Don't You Remember... || Louis Tomlinson [Terminada/Editando]

Lies & Secrets.

El edificio es grande, son doce pisos de oficinas y tres son de mi padre, los últimos para ser exactos. Mis manos sudan, Louis extiende su mano pero me niego a que se entrelacen, las mías están húmedas y pegajosas, él sonríe a lo bajo y en el preciso momento en el que el elevador abre sus puertas me toma de la mano, mis mejillas se colorean del estúpido tono rojizo y hago todo lo posible porque mis labios no formen una sonrisa, esto es vergonzoso. Camino decidida, su agarre me brinda seguridad, los pasillos son más pequeños de lo que pensaba, no vengo aquí desde que tengo nueve, ocho o diez años. Al fondo veo la entrada a las oficinas principales, una puerta de cristal me deja ver a la recepcionista, Nathaly fue la primer secretaria de mi padre y lleva aquí más años que cualquier persona, es de edad avanzada pero ha demostrado ser sumamente eficiente. Louis se tensa al momento de entrar, una de las puertas tiene mi nombre escrito, siempre he tenido una oficina aquí, pero jamás le he dado un buen uso. Me aclaro la garganta y la mujer me mira a través del marco de sus gafas, me reconoce al instante y se levanta de un salto, puedo sentir su entusiasmo, me brinda un abrazo caluroso y le correspondo de la misma manera. Sus manos me apartan y me visualiza de pies a cabeza, un brillo de nostalgia se asoma en sus ojos.

– Te has convertido en una mujer muy hermosa Sophie –Dice, su mirada se desvía y nota a Louis, el luce tímido detrás de mí.

–Muchas gracias Nathaly, tu siempre has sido una mujer hermosa –Saludo y ella sonríe– Él es Louis, mi novio –Hago las presentaciones y ella solo evalúa al chico que me acompaña, sabe que es mi primer novio, probablemente Ariana se lo dijo.

Nathaly me pide que me siente, deja su trabajo y me dedica un poco de tiempo, me habla sobre mi nana y las últimas veces que vino, no pudo asistir al funeral, su esposo está muy enfermo y debe dedicarle más tiempo que antes, no sabe nada de Joe desde hace cuatro meses pero se limita a decir que debe tener una buena justificación para dejarme aquí. Desvió el tema, no quiero que los sentimientos salgan, no cuando he aprendido a mantenerlos a raya. Presento a Louis y le cuento a Nathaly como nos hicimos novios, dejando a un lado a Jade, ella se alegra por mí, siempre creyó que yo necesitaba una vida normal y no tutores privados, eso solo eran tonterías. Su auricular suena y responde una llamada, es Paul, ella anuncia que estoy aquí y le pide que me pase a mi oficina, el llegara en un momento. Se levanta y me dice que entre, estará en un minuto con galletas y algo de té, recuerda que tengo un afán por él. Mi sonrisa crece al recordar como es mi "oficina" pero al mismo tiempo me ruborizo, es vergonzosa y Louis la verá.

– Todo sigue igual –Advierte la mujer, hago una mueca graciosa y Louis frunce el ceño, esto es peor que mi antigua habitación.

– No te burles Louis, tenía seis años –Digo, abro la puerta y lo dejo que vea.

Las paredes son blancas, están decoradas por arcoíris y flores de colores pero los adornos son cubiertos por hojas pegadas, son todos los dibujos que hice mientras pase tiempo aquí, son las "estadísticas" que intente hacer cuando más pequeña . En el centro hay una mesa de juguete es de plástico color morado y cuatro sillas perfectamente acomodadas del mismo color. Al fondo hay un escritorio de cristal, una computadora y sillones de piel. Ahí tome clases con mis tutores privados, pase gran parte de mi infancia encerrada en este lugar, supongo que mi Nana se llevó los juguetes y libros que guarde aquí. Mi sonrisa se agranda al recordar los buenos ratos que pase, a pesar de que fui una niña solitaria las pocas personas que me rodearon se encargaron de hacerme sentir feliz y querida, entre ellas Ariana, ella siempre lo intento.

– Cuando era pequeña y no estaba de viaje mi papá me traía aquí, en el escritorio de cristal tomaba clases con algunos de mis profesores y en el pequeño escritorio jugaba a crear comerciales –me encojo de hombros– No tenía amigos, pero Ariana jugaba conmigo –Murmuro, la nostalgia invade mi sistema y siento ganas de llorar, mis ojos se cristalizan y un calor nace en mi pecho, jamás creí que sería tan feliz, no hasta que Louis llego. Sus brazos rodean mi cintura y besa mi mejilla.