Manos delicadas y la pequeña rosa
¿El amor es...injusto?
— ¿Mamá? — los párpados que escondían aquellos orbes miel se abrieron con sorpresa y en segundos se inundaron de lágrimas cuando observó a su madre desnuda, con todo su cuerpo mallugado y en su rostro escurriendo sangre de una cortada en la mejilla.
Comenzó a sollozar aún más abrumado al sostener la suave mano de la mujer que más amaba en el mundo pero en cambio esta parecía tener la mirada perdida en un estado de inconsciencia.
— No llores cariño, mamá está bien.
— ¿Por qué te hizo esto? ¿Te duele mucho? — ella negó, aún intentando dedicarle una sonrisa a su único varón.
— Si te tengo a ti nada duele — acarició con ternura la mano de su pequeño mientras cerraba los ojos. ―Papá nos ama Elliot, tú también nos amas ¿no es así?
— ¡No! El te ha lastimado, el no nos ama mamá...
— Tienes unas manos pequeñas Elliot...úsalas gentilmente ¿de acuerdo?
Él asintió y ella finalmente cerró los ojos, él sabía que ella había muerto pero siguió tomando su mano. Él no se opuso a ninguna de las terapias a las que su padre lo obligó a presentarse, solo tenía cuatro años y acababa de perder a su mamá.
Se aferró durante años y noches a una bata roja con detalles dorados que pertenecía a su madre. Fue lo único que quedó de ella, los recuerdos habían sido apartados de su cabeza como si de separar semillas se tratase.
¿El amor es...soledad?
—Hijo ¿Por qué no vas a jugar? — su presencia parecía sentirse tan intimidante como la de un lobo pero el solo miró a su padre y negó.
—No haré ruido alguno, lo prometo— cuando intentó tomar la mano de su padre, este la quito con molestia y el solo agacho la mirada.
Paso horas de pie al lado de su padre mientras éste conversaba con hombres de traje, pasando saliva por su seca garganta que dolía. Luego ellos se despedían y él se sintió satisfecho ante el rostro complacido de su padre por su silenciosa compañía.
— Es todo un cachorro ¿eh? — uno de los hombres se acercó a él con una sonrisa socarrona y lo despeino.
— Tal vez te superé algún día Bruno.
— No le pongas presión al chico, será una bestia cuando sea mayor — observaba a aquellos hombres referirse a él como un animal y cuando su padre le dijo que fuera a buscar a su nueva madre, Ellie, supo al ver a la que ahora llamaba mamá, que su sonrisa no se vería más en un par de días.
Al llegar a su cuarto se encerró, aún dentro del armario podía escuchar los gritos de ayuda.
¿El amor es...egoísta?
— ¿Por qué no se calla de una vez?
— Tal vez tiene hambre...
— No seas tonto Harry, el solo llora porque quiere atención.
— Es un bebé, ellos también tienen hambre — el niño de cabello rizado quién replicó estaba a su lado mientras jugaban en el jardín de la mansión.
— Pues que alguien se haga cargo y lo calle ó lo arrojaré a la piscina — dejo de botar su pelota cuando vio a su amigo caminar hacia la entrada de la casa. — ¿A dónde vas?
ESTÁS LEYENDO
Las rosas llevan vendas➳
RomanceObra terminada en Febrero del 2016 Roses wear blindfolds; Violets crack whips; candle wax dripping, teeth biting lips. (Las rosas llevan vendas; las violetas azotan grietas: velas derramando cera, dientes mordiendo labios) ―Michael Faudet, Sunday S...