Don't You Remember... || Louis Tomlinson [Terminada/Editando]

The first time.

– ¡Carajo! –Grita la primera voz– ¡Joe no puede estar con ella porque él está preso! –Refunfuña– pero eso no significa que nadie la cuide, el estúpido de Ross esta con ella –El tono despectivo de su voz es severo.

– Para mí eso es una estupidez –puedo ver como unas zapatillas deportivas caminan sobre la alfombra, intento no moverme y contengo mi respiración– ¿Qué haremos ahora? –Pregunta. Un par de zapatos Armani negros llegan con habilidad hasta las zapatillas, escucho un click y me paralizo, el ambiente se torna tenso, puedo sentir la descarga de ira que contiene el hombre de zapatos negros. En cámara rápida veo como las zapatillas se arrastran hasta chocar con la pared y despegarse del piso, el segundo hombre intenta hablar pero algo se lo impide, no puedo asomarme o me arriesgo a que ellos me vean.

– Nada –Su voz atraviesa mis oídos y provoca escalofríos, es firme y severa– Esa niña no es Carol pero aunque la niegue lleva mi sangre –Traga saliva audiblemente y el segundo hombre solo deja escapar jadeos inentendibles– Aléjate de ella, no es para ti –Dice. En mi mente hago los ajustes necesarios y si recuerdo bien el hombre que esta con el abuelo de Sophie es Javier, el aun trabaja para él y Cassandra está con ellos. Rabia e impotencia se mezclan en mi sistema y detonan en lágrimas de frustración, debo proteger a Sophie. El par de zapatos negros se aleja de las zapatillas deportivas y escucho como el segundo hombre recupera el aliento.

– ¿Para quién va la venganza, para tú nieta o para Joe? –Pregunta con voz ronca.

– Para ambos –musita– A él le quitare a su hija, como él lo hizo conmigo –pasea por la sala y se detiene frente al librero– Y a ella le quitare su vida como ella lo hizo con mi hija. Son las leyes de la vida Javier, simplemente acelerare el proceso de lo inevitable –En su voz es perceptible el odio y rencor que ha guardado por años, diecinueve años para ser exactos.

{♥}

Mi cuerpo tiembla, la luz de la luna no es capaz de atravesar la tela de las cortinas, son gruesas y cubren a la perfección la enorme ventana de la habitación de mi madre. Mi cuerpo forma un ovillo y llevo mis piernas hasta mi pecho, puedo sentir mi corazón palpitar con fuerza, el sonido atraviesa el silencio y escucho el eco en mis oídos. Louis está tardando. Mando una plegaria a mi Nana y ruego que salgamos de esto. Soy una estúpida por traerlo aquí sin estar segura de lo que me enfrentaba, probablemente nos lleven a la cárcel por esto o peor aún alguien nos mate, si Joe se entera sin duda me llevara de Londres, soy una estúpida, soy una estúpida... no dejo de repetir en mi mente. La ligera luz que se cuela por debajo de la puerta se apaga, escucho el eco de una voz, hablan sobre un restaurante cerca de la bahía pero no logro entender lo que dice. Mi corazón da un brinco y una sensación de alegría nace. Debe ser él... Me levanto con delicadeza y camino cautelosamente hasta la ventana, muevo la cortina y miro hacia el patio. Es el...

Sonrió. En medio del patio hay un anciano con la mirada fija en el cielo, está absorto en sus pensamientos pero su posición me permite verlo. Sus ojos son grandes y su cabello lacio, Carol tenía los ojos de su padre y la mejor herencia que mi madre me hizo fue heredármelos. El motor de un auto hace que cierre la cortina, mi espalda choca con la pared y aprecio el momento por un minuto. Visualizo la imagen de Demian y decido guardarla en el baúl de los mejores recuerdos de mi vida, la mayoría están reservados para Louis pero Demian merece un espació ahí. La puerta de la habitación se abre y mi respiración decide tomar un descanso, la silueta de Louis me toma por sorpresa y ahogo un grito, con agilidad él llega hasta mí y presiona sus labios con los míos. Mi boca le permite el acceso y puedo sentir su desesperación, sus manos tocan mi cuerpo con urgencia y yo intento que la conexión no se pierda, ambos estamos tensos. Sus mejillas están húmedas, parece que ha llorado. El aire carece y necesito recuperarme, muerdo su labio y el acto logra que nos distanciemos, sus manos llegan hasta mi rostro y sus ojos me examinan. Está asustado y puedo ver cómo le afecto dejarme.