Pesadilla

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Me subo al coche de Lucas, cuando me he estabilizado, Marta y Lucas han decidido que sería mejor que volviera a casa a descansar, que no hacia falta seguir en la fiesta.
Lucas conduce en silencio hacia mi apartamento.

Hacía un año que no veía a Sebastian y desde hacía ya varios meses que no pensaba en él, y hace como nueve meses que he dejado de tener pesadillas con que él volvía y me hacía daño, y ahora esas pesadillas se han hecho realidad, Sebas ha vuelto a aparecer, y parece muy lejos de querer dejarme en paz.

Ahora que puedo pensar no sé si ha sido buena idea decirle que Lucas y yo estamos juntos, es muy probable que intente algo contra él, pero sé que si le digo que estoy saliendo con otro él sabrá que lo he superado, sabrá que de verdad no quiero volver con él.

Nuestra relación era de lo más tóxica.

Lo dejábamos, él venia a pedirme perdón, bastante devastado, y yo como una estúpida le creía.
Así ocho largos meses.

Había dejado de pensar en él, joder, había empezado mi vida de nuevo, estaba haciendo todo lo que quería hacer.

Miro por la ventanilla en un punto fijo, para evitar ponerme a llorar.

-Joder, Lucas no te detengas. -Le digo, cuando llegamos a mi calle, y veo el coche de Sebastian aparcado cerca de mi bloque. -Es el coche de Sebastian, por favor no te detengas. -Le suplico, él sigue de largo sin parar.

-Debería de ir y... -Lo interrumpo.

-No, hay mucha gente, van a hacerte fotos y no vale destrozar tu carrera por una tontería como esta. Solo llévame a casa de Nat. -Digo. Lucas aprieta la mandíbula pero no dice nada.
Maldita sea, ¿por qué no puede dejarme en paz?

Ahora que por fin había pensado que me había dejado tranquila, ahora que pensaba que no volvería a molestarme.

-Vamos a mi casa. -Me dice tranquilo, asiento, mientras no me deje en mi apartamento me da igual donde vayamos.

Sigue conduciendo sin decir nada, yo tampoco aporto nada para romper el silencio.

Cuando aparca dentro de su garaje, salgo del coche.

Le sigo dentro de su casa.

-Puedes pasar la noche aquí. -Me ofrece -Pero mañana iremos a la policía y le vas a poner una jodida orden de alejamiento a ese capullo. -Abro la boca para protestar pero Lucas me ve a venir y me detiene. -No, Verónica, tienes que frenarle los pies ya, acabará por hacer alguna estupidez si no le frenas. -Me replica. Suspiro, Lucas tiene razón. 

Debo empezar a dejar de temerle.

Sebastian no puede hacerme nada a menos que yo lo permita.

Lucas me acompaña a la que va a ser la habitación donde dormiré.

-Suele quedarse Nikki, aquí, cuando viene, así que si encuentras algo raro, es suyo. -Replica, suelto una carcajada.

-Entendido, si encuentro un tanga o algo bastante vergonzoso, es de Nikki y no tuyo. -Digo. Lucas asiente.

-Exacto. -Sonríe. -La cocina está allí y el baño allí. -Me los señala respectivamente. -Puedo dejarte algo para dormir, ahora tengo que irme, he quedado con Adrián. -Me dice, le acompaño a su cuarto y saca un par de prendas y me las da.

Un pantalón de chándal y una camiseta que me quedará enorme.

-Gracias, Lucas. -Agradezco.

-No te preocupes, los amigos se ayudan ¿no?- Sonrío mientras asiento.

Lucas se despide y sale de su casa.

Miro a mi alrededor y suspiro con pesar.

Me doy una ducha intentando no pensar en nada, pero estar en el baño de Lucas Ribeltta no ayuda. 

La respuesta no es la huidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora