Capítulo 33: Autoconflicto

128 19 6
                                    

Narra Melissa:

Otra mañana y otro día.

Para serles sincera, podría acostumbrarme a esto:

- No puedo Niall. - Le digo negando con la cabeza.

- Claro que sí, así que vamos. - Insiste él.

No le hago caso, pero aun así me toma de la mano y me conduce hacia la puerta del piloto de su auto.

- De verdad que no puedo. - Le vuelvo a repetir.

- Claro que sí, sólo es cuestión de práctica. - Me dice abriéndome la puerta.

Niall pretende que conduzca su auto, pero como ustedes ya saben, soy un desastre haciéndolo.

Tomo asiento de la mala gana.

Miro a Niall y así me encuentro con sus ojos, lindos e hipnotizantes ojos.

- Por favor. - Me pide con esa mirada hechizante e imposible de ignorar.

Me pongo el cinturón. - Está bien. - Me rindo.

Y es así como muestra una sonrisa ganadora.

Posteriormente rodea el coche, para tomar asiento en el asiento del copiloto.

Tomo el volante con mucha fuerza, como si quisiera estrangularlo.

Me muero de miedo.

- Tranquila Mel, - Se dio cuenta. - todo va a estar bien. - Me asegura Niall.

Lo veo y es así como su mirada se cruza con la mía.

Ahora no puedo dejar de admirar sus hermosos ojos azules.

- ¿Mel?

Nunca había sentido la necesidad de admirar tanto sus ojos.

- ¿Meli?

¡Oh! Me lo dijo cantando y sonó tan bien ¿Es que acaso Niall podría ser cantante?

- ¿Melissa? - Pregunta tomando mi rostro.

¡Maldita sea! Acaba de tomar mi rostro.

Quiero decir algo, pero no puedo.

Niall me examina con preocupación. - Mel, ¿estás bien?

¡Vamos! Tengo que decir algo.

- Meli por favor, dime algo. - Suplica Niall.

Pero no puedo Niall.

Por cierto, ¿cuándo mi vista se clavó en los labios de Niall?

Sólo sé que no puedo dejar de verlos.

Ahora noto que Niall hace lo mismo.

Niall me ve por última vez a los ojos para posteriormente acercarse a mí. Yo hago lo mismo.

Siento que todos mis sentidos están a punto de salir de órbita y...

- ¡APARTENSE DEL CAMINO! - Gritan desde atrás.

Y así el momento se perdió... otra vez.

Muy molesta, saco la cabeza por la ventana.

- ¡Podrías pasar tranquilamente por el costado del auto! - Le digo furiosa.

No es que el auto ocupe toda la autopista.

Y está comprobado, pues el señor prepotente pasa por nuestro costado con su auto, sin no antes guiñarme el ojo.

BoyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora