Oscuridad

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—¿Cómo? —Pregunto frunciendo el ceño cuando Lucas termina de hablar.

—Eso mismo, quiero que vengas conmigo a Herzogenaurach. —Me repite.

—¿Eso está en...? —Pregunto frunciendo el ceño.

—En Alemania. —Le miro y luego le dedico una mirada a Nikki, su hermana sacude la cabeza mirando a Lucas.

—¿Por qué quieres qué te acompañe a Alemania? —Pregunto sin entender muy bien de que va todo esto.

—Para la entrega de la bota de oro. —Me dice.

—¿Pero eso no se hace aquí en Madrid en el Palace? —Lucas se encoge de hombros.

—Este año se hace allí. Ya que asistirán más futbolistas de los que suelen asistir, porque por lo visto una revista deportiva también va a entregar un premio al mejor jugador de la temporada pasada según sus lectores. —Se encoge de hombros de nuevo como si el tema no le interesara mucho.

—¿Y por qué yo? —Pregunto. Lucas mira a su hermana y luego a mi.

—Nikki no puede ir, con Amanda paso de crear nuevos rumores, y la alternativa es que Mark vaya conmigo y como que no, además contigo no empezarán más rumores de los que ya hay. —Me explica como si fuera la cosa más obvia del mundo.
Sigo procesado lo que me está diciendo porque realmente no sé si lo estoy entendiendo muy bien.

A ver, Lucas Ribeltta quiere que vaya con él a algún pueblo perdido de Alemania para la gala de la bota de oro...

Esto es muy raro.

—Lucas, no sé si sería lo adecuado. Trabajo y no creo que... —Lucas me interrumpe antes de que tenga tiempo de terminar la oración.

—Es un sábado, después de mi entrenamiento, podemos coger el avión y estar allí para la gala, tendremos que hacer noche allí pero a primera hora del domingo ya estaríamos aquí. — Me explica. Lo proceso de nuevo.

—¿Qué día? —Pregunto no muy convencida.

—13 de Octubre. —Arqueo las cejas viendo inmediatamente la excusa perfecta para no ir.

—Es mi cumpleaños. —Anuncio. Nikki se le iluminan los ojos.

—Perfecto así no lo pasas aburrida aquí en Madrid. —Me alenta. Sacudo la cabeza.

—No que va, prefiero pasarlo aquí con todos mis amigos, si me voy ni siquiera voy a verles en todo el día. —Protesto.

—Pues quedáis un día antes. —Replica la italiana que parece ser más terca que yo.

—No lo sé. —Los dos hermanos me ponen un puchero idéntico.

Suspiro.

—Vale. Pero tú tendrás que darle explicaciones a Natalia porque se va a cabrear. —Señalo a Lucas.

—Ningún problema, envío a Mark y ya. —Se ríe enviándome un guiño. Su respuesta me causa gracia.

—Oh mierda, ¿y ahora cómo se lo explico a Marcel? —Pregunto retóricamente pero aún así Lucas me responde.

—Eres lo bastante mayor como para tomar tus decisiones sin que nadie pueda replicartelo. Así que tu novio no tiene porque controlar tus decisiones.  —Dice tranquilamente. Arqueo las cejas mirando al futbolista.

—Ya, pero el hecho de pasar mi cumpleaños en un país extranjero, con un futbolista... —No añado cañón por suerte. —No es que le vaya a causar mucha gracia. —Le digo con bastante ironía.

La respuesta no es la huidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora