahí.
Pero no todo era tan sencillo. JungKook ya no lo dejaría solo en ningún momento; lo mantendría vigilado en todo momento.
Sería difícil, mucho.
La puerta de la habitación fue abierta; de ella entró JungKook, quien lo miraba con una expresión de pocos amigos. Empujaba su lengua contra su mejilla y sus manos estaban apretadas; podía verlo, ya que sus venas se notaban mejor.
JungKook se acercó a la cama y se sentó en la orilla, quedando justo frente al pecho de Taehyung.
Lo miró unos segundos, pero su rostro fue volteado de inmediato por un puñetazo no muy duro. Sin embargo, eso no evitó que su labio se rompiera y saliera sangre de él.
—Así que, ¿querías irte de mi lado, Taehyungie? —preguntó con falsa dulzura, dejando caricias en la mejilla magullada del castaño—. Responde.
Taehyung tenía sus ojos nublados, producto de las lágrimas que estaba reteniendo al sentir el dolor de su mejilla. El golpe se tornaría morado en unas horas y su labio estaba inflamado.
—¡Responde! —gritó repentinamente, causando un brinco en el cuerpo recostado del menor.
—S-Sí, sí —respondió rápidamente.
—¿Por qué? —
Fingió no saberlo, ladeando su cabeza levemente, confundido. —¿Por qué querías irte de mi lado? Dijiste que nunca te irías, que te quedarías conmigo pase lo que pase.
—S-Sé lo que dije, JungKook. Lo sé.
—¿Y si lo sabes, por qué te fuiste? —Claro que sabía por qué había intentado escapar.
Estar secuestrado no era para nada bonito, mucho menos si su secuestrador padecía psicopatía grave y trastorno bipolar. Era golpeado, humillado, etcétera, por su secuestrador; a nadie le gustaría estar en su lugar. Nadie. O tal vez sí, aquel ayudante encadenado en la planta baja estaba enamorado de JungKook a pesar de haber sido golpeado y torturado.
—¿Preguntas por qué? —preguntó, totalmente incrédulo ante tal pregunta estúpida—. Estoy secuestrado desde hace meses, no sé nada de mi familia, me torturas cada que quieres, me obligas a matar gente y a ver cómo las matas. ¿Querías que estuviera feliz? ¿Querías que estuviera saltando completamente feliz? —cuestionó alterado, al borde del llanto.
JungKook estalló en risas, causando que Taehyung lo mirara totalmente confundido. ¿Qué era gracioso?
—¿Por qué mierda te ríes? —cuestionó, enojado.
—Me río porque eres demasiado estúpido. No me importa si sufres; te tengo conmigo porque, aunque lo niegues, una parte de ti tiene dependencia hacia mí, y lo mismo me pasa a mí. Cuando saliste del edificio, creí que te irías para siempre, pero eres tan predecible, precioso, que supe a dónde irías. Pudiste ir directo a casa de tu amigo o simplemente llamar a tu madre para que viniera por ti, pero, en lugar de eso —se acercó a Taehyung y lo tomó del mentón, mirándolo a los ojos fijamente sin parpadear—, en lugar de eso decidiste ir con la policía sin ningún tipo de pruebas que digan que dices la verdad.
JungKook soltó su mentón, abriendo las piernas del de piel canela para después posicionarse entre ellas, quedando juntos.
—¿A quién crees que le van a creer? ¿A ti, una persona que está mal psicológicamente, que tiene trastornos como esquizofrenia paranoide, que tiene cicatrices en los brazos? ¿O a mí? Una persona que hasta el día de hoy no ha estado bajo investigación, bueno, solo una vez. No tengo antecedentes penales, no he sido sospechoso de absolutamente nada. Aunque debo admitir que fui un poco descuidado, sí.
Al pronunciar las últimas palabras, juntó mucho más su cuerpo con el de Taehyung, su respiración dándole en el cuello cuando se escondió en este.
—La policía es tan incompetente que no se dio cuenta de que Jeon JungKook, el tipo que iba a ser interrogado junto con Na-yeon, Soyeon y los demás inquilinos, estaba ahí, frente a ella. Mis inquilinos siempre han sido sospechosos de ser los causantes de las desapariciones de los nuevos inquilinos, pero nunca se ha encontrado nada. Siempre nos libramos de ir a la cárcel —le susurro al oído—. Y créeme, Taehyung, cuando te digo que no me importaría matarte si pones en peligro al edificio Edén.
Taehyung tenía una expresión de horror cuando JungKook mencionó aquello. Pensaba que era la debilidad de él pelinegro, pero al parecer nunca fue así y, aunque lo negara, causó una punzada de decepción en su pecho.
Mientras que por el lado de JungKook, disfrutó de ver la expresión horrorizada del menor. Lo que dijo fue mentira, nunca lo mataría, no lo haría porque sabía que no iba a soportar no tener a esa cosita llorona a su lado.
Solo quería asustarlo. Meterle miedo, hacerle saber que...
Si hacía algo malo, lo mataría, aunque sabía que era mentira.
—¿Entendiste? —preguntó dulcemente. Taehyung asintió frenéticamente.
Jungkook le sonrió y Taehyung supo que el mayor no estaba mintiendo.
Los ojos siempre decían la verdad y la mirada de Jungkook no era burlona, era decidida.
Taehyung lo miró unos segundos antes de suspirar pesadamente; tal vez debía dejar de tratar de huir, si no quería ser asesinado, entonces tendría que dejar de tratar de huir.
Pero se supone que él quería suicidarse. Estuvo a punto de hacerlo hace meses; quiso cortar sus muñecas cuando terminó de bañarse, pero Jungkook había llegado a tiempo y le arrebató la navaja.
¿Qué pasaba ahora? ¿Por qué no quería suicidarse? ¿Por qué? ¿Por qué no quería hacerlo?
La voz de su cabeza y una parte de él le decían que no debía dejar solo a Jungkook. No debía.
Su debate mental había llamado la atención de Jungkook, quien lo miraba atento ante cada mueca y gesto que hacía. Y sin haberse dado cuenta, las esposas habían desaparecido de sus muñecas, dejándolo completamente libre.
Y en un momento de debilidad, Taehyung tomó el rostro de Jungkook y lo besó. Tratando de olvidar lo que el mayor le había dicho.
ESTÁS LEYENDO
© 𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐇𝐄𝐋𝐋 | Kookv
Misterio / Suspenso𝐒𝐅𝐇 | 𝐊𝐕 | 𝗘𝗱𝗶𝗳𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗘𝗱é𝗻: Taehyung, un joven que acababa de mudarse a Seúl, Corea del Sur, se enfrentaba a un desafío común: encontrar un departamento asequible. Con un sueldo modesto, sabía que tendría que renunciar a los lujos y bu...
