No me dá tiempo a pensar en nada más antes de notar como uno de los gemelos me arrastra con él hacia el agua.
En segundos noto el agua llenando el espacio que el aire ocupaba. Salgo a la superficie y calvo una mirada asesina a uno de los gemelos que está partiéndose de risa cerca de la piscina, mientras el otro emerge de debajo del agua sacudiendo su cabeza haciendo que pequeñas y múltiples gotas arremeten contra mi.
-Idiota. -Le espeto al gemelo que me ha tirado al agua y que creo y solo creo que es Dylan.
Nado hasta la orilla de la piscina y pongo mis antebrazos en ella, dirigiendo mi mirada hacia el punto donde minutos antes la mirada de Lucas y la mía habían conectado por primera vez en un mes entero, pero no le veo, le busco por todo el lugar pero no hay rastro hasta que veo su cabellera clara desaparecer por la puerta que da paso al interior de la mansión playboy.
-Ribeltta, ¿cierto? -Miro al que creo que es Dylan, a mi lado también apoyado en la orilla de la piscina mientras sigue mi mirada. -Ve a por él, kitten. -Arqueo las cejas ante el peculiar y estúpido sobrenombre que me ha puesto en su idioma natal.
-¿Le conocéis?-Pregunto mientras salgo de la piscina, Dylan o eso creo, sigue mis pasos.
-Yes, es un gran amigo. -Contesta él. -¿Cierto, Scott, recordás cuando vos estabas dormido y Lucas y yo...? -Scott no le deja terminar porque se lanza encima de él.
-Boludo, estuve sin cejas un mes entero, me debés una grande, y Lucas también. -Me río ante su mención hacia la trastada que le hicieron Dylan y Lucas a Scott, nunca me habría imaginado una faceta tan bromista de Lucas, pero supongo que estar en compañía de los gemelos te hace sacar tu lado infantil.
-Ahora vengo. -Murmuro mientras ellos siguen discutiendo ahora en ingles y parece que Scott no deja de soltarle toda una cadena de insultos que ahora mismo no quiero repetir.
Camino hacia dentro de la casa, veo a Lucas subiendo por las escaleras de mármol, también viste un bañador y los músculos de su espalda se marcan a medida que sigue dando pasos.
Respiro hondo antes de decidir ir detrás de él.
-Lucas. -Le llamo cuando estamos en la planta de arriba. Se detiene, pero no se dá la vuelta. -Escuchame, por favor. -Pido. Le veo sacudir la cabeza.
-No tienes que decirme nada. -Dice antes de ponerse a caminar de nuevo hacia el que sea su destino. Apuro el paso y le cojo de la muñeca, para frenarle.
-Tú mismo lo dijiste, la respuesta no es la huida. -Le replico.
-No estoy huyendo. -Me dice antes de darse la vuelta y clavar al fin sus ojos en mi. -Tengo que irme, eso es todo, he terminando aquí. -Dice tranquilo, pero sin mostrar emociones y de nuevo me asalta la imagen de un Lucas aguantándose la risa junto con uno de los gemelos Dickenson mientras le depilan las cejas al otro.
Y no me puedo creer que este Lucas, el chico sin emociones sea el mismo que puede reírse y bromear junto con sus amigos.
-¿Qué no estás huyendo? -Espeto en un tono que suena más duro de lo que pretendía. -Prácticamente me has ignorado un mes entero. -Aseguro. Lucas arquea las cejas.
-¿Se supone que soy yo el que se debe poner en contacto contigo? -Pregunta, me quedo callada sin duda no esperaba que me saliera con esas.
Abro mi mano, liberando su muñeca de mi agarre.
-Pensaba que estabas enfadado conmigo. - Le observo con un montón de emociones floreciendo, me ha resultado abrumador el cambio de emociones y sentimientos que he tenido que aceptar, después de las contradicciones que me imponía porque quería pensar que Lucas no me interesaba en lo más mínimo, observo todas y cada una de las facetas que Lucas me ha mostrado a lo largo de nuestra "amistad" y llego a la conclusión de que todas me gustan, incluso la que digo odiar, la del Lucas sin emociones, el Lucas que tengo delante, incluso esa a pesar de que me pone nerviosa, me gusta.
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La respuesta no es la huida
RomanceLucas Ribeltta es un futbolista conocido mundialmente. Verónica una estudiante en último curso de periodismo. Lucas por una extraña y desconocida razón se niega a conceder entrevistas, y Verónica sabe que es porqué él guarda un secreto, un secreto q...