Capítulo 17

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Al día siguiente amanecí en mi cama con los ojos hinchados. Me levanté y bajé a desayunar algo.

-Buenos días amor -dijo Ángel en cuanto me vio bajar-. ¿Cómo estás?

-Hola amor, un poco bien, ¿dónde dormiste?

-Contigo -peleé los ojos-. Hay vamos amor, no pasa nada.

-Está bien -bostecé y me fui a sentar al sofá.

-¿Quieres desayunar algo?

Asentí. 

-Buenos días -dijo Julie.

-¿A qué hora llegaste? -le pregunté.

-Como a la una de la mañana. Aún estoy muy débil -se fue a sentar a mi lado-. Hermanita ¿qué harás hoy?

-Yo creo que nada -respondí.

-No no no -intervino Ángel-, hoy saldremos los tres. No pueden estar aquí deprimidas, mi suegra está en un lugar mejor, que eso ¿no les agrada? Ella debe estar anhelando que ustedes estén felices y unidas. Así que saldremos a un parque de juegos, Julie invita a tu novio para que no te sientas mal.

Asintió.

-Y tú -se dirigió a mí-. Ve a darte un baño porque nos iremos ya. Julie haz lo mismo.

Asentimos.

Y si, así pasamos todo el día completo en un parque de diversiones, la verdad estaba muy agradecida con Ángel ya que se portó de la mejor manera para que no estuviera triste y no se diga Ryder con Julie, estaban más que contentos.

Era de noche cuando Ángel y yo regresamos a la casa, Julie pasaría la noche con Ryder, a quien advertí que la cuidara.

Me senté en el sofá y le marqué a James.

-¿Bueno? -contestó.

-James, soy Yuridia, ¿de casualidad descubrieron a los asaltantes?

-Sí Yuri, de echo el reportaje saldrá a las 11, en veinte minutos.

-No hay problema, sè que eres muy bueno para tu trabajo, sólo el motivo de mi llamada era para saber si los culpables de la muerte de mi madre están presos, gracias por haber echo el reportaje, disfruta tus vacaciones.

-De nada Yuri, igualmente, adiós.

Colgó.

Suspire.

-¿Y ese suspiro? ¿A qué se debe? -preguntó Ángel.

-Los asaltantes están presos -sonreí-. Ya se hizo justicia mamá -miré el techo. Ángel acomodó su cabeza en mi hombro y empecé a acariciarle el cabello-. ¿Sabes que adoro tu cabello? -le pregunté.

Volteó a verme, me sonrió.

-¿Sabes que adoro tus labios? -dijo.

Me quede callada, viendo sus ojos. De pronto se acercó y me dio un beso tierno. Nos separamos.

-Gracias Ángel -dije.

-¿Por qué princesa? -ahora yo estaba en sus brazos.

-Por estar conmigo en estos momentos difíciles, créeme que si estuvieras en Canadá no sabría cómo sonreír -voltee a verlo de nuevo-. Gracias.

Y lo besé.

Empezó a tocar mi cuello y así bajando hasta llegar a mi cintura, donde me trajo hacia él.

-Te amo -le decía entre sus labios.

-Yo también te amo -contestó. Me separé.

-Hazme tuya otra vez.

Amor A DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora