Capítulo 6

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Estuve en mi habitación esperando a Ángel pero no lo vi llegar en toda la tarde así que me fui a su habitación tarde o temprano tenía que llegar ahí.

Se dieron las once y no llegaba. Esto ya me estaba empezando a preocupar, vi que llegó un poco tomado.

-¿Qué tienes Ángel? -pregunté sin saber nada.

-¿Qué haces en mi habitación? -ignoró mi pregunta.

-Te estaba esperando para hablar contigo.

-No tenemos nada de que hablar -alzó la voz.

-Baja la voz -le pedí-. Y claro que tenemos que hablar, como por ejemplo: ¿Por qué vienes en ese estado?

-Fui a tomar con Coni, ¿algún problema?

-Claro que lo hay, ¿Cómo se atreve y tú como te atreves a ir a tomar?

-Porque estaba deprimido.

-¿Deprimido? ¿En serio? Dime la verdad Ángel.

-Entonces no me creas y salte de mi habitación.

-No me iré -le toqué la frente-. Por Dios Ángel, estas hirviendo... maldita coni me las pagará -susurre.

Ángel se avento a su cama de lo cansado que tenía encima. Salí de la habitacion y fui a la de Coni. Entre sin tocar.

-¿No te enseñaron a respetar? -dijo en cuanto entre.

-Callate y dime ¿Por qué diablos fuiste con Ángel a tomar?

-Tranquila, sólo fuimos a bailar un poco, estaba deprimido y tomamos y una cosa llego a otra y... -se tocó sus labios e hizo una expresión en su cara de placer.

Pelé los ojos y me acerqué a ella, le agarré la remera.

-¿Qué diablos hicieron? -pregunté con rabia.

-Nos besamos -dijo.

Los ojos se me cristalizaron, de pronto salieron lágrimas, salí de su habitación y me dirigí a la cocina. Agarré una tina y la llene de agua, después la lleve al cuarto de Ángel y me fui a mi cuarto, tome uno de mis calcetines limpios y le corté la parte de abajo, fui denuevo al cuarto de Ángel y empecé a descubrirle la camisa de botones que traía, pude quitarsela pero no me pude quitar lo rojizo de mis pómulos al verle su abdomen. Empecé a remojar el calcetín y le limpiaba la frente, continuamente a su pecho y mientras lo hacía lloraba de la rabia de lo que había echo con aquella estúpida hace horas.

De pronto escuchaba susurros de Ángel diciendo que me amaba...

-Yuridia, perdóname -seguía susurrando dormido-. Te amo demasiado mi niña -sentí como sus manos rodeaban mi cintura y de pronto me atrajo hacia el.

Me quedé perpleja, las lágrimas no dejaban de caer y le caían al pecho de Ángel.

-¿Por qué lloras? -preguntó.

-No estoy llorando -respondí.

-Perdóname.

-Entiendo -sólo pude decir eso.

-¿Sabes qué quiero hacer? -susurró en mi oído.

Me quedé callada.

-Quiero estar siempre contigo, abrazandote y comiendote a besos.

-Yo también Ángel.

Se levantó y me acaricio las mejillas. Empezó a besarme, por un momento olvidé lo que Coni me había dicho. Sentía como Ángel bajaba a mi cuello y lo besaba con mucha pasión.

-Ángel -dije.

-Por favor nena, sólo será esta vez -me miró a los ojos-. Bueno... si no quieres está bien.

Me puse a pensar... como iba a hacer el amor con Ángel después de lo que Coni me había dicho.

-Está bien Ángel -sonreí.

-¿De verdad?

Asentí y le volví a sonreír. Me devolvió la sonrisa.

-Me traes loco mi niña -dijo.

-Y tú a mí.

Nos volvimos a besar. Me colocó arriba de él, mientras nos besamos me empezó a tocar la espalda por dentro de mi blusa y después se dirigía a mi cintura, hizo dar la vuelta ahora para que él este encima de mi.

Por un momento nos volvimos locos y excitados, hizo mis manos arriba para quitarme la blusa y aún así me seguía besando, yo le empezaba a quitar su pantalón y así fuimos hasta quedar completamente desnudos pero notó que estaba demasiada apenada y nos acobijamos.

-Prometo no lastimarte -dijo.

Le sonreí como en forma de respuesta.

Volvió a besarme y después hicimos lo que cualquier pareja haría.

No me arrepentia de estar haciendo lo con él, al contrario me sentía más y más de él. Estaba dispuesta a hacerlo porque claro estaba que lo deseaba tanto como él a mi.

Al día siguiente terminamos despertando juntos, me puse su camisa y unos de mis jeans.

-¿Cómo estás preciosa? -me preguntó abrazandome por la cintura y pegandome a el.

-Muy bien y tú?

-Excelente -me besó. Parecía que quería repetirlo puesto que me abrazaba por la cintura y eso realmente me excitaba.

Me separé y le puse mi pulgar en sus labios.

-Hay que almorzar -dije.

-Claro -sonrió.

Bajamos tomados de la mano, el papá de Ángel y Coni estaban platicando en la mesa mientras probaban de unos deliciosos hot cakes.

-¿Para cuándo los nietos? -dijo el señor. Creo que se dio cuenta de que Ángel y yo tuvimos nuestra noche por la camisa que traía puesta de el.

Lo que me agradaba era que en cuanto el señor preguntó eso la estúpida de Coni se enfureció. Ángel y yo nos sentamos juntos.

-Papá eso será cuando estemos casados -respondió Ángel a su pregunta.

El papá sólo sonrió.

-¿Harán algo hoy? -dijo Coni.

-Sí -dijo Ángel-. Iremos al cine.

-¿Puedo ir? -preguntó.

-Lo siento Coni -interrumpí-. Por ahora sólo Ángel quiere estar conmigo.

El señor hizo una especie de risita no tan notoria. Y yo sólo sonreí. Me encantaba ver la cara de Coni enojada.

Después de desayunar Ángel y yo nos fuimos a su habitación a planear todo.

-¿Cómo quieres pasar el día hoy muñeca? -me volvió a tomar de la cintura.

-Haber... primero quiero salir de compras contigo y después ir al cine y creo que sería todo.

-¿Qué te parece si vamos de compras, dejamos las cosas en el auto, vamos al cine y en la noche te pones un hermoso vestido para cenar?

-¿De verdad? -sonreí.

-Sí, por cierto, perdóname por ser un estúpido ayer...

-No hablemos de eso, quiero estar todo el día contigo.

-Yo igual -me plantó un beso.

Amor A DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora