Capítulo 22

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-¡Felicidades! -gritó Priscila al entrar nuevamente a la sala, me abrazó.
-Felicidades -dijo Sebas y me abrazó.
-Gracias -les respondí-. ¿Y Ángel?
-Creo que salió -dijo Sebas.
-¿Llegaste a ver cómo estaba?
-Sólo lo felicité pero se fue serio del hospital.
-¿En serio? -me agüité.
-Pero debe ser porque la noticia le pegó duro, pero sé que se veía feliz.
-Eso espero -dije.
-Claro que sí -dijo Priscy emocionada-. ¿Y cómo le llamarás? -tocó mi vientre.
-No lo sé, no estoy pensando en eso, quiero ver a Ángel...
-Aquí estoy, nena -entró. Caminó hacia mi camilla, se sentó a un lado, me miró a los ojos y me abrazó. Lo abracé. Se separó, tocó mi vientre-. Vamos a ser papás -sonrió y me besó.
Sonreí aliviada, pensé que no lo tomaría bien, aunque... antes, él había llorado.
-¿Por qué tenías los ojos llorosos? -le pregunté.
-Mi sueño es ser papá, aunque empecé a pensar las consecuencias pero no me importa si eso lo tengo contigo, con la persona que amo.
-Te amo -le dije.
-Yo te amo aún más.

Priscy y Sebas se fueron dejándonos solos. Ángel se subió a la cama y recostó mi cabeza en su pecho, abrazandome con un brazo y con el otro acariciando mi vientre.

-Si es niña... ¿cómo te gustaría llamarla?
-¿Scarlette? Me gusta ese nombre.
-Sí, a mí igual, princesa.
La sonreí.
-Si es hombre, ¿cómo te gustaría su nombre?
-Como quieras tú, amor. Yo estoy bien con cualquier nombre.
-No lo sé, puede ser ¿Ángel Jr? -reí.
-Tal vez -dijo-. Piensa en otro.
-¿Ryan? ¿Dylan? ¿Joshua? ¿Alex?
-Yuridia -entró la doctora-. ¿Cómo vas con el sangrado?
-Pues desde que volví a limpiarse lo ha salido mucho, un poco.
-Hmm... bueno eso es una buena señal por ahora. ¿Te sientes mejor?
-Supongo que sí.
-Bueno, te tomaremos la presión y todo lo que sea necesario para asegurarnos de que estés bien, aunque aún pienso deberías quedarte aquí.
-Sí doctora, haga lo que crea necesario.
Sonrió y se fue.
-Nena, iré a comer algo, la pizza la tiré en el piso y no tuve chance de darle una mordida, ¿quieres algo?
-No, no, estoy bien amor -le sonreí.
-De acuerdo, le diré a Priscila que venga a hacerte compañía.
-Sí amor, gracias.

Ángel salió. Minutos después entró Priscila, sola.

-¿Y Sebas? -pregunté.
-Le está haciendo compañía a Ángel -respondió-. Oye, ¿no te la crees verdad?
-¿Qué?
-El que estés embarazada, ¿no lo puedes creer verdad?
-No, pero creo que me gusta.
-¿Estar embarazada? Claro, hasta a mí me gustaría si lo estuviera.
-Aunque aún no sé cómo lo valla a resolver.
-¿A que te refieres?
-Mi trabajo, además... Ángel y yo no estamos casados, es un hijo fuera del matrimonio, el trabajo de Ángel, los papás de Ángel... entre más lo pienso creo que este bebé vendrá a acabar con todo. En un mes entro a mi trabajo, ¿qué les diré?
-Okay, te entiendo pero dime que no piensas... deshacerte del bebé... abortarlo.
-Por supuesto que no, él no tiene la culpa. Pero ¿qué haré?
-Decírselo a todos, tanto tus suegros como los del trabajo.
-¿Tu crees?
-Claro, podría salir pero si no dices nada.
-Está bien, entonces esperaré a salir de aquí para aclarar todo.
-¿Te irás?
-Sí, tengo que... yo decidí venir aquí a disfrutar las vacaciones contigo pero más que nada que estuvieras con Sebas, así que tu te quedas, no soportaría verte sufrir más. Y no, no hay objeción.
-Rayos -reímos.

La tarde se pasó rápida, los estudios que me hicieron indicaron que estaba bien, sólo el sangrado seguía pero iba disminuyendo, aún así la doctora me pidió quedarme hasta el día siguiente. Erick salió tarde del trabajo pero aún así estuvo dos horas conmigo, acompañándome, cuando decidió irse con Sebas a media noche. Ángel se durmió en el sofá de la sala y Priscila conmigo.

Al día siguiente me levantaron a las 8 de la mañana para almorzar algo, ya estaban todos ahí en la sala conmigo, me sentía muy cómoda con todos a mi alrededor. Decidimos jugar un juego de mesa mientras la doctora me decía si por fin podía irme o desafortunadamente quedarme.

Amor A DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora