Siempre te esperaré.

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Marzo de 1978.

– Hola, ¿cómo te llamas? –Dice una niña rubia, está sentada en el columpio de mi derecha, Debora a la izquierda mía sonríe, ella es la niña nueva del vecindario.

– Hola, yo soy Carol y ella es Debora –señalo a mi amiga– ¿Tu cómo te llamas? –Digo mientras muestro mi mejor sonrisa, espero que no le de miedo el agujero que dejo mi diente, quiero que sea mi amiga.

– Yo soy Cassandra, soy nueva aquí –detiene su columpio– Vivo en la casa color melón de la entrada –Inquiere y me señala la dirección de su casa, la he visto, se cual es.

– Yo vivo en la casa verde del fondo y Debora en la color amarilla –mi nana está cuidándonos y sonríe– ¿Cuántos años tienes Cass? –Espero que no le moleste que la llame de esa forma, Debora y yo queremos otra amiga.

– Acabó de cumplir 7 ¿y ustedes? – Sonríe y puedo ver que se le ha caído un diente igual que a mí.

– Debora tiene 7 y yo apenas los cumpliré –Digo, ella asiente y continúa columpiándose. Le diré a Ariana que la invitemos a mi tarde de té.

Septiembre de 1988.

Hace diez años que conozco a este par de locas, desde hace diez años supe que seríamos el trio perfecto. Estamos en el restaurante que colinda con la preparatoria, un lugar agradable y tranquilo con el mejor café de todo Nueva York, por eso es mi lugar preferido para desayunar, miro a las dos chicas que me acompañan, mis mejores amigas, por un lado esta Cass, ella es una chica hermosa pero ambiciosa, ella siempre consigue lo que se propone, y por otro lado esta Debora, ella ha sido mi amiga desde antes que Cass, Debbie es una guerrera, una chica fuerte que jamás se dejara vencer, siempre ha sido así, la vida la ha moldeado de esa manera.

– ¿Café o té? –Pregunta una voz gruesa a mis espaldas, me limito a ver al mesero, es un tipo realmente guapo, tanto que estoy muda, Cass lo ignora por completo y responde.

– Tres capuccinos, dos pasteles de queso y un panque de zanahoria –Añade mientras sigue mirando el menú, por más que lo hojeáramos siempre pediremos lo mismo, crepas de pollo bañado en salsa de tres quesos.

– ¿Algo más? –Preguntó el mesero amable.

– Tres platos crepas de pollo –Inquiere Debora y entregamos las cartas, ninguna de mis dos amigas presto atención al chico que nos pidió la orden y agradezco que lo hayan ignorado, yo sigo perdida en sus ojos color marrón.

– ¿Cómo marcha todo con Sebastián? –Pregunta Debora, medito su pregunta y sé que no hay mucho que decir, Sebastián es mi novio desde hace una semana, hijo de un empresario Canadiense y amigo de mi padre, casi no lo veo.

– Bien, es dulce y atento, me gusta mucho físicamente es demasiado guapo –Respondo tratando de sonar alegre, algo me dice que esta relación es muy forzada, Sebastián es muy buena persona pero falta ese click.

El mesero llega, coloca los cafés en cada lugar y cuando se extiende para dejar mi pastel puedo apreciarlo de cerca, su piel es un poco bronceada, tiene ojos color marrón y combinan con su cabello castaño, corto y bien peinado, nuestras miradas se encuentran en el camino y le sonrío, estoy enajenada en sus ojos, él se percata de mi expresión y sonríe de vulta, no puedo evitar ruborizarme, estoy comportándome extraño.

– Gracias, puedes retirarte –Refunfuña Cass en un tono arrogante, mi amiga tiene un ligero problema de actitud con todo el personal, el chico sale de inmediato y mí vista sigue su camino a la cocina.

– Creo que a alguien le gustó el mesero –Se mofa Debora con un deje de coquetería en su voz y Cassandra da una carcajada.

– No seas tonta Debora –Exclamo.

Don't You Remember... || Louis Tomlinson [Terminada/Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora