Bésame
Era como naufragar en un mar de recuerdos, se sentía como el día del derrumbe mientras el frío traspasaba las ventanas y el único sonido provenía del motor del auto. Un par de manos frías y un amor recóndito en una caja torácica rota, la carretera parecía silenciosa. Su imaginación comenzó a desbordarse y le preguntó silenciosamente al universo si no podía cambiar los papeles y ser él quien estuviese en esa cama de hospital.
El sonido de una congestionada respiración provocó que las manos del conductor se tensarán sobre el volante, luego una melodía repetitiva se escuchó amortiguada por la prenda de un abrigo negro;
― Elizabeth ― Louis giró de inmediato su rostro para ver a su esposo colocar el celular en altavoz y concentrarse de nuevo en la carretera. ―Tranquila, ya estamos cerca del hospital.
―Mi hijo, mi Harry ― su voz sonaba destrozada y eso hizo al menor tragar saliva con dificultad, era su culpa, él lo había provocado todo.
Elliot golpeó con fuerza el volante, también había lágrimas en sus ojos.
―Lamento mucho esto, tú deberías de estar celebrando el embarazo de Lauren y en cambio...
―Shh, tranquila Elizabeth, ahora lo que importa es Harry, el cual en cuanto se mejore comenzará a revolotear por la llegada de mi hijo― contestó el mayor con una voz débil y le dirigió una mirada a Louis cargada de odio.
Las pupilas azules se llenaron de lágrimas, una ligera risilla fue escuchada por el otro lado de la línea, Elizabeth sabiendo cuánto le gustaban los bebés a su hijo.
―Llámame cuando sepas algo de él, en cuanto el clima mejore tomaremos un avión.
―Lo haré, adiós― la noche era oscura pero el contraste de la nieve hacía parecer a la tierra un espacio monocromático, ligeros hipidos comenzaron a escucharse de manera desatada mientras el enorme edificio se veía a lo lejos del camino.
—Ella está...― se sentía como una caída permanente en el hoyo del conejo, ninguna paliza dolía tanto como la idea de perder a Harry, pero, un hijo, ¿Por qué torturarlo así si él ya tenía planes de vida con alguien más? se sentía traicionado, usado y sucio. ― Vas a...
― ¿Pensaste que iba a formar una familia contigo? ― una sonrisa cínica le arrebató un último aliento, claro que no, Louis nunca tendría una familia.
―Pero, nosotros estamos casados, ¿Cómo puedes ser... ― el chirrido del auto frenar al estacionar frente al hospital causó que sus nervios rebotaran como una pelota dentro de su cuerpo. El contacto fuerte sobre su púrpura mejilla donde había recibido una patada hace una hora atrás le hizo chillar de dolor, desesperado buscaba separarse de su agarre.
―No importa si yo me caso con alguien más y formó una familia, tú vas a seguir estando de rodillas abriendo esa boquita tan linda para mí ― sus dedos eran violentos sobre la piel empapada de lágrimas. ― Cámbiate a la parte de atrás, alguien necesita que le den su merecido.
―No, no, no, Harry... ―sus súplicas fueron silenciadas por el fuerte tirón en su cabello, sus párpados estaban arrugados mientras intentaba apartar la mano de Elliot de él. ―No, por favor, no he dejado de sangrar, podemos infectarnos de algo, por favor, ahh― su frente impactó con fuerza contra el salpicadero del auto. ―Aghh
― Tú haces lo que yo diga ― el líquido escurrir por su ceja quemaba y recordaba, sedado por el dolor, aquellos días en que Elliot solía tratarlo con suavidad. ― ¿A quién perteneces Louis?
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Las rosas llevan vendas➳
RomanceObra terminada en Febrero del 2016 Roses wear blindfolds; Violets crack whips; candle wax dripping, teeth biting lips. (Las rosas llevan vendas; las violetas azotan grietas: velas derramando cera, dientes mordiendo labios) ―Michael Faudet, Sunday S...