Amor A Distancia

Capítulo 46

-Ya estoy aquí -entré gritando al hospital.
-Yuridia -corrió Sebas a mí y me abrazó-. Necesito sangre, Priscy está grave y necesita un litro de sangre O negativa. ¿Tú o Ángel tienen ese tipo de sangre?
-Los dos, nos haremos análisis para ver si la podemos ayudar -dijo Ángel.

Toda la tarde estuvimos en el hospital esperando para cuál de los dos podríamos donarle la sangre a Priscila. Una hora más tarde llegó el doctor.

-La señorita Yuridia, ¿me acompañaría para transferir su sangre a su amiga?
-Claro que sí -conteste y me fui rápido detrás del doctor.

Pasó hora y media en la transfusión de mi sangre a Priscila, afortunadamente me dejaron estar con ella en la habitación, le acariciaba su cabello.

-Vas a estar bien muñeca, yo lo sé. Tu bebé no puede quedarse sin madre, lucha mucho para salir de esto. Te amo muchísimo mejor amiga -le di un beso en la frente y salí. Sebastián entró luego de que salí y me quede a fuera con mi nena y Ángel. Estaba relajada de saber que Priscila ya había recibido mi sangre a tiempo, ya estaba en mejor estado. Una hora después salió Sebas y nos fuimos a su casa a descansar, al otro día regresamos al hospital para nuestra sorpresa Priscila estaba despierta, solo que no veía de buena manera a Sebastián.

-¿Pasa algo con Sebastián? -le susurre en el oído.
-No quiero verlo.
-¿Qué pasó amor? -se acercó Sebas y le tomó de la mano pero Priscy se la soltó de inmediato.
-¿Tienes algún problema con Sebas? -le pregunté-. Para retirarnos y que resuelvan.
-No no tengo ningún problema con él solo no quiero verlo.
-Bueno, me voy a retirar -dijo Sebas triste y salió. Ángel se llevó a Scarlette con él.
-Priscila, ¿qué pasó? Dime -insistí.
-Antes de que me sucediera el maldito accidente me había enojado con Sebastián porque estaba ocupado todo el tiempo en su trabajo y había una mujer ahí, mujer que le coqueteaba y le mandaba mensajes hasta media noche diciéndole cosas pervertidas, le marcaba y él le contestaba. ¿Recuerdas a Molly? Fue algo parecido.
-Ay vamos Priscila, Sebastián te ama muchísimo, no desconfíes de él, siempre te ha demostrado eso, además tienen a un hermoso nene que es el fruto de su amor, no me puedes decir que estás celosa si él jamás te ha fallado.
-¿Tú cómo estarías si Ángel tiene una maldita acosadora hija de perra en su trabajo? Que no puede dejar de mandarle mensajes.
-Bueno sí estaría enojada pero sé que Ángel no me traicionaría entonces no me pondría tan celosa.
-El caso es que le grité, me gritó y decidí salirme a distraerme, tomé el auto de Sebas y mientras manejaba no podía evitar pensar en cómo me había tratado, me enoje bastante y no vi cuando el semáforo estaba en rojo y me estrellé con otro auto.
-Yo digo que hables con Sebastián y arreglen ese problema, él también debe de ponerle un límite a su compañera de trabajo para que deje de molestarlo, ¿entiendes?
-No sé, quiero irme contigo un tiempo, dejarlo solo y que se dé cuenta que valgo mucho como para que me trate mal.
-Priscila, te acepto en mi casa a ti y a tu nene pero creo que huir de los problemas no hace que se resuelvan, si no lo hablan no se resolverá nunca, ¿y enserio te quieres ir y dejarlo? ¿No lo quieres, no lo amas? ¿Crees que estando allá conmigo no tendrás la necesidad de estar con él? Si antes no pudiste menos ahora.
-¿Qué te hace pensar que no puedo?
-Antes eras una joven mocosa que no sabía nada del amor y solo quería experimentar, te enamoraste tanto a tal grado de querer estar con él todo el tiempo. Y ahora ya estás casada con él, tienen un bebé, ya tienes una vida con él. Te aseguro que si estás allá a no sé cuántos kilómetros separada de él no podrás evitar llorar porque lo extrañas. Te conozco muy bien. Así que platica con él, hablen bien y después tomas una decisión.
-¿Adónde vas? -preguntó triste.
-Le diré que venga a hablar contigo y yo iré a almorzar con Ángel y mi nena, si gustas te traemos algo.
-No, está bien Gracias. Te amo muchísimo. Justo como tú a mí.
-¿Me escuchaste? -sonreí. Asintió.

Salí a buscar a Sebastián, lo hice entrar al cuarto de Priscila y Ángel mi nena y yo nos fuimos a almorzar.