Capítulo 6

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—Levántate floja —me dijo una voz dulce en mi oído, abrí los ojos y la vi, a Julie hablarme como cuando tenía tres años. Me decía en el oído: «Levántate floja», con su voz que era dulce y ahora lo volvió a hacer.

—Hay Julie, ¿qué quieres? —volteé todo mi cuerpo hacia el otro lado y cerré mis ojos.

—Ya levántate, ya perdiste la primera clase —abrí los ojos de plato.

—¿Qué? —pregunté levantándome de la cama.

—Mentira, solo quería que te despertaras.

—Maldita —susurré y le aventé la almohada.

—Ya arreglate inepta.

—¿Inepta, Julie?

—Sí, eres una inepta —respondió.

—¿Acaso yo he trabajado en una empresa donde no sé qué diablos hacer? ¿Acaso mentí en que tengo años de experiencia en computación? ¿Yo soy inepta? —reí.

—Estúpida —se marchó.

—¡¿Aún sigues creyendo que soy una inepta?! —le grité.

Me arreglé. Fui a la universidad y saludé a Priscy. Quien me respondió:

—Apestas, ¿no te bañaste?

—No, ¿te importa? —contesté.

—¡Guacala! —exclamó—. Eres la sucia Yuri, con razón nadie te quiere —ríe.

—Claro que sí, Ryder —le dije.

—Ese hace mucho que no te habla, desde que le dijiste que eliminarías la foto que les tomó tú hermana —contestó.

—Entonces... A... Ángel —tartamudeé.

—Ese no sabe quién eres, ni te ve en persona y ni sabe dónde vives.

—Sabe todo y ya me vio.

—Pero en videollamadas, eso no cuenta.

—Claro que sí cuenta, ya sé cómo es y también su físico.

—¿No me digas que te enseñó...? —se sorprendió.

—Sólo su abdomen, pervertida Priscila —le di un golpe en su hombro con mi libreta de Historia.

—Insisto, eso no cuenta.

—Eres tan negativa que por eso Frank te dejó —le recalqué el día que el corazón de Priscy se rompió. Me vio seria y luego de sus ojos salió un mar de lágrimas—. No, no te creas princesa, retiro lo dicho, lo siento.

—Lo que quieres es que me enoje contigo Yuridia Nicole James-Brown.

—Soy Yuridia Nicole James, quita el Brown, y no quiero que te enojes conmigo —dije.

—Claro, quitas el Brown por tu papá que las dejó —me hizo sentir mal pero ya lo había superado. Mi padre dejó a mi madre por otra, decía que ya no sentía nada por mi madre pero solo le quizo arruinar la vida. En fin, no le guardo rencor. Dejé de hablarle y me notó seria, y devolada dijo:—. No te creas Yuridia, es que me desquito de las personas con su pasado.

—No te preocupes, eso no me duele, pero ya, olvida lo que te dije...

—Y tú olvida lo que te dije —me interrumpió.

—Sí, y ya felices —sonreí. Entró el profesor Historia y empezó la clase.

—¡Todos pasen sus apuntes del trabajo anterior al pupitre! —nos ordenó. Pasamos los apuntes y empezó a revisarlos. Nombró a cada uno para que pasara por su libreta—. ¡Yuridia! —me gritó. Pasé—. Tu trabajo está bueno pero sabes y todos saben que los quiero bien hechos, sin rasgados y bien presentados.

Amor A DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora