Capítulo 40

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3 años después las cosas habían cambiado, Julie ya estaba casada y viajaba de continente a continente con Ryder, Priscila consiguió trabajo en Inglaterra de reportera para vivir con su hijo allá y con Sebas, de Erick ya no sabía mucho sólo que se fue a vivir con su ahora esposa y hasta ahí. Mi nena ya tenía 3 añitos y la pasaba genial con esa preciosura, lamentablemente Ángel trabajaba mucho y mi nena no podía verse con él, los fines de semana intentabamos salir, había veces que sí sucedían y veces que no por el trabajo de mi marido.

Un sábado me levanté muy temprano y bajé a prepararle el desayuno a Scarlette.

-Buenos días bombón -me dijo Ángel y me dio un pico.

-Buenos días amor, ¿desayunaste algo?

-Sí, de hecho le hice también a la niña, y por cierto nena mamá me llamó, dice que mi padre está muy enfermo y quisiera verlo, ¿me acompañas?

-¿Tienes tiempo? -dije algo enojada por su ausencia de los últimos días.

-Sí, puedo pedir permiso en mi trabajo e irnos los 3 a Canadá, y no te enojes -me besó.

-Es que no te vemos demasiado, yo cuando llegas en las noches y a veces porque sino llegas hasta más tarde de las 12, la niña se aburre de estar sólo conmigo, quiere estar con su papá.

-Te prometo que este permiso hará que conviva con las dos ¿de acuerdo? -asenti-. Ya mejor iré a darle de comer -en eso grita Scarlette y corrimos a verla-. ¿Qué tienes mi amor? -preguntó asustado.

-Papá, intenté bajarme de la cama pero me caí y me pegué -se sobaba sus rodillas.

-Ay mi vida -la cargué-. ¿Duele mucho? -asintió aún llorando, Ángel tomó una pomada del peinador y me la dio-. Con esto estarás mejor preciosa.

-Gracias mami.

-¿Tienes hambre? -dijo Ángel.

-Sí papi.

-Amor, dale de comer mientras arreglo la casa ¿si? -le dije a mi marido.

-Sí amor, vamos princesa -la cargó entre sus brazos y le hizo cosquillas consiguiendo que ya no llorara.

Empecé a limpiar el cuarto, Scarlette dormía conmigo porque en las noches veía que yo estaba sola y me hacía compañía entonces su habitación siempre solía estar limpia de eso no me preocupaba, lo que sí era un desastre era nuestro cuarto porque Ángel dejaba los pantalones por donde sea.

-¡Mami! -gritó Scarlette.

-¿Qué pasó princess? -bajé.

-Papá dice que iremos a ver a mis abuelos -voltee a ver a Ángel.

-Ya marqué y me adelantaron mis vacaciones -dijo, sonreí y corrí hacia el para darle un besote.

-¡Hey, hey, hey! -se metió Scarlette entre nosotro-. Papá es mío -lo abrazó.

Reí.

-Bueno bueno, vamos a preparar las cosas para irnos mañana.

-Yo las preparo -dije-, tú ve a revisar si hay vuelos para mañana.

-Lo hago por Internet nena, es más mi princesa me va a ayudar.

-¡Sí! -gritó de felicidad la niña más hermosa de mi corazón.

-De acuerdo -subí a preparar las maletas.

Más tarde Ángel ya había comprado los boletos y le avisó a sus padres de ellos, por el ambiente de estar encerrados decidimos salir al cine y de ahí a comprar un helado para Scarlette.

En medio de la película le marcaron a Ángel y tuvo que salir, me puso inquieta por un momento y más porque regresó con una cara no muy buena.

-¿Pasó algo amor? -le pregunté.

-Me hablaron del trabajo, quieren que vaya mañana a trabajar porque no podrá asistir un compañero, acaba de sufrir un accidente y está gravemente en el hospital.

-Por supuesto dijiste que no puedes ¿cierto?

-No amor, no puedo decir que no, es mi trabajo, es dinero, hay nena sé que te molestarás pero ¿pueden ir tu y la princesa mañana solas?

-Claro, igual siempre he estado sola con ella -dije molesta.

-Vamos no te pongas así, es mi trabajo.

-No voy a discutir aquí y menos frente a la niña, hablamos en la casa -dije super molesta, no me cabía en la cabeza que tenía que irme con mi hija solas (como siempre lo hemos estado) a Canadá. Ángel no podía decir que no a su trabajo nunca.

Salimos del cine y fuimos por el helado de Scarlette, en el trayecto a la casa todo estuvo silencioso, Scarlette dormida, Ángel manejando y yo pensando cómo manejar mi enojo.

Llegando a casa acostamos a la niña y bajamos a platicar.

-¿Sigues enojada?

-¿Y tú qué crees? ¿Que estoy feliz porque mañana me iré con la niña y sin ti a ver a tus padres? Obviamente que no.

-No me hables así, yo no tengo la culpa de tener mucho trabajo.

-No sí tienes la culpa, pudiste haber dicho que no puedes porque tu padre está enfermo y necesitas verlo.

-Sí Yuridia pero mi trabajo es mi trabajo y además es dinero extra.

-Yo tengo dinero, tu tienes algo ¿qué más quieres? Mira... No voy a discutir, mañana mi hija y yo nos vamos pero piensa qué es más importante ahora. Buenas noches.

-Nena por favor, no te enojes -lo ignore y me fui a dormir.

Amor A DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora