Desconfianza.

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Irresistable: One Direction.

El silencio se cierna sobre nosotros.
Lucas me mira fijamente atravesándole con sus ojos verdes, mientras yo asimilo la información y la digiero bien.

-¿Un juicio? -Pregunto con un hilo de voz, eso significa más de una cosa a la vez.

Es posible que quede en libertad.
Tendré que verle de nuevo.
Tendré que testificar delante de él.

Lucas asiente.

Me muerdo el labio y con las manos temblorosas con las que todavía sujeto el teléfono móvil de Lucas, me lo llevo a la oreja.

-¿Si? -Pregunto con la garganta seca.

-Hola, Verónica. -Me dice la voz de un hombre, aunque intenta sonar neutral e infundir tranquilidad y calma, noto el matiz de lastima. Lástima por mí. -Soy Gerard Vila, el abogado de Lucas, yo voy a llevar el caso, y voy a ayudarte en todo lo que haga falta. -Me explica. -Iría bien que nos viéramos para hablarlo todo. -Cierro los ojos un momento procesando toda la información.

-Lo siento, pero no gracias. -Respondo. Lucas me mira incrédulo sabiendo que acabo de rechazar a su abogado.

-¿Qué dices? -Me replica el futbolista que hay delante de mi.

-Apuesto a que es un buen abogado por lo tanto no tengo como pagarlo. Y no, no voy a dejar que tú te encargues de ello. -Le replico a Lucas devolviéndole el teléfono.

Él aprieta la mandíbula, mientras se lo lleva a la oreja.

-Gerard, luego te llamo. -Le dice. Cuelga y deja el teléfono en la mesa para enfrentarme.

-Necesitas un abogado. -Me espeta.

-Lo sé pero no tiene porque ser el tuyo. -Le aseguro. -Es más, no entiendo porque él estaba al tanto de todo esto. -Le dejo caer.

-Todo lo que me concierna pasa por manos de mi abogado. -Me explica bastante tenso.-Y le pago para ello, él es el mejor, llevará tú caso, nada que discutir. -Me asegura demasiado seguro de si mismo y de sus palabras.

-No, y no pienso ceder, Lucas. -Le rebato. -No tengo como pagarlo y no quiero que lo pagues tú, el padre de Natalia es abogado y seguro que me sale más rentable. -Lucas bufa enfadado.

-Gerard ya está al corriente de todo y estoy seguro que otro abogado no hará el mismo trabajo que él.-Me contradice. Suspiro, entre lo de que habrá un juicio y que Lucas quiere discutir una tontería como que abogado debe de llevarme el caso, este está siendo un día nefasto. -Solo escucha lo qué tiene que decirte. -Me dice ahora con más clama.

Suspiro mientras me paso las manos por la cara con casamiento.

-De acuerdo, pero no voy a ceder, en serio Lucas, llamaré al padre de Natalia. -Lucas me mira fijamente unos segundos, provocando en mi sensaciones que no debería de sentir en un momento de tensón como éste.

-Los honorarios de Gerard ya están pagados. -Acaba por sentenciar. Bufo, de nada sirve discutir ahora. -Iremos por la tarde. -Me deja saber con un tono que no admite reproche. Se vuelve a sentar delante de mi en la isla y vuelve a coger el tenedor para llevarse la pasta a la boca.

-No sé si seré capaz. -Murmuro después de unos minutos de eterno silencio. Lucas me mira, y deja de comer y suelta el tenedor sobre el plato que da la sensación de hacer más ruido de lo normal probablemente por el silencio del salón.

-No tienes porque temerle. -Me asegura. Sacudo la cabeza sin mirarle con la mirada fija en mi plato que apenas he tocado.

-Soy idiota. -Bufo mientras apoyo los codos en la isla de granito y escondo la cara tras mis manos. -No debí caer en sus redes, ni hace un año ni hace unos meses. -Bufo enfadada conmigo por lo idiota que soy. Y la experiencia no me deja marcada y me aparta de la raza masculina, sino todo lo contrario, voy y empiezo a sentir cosas por el futbolista que es totalmente imposible.

La respuesta no es la huidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora