Capítulo 48: Última oportunidad

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Narra Niall:

Es demasiado diferente la sensación que siento ahora.

Hace casi un año atrás yo deseaba estar aquí, en el aeropuerto con un boleto con destino devuelta a Irlanda. Pero ahora sólo quiero quedarme en San Diego.

Recuerdo todas las noches llorando en silencio en mi nueva recamara, extrañando a mi madre, mis amigos y mi paraíso llamado Mullingar.

Recuerdo como soñábamos Melissa y yo de ir algún día allí:

"- Tengo una pregunta para ti. - Me dijo la chica castaña, quien estaba acostada en el patio de mi casa.

Seguí su acción y me acosté al costado de ella, sólo que mi cuerpo había quedado al lado contrario del suyo, logrando así sólo ver su rostro.

- Bien, hazla. - Le di mi confianza.

- Si tuvieras la oportunidad de llevarme a un lugar ahora mismo, ¿cuál elegirías? - Preguntó.

La mire. - A Mullingar.

Ella me regaló una sonrisa sincera.

- ¿Y por qué? - Preguntó sin perder esa sonrisa.

- Sólo llevaría a personas importantes y especiales para mí,... a las que verdaderamente amo. - Confieso.

Y es así como ella sonrió aún más que antes.

- ¿Eso contesta a tu pregunta? - Pregunto viendo al cielo.

- En todos los sentidos."

Ella siempre lo supo, de cierta manera siempre supo lo que sentía por ella.

Es loco pensar que la vida es tan perfecta y de un momento a otro las cosas salgan de control y sin darte cuenta caíste en el mundo de las pesadillas.

El darle toda fe a alguien y que al último este resulte ser el peor de los errores del mundo. Aunque la verdad es que estoy exagerando, porque no fue malo; logre que al menos ella confiara en alguien y de paso que yo lo hiciera, y aunque no termino bien, fue hermoso mientras lo vivimos.

Además, al menos tendré recuerdos, lejanos, pero al fin y al cabo recuerdos de todo lo hermoso que fue.

Pero ahora debo verle lo bueno a este viaje; mis padres regresarán, volverán a estar juntos y por fin volveremos a ser esa familia que siempre debimos ser.

Mis padres y mi hermano son felices y debo serlo con ellos, por ellos.

- Pasajeros del vuelo 232 con destino a Irlanda, por favor pasen a abordar. - Menciono la locutora.

Me saco de mis pensamientos.

Mi padre suelta un suspiro. - Bien hijos, llego el momento.

Adiós San Diego.

Empezamos a caminar hacia la zona de abordar y...

- ¡Niall! - Escucho que gritan atrás de mí.

Ya estoy alucinando.

Lo ignoro y sigo caminando.

- ¡Niall! - Vuelven a exclamar.

Me quedo helado.

Esa voz suena a... No, imposible.

Pero mi maldita fe que al parecer vive aún, me hace voltear y veo lo "imposible".

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