Invitación.

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Cuando llego delante de su casa me falta el aire y estoy calada hasta los huesos pero no me detengo a pensármelo dos veces antes de llamar repetidamente al timbre.

Minutos después un Lucas bastante confuso y dormido me abre la puerta.

Me quedo cortada, lo que al principio pensaba en lanzarme a sus brazos, ahora me quedo cortada y no lo hago y de pronto me siento demasiado estúpida por haber venido a molestarle a estas horas y mi incomodidad aumenta en el preciso momento en el que me doy cuenta de que solo lleva una sabana enrollada alrededor de su cintura cubriendo su parte inferior.

En cualquier momento espero que aparezca Sayuri medio desnuda o cualquier otra chica pero no, eso no ocurre.

-¿Verónica? -Pregunta bastante confundido y no le culpo cualquiera estaría igual en una situación así.

-Lo siento, no debí molestar, tendría que habérmelo pensado mejor. -Balbuceo rápidamente intentando largarme de allí.

-¿Qué dices? -Replica al tiempo que me coge de la muñeca y me hace entrar en su casa, antes de cerrar la puerta. Le lleva unos segundos en darse cuenta de porque lo digo. -Oh, esto, suelo dormir desnudo y no esperaba la visita de nadie a estás horas. -Me explica. Vale, la verdad es que eso es información innecesaria.

-Lo siento, no... - No logro terminar mi intento de disculpa, porque Lucas me interrumpe.

-Joder, estás totalmente mojada. -Se queja al darse cuenta de mi estado. -Mierda, ¿qué ha pasado? -Se acerca a mi y me aparta el pelo mojado de la cara. Y su tacto es tan reconfortante que me echo a llorar. -¿Qué ha pasado? -Pregunta ahora más alarmado. -Ha sido él. -Más que una pregunta es una acusación.

-Tendría que haberte hecho caso. -Sollozo, Lucas me mira con el ceño fruncido. -Ha entrado a en mi casa, borracho y... y... -Sollozo sin ser capaz de terminar mi relato.

-Maldita sea. -Maldice por lo bajo. -Ven, puedo prestarte algo. -Dice mientras me guía por el pasillo hasta dar con su habitación.
Saca un chándal que parece bastante cómodo y caliente y me lo pasa. -Puedes darte una ducha si lo prefieres. -Me ofrece. Me adentro en su baño y me deshago de la ropa mojada dejándola en el suelo, me escurro el pelo, sobre la pila del baño y me lo recojo en un moño mal hecho y me enfundo el chándal de Lucas.

Cuando salgo me lo encuentro en bóxers y sentado en su cama.

-¿Quieres un té? -Pregunta. Sacudo la cabeza evitando poner una mueca solo por recordar el mal gusto que tiene tal brebaje.

-Gracias. -Le agradezco con sinceridad, la verdad es que es la única persona que sabía que a pesar de lo sucedido me abriría la puerta de su casa.

Marta está muy enfadada conmigo y me habría rebatido el hecho de haber acabado en la cama con Sebas y me habría culpado a mí.

Y en realidad la culpa la tengo yo.

Lucas y Marta tenían toda la razón en decirme que me había equivocado infundadole esperanzas a Sebastian, cuando en realidad quería que me dejara en paz.

Natalia y Raúl no saben nada absolutamente sobre las abusiones de Sebastian, y acudir a ellos no habría sino sido desastroso.

-Me lo habías dicho, es culpa mía. -Me lamento. Lucas me mira fijamente sin aportar nada a la conversación. -Deberías de estar repitiéndome que tenías razón en todo. -Lucas sacude la cabeza.

-La tenía, pero ha tenido que suceder algo así para probar mis advertencias, y no vale la pena ahora decirte nada cuando el mal ya está hecho. -Asegura tranquilamente. Mi corazón se acelera cuando pasa su mano con suavidad por mi mejilla.

La respuesta no es la huidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora