Orden de alejamiento

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Me aparto de la puerta sorprendida.
Sebastian aprovecha eso, para entrar y cerrar la puerta tras él.
-¿Qué coño es esto, Verónica? -Me grita enfadado enseñándome la orden de alejamiento.

Verónica, respira, no le tengas miedo. No le temas.

-Una orden de alejamiento, y si la hubieras leído bien, sabrías que ahora mismo la estás violando, no puedes acercarte a mi a una distancia de mil metros. -Sebastian aprieta la mandíbula, y sus manos se convierten en puños, arrugando, así, la orden. -Vete, Lucas está por llegar, y ahora que lo sabe todo no se contendrá. -Le amenazo. Sebastian sonríe cosa que me pone nerviosa.

-¿Entonces ha sido él? ¿Él te ha convencido para esto? -Pregunta levantando la orden para que la vea.

-Si, ha sido él. -Digo, y mentalmente me felicito por mantener la compostura delante de él, sin mostrarle el verdadero pavor que le tengo.

-¿Ahora haces todo lo que quiere esa capullo multimillonario? -Me pregunta con el ceño fruncido.

-No lo habría hecho de no haberlo querido yo también. -Le espeto. -Te quiero lejos de mi vida, Sebastian. No te soporto cerca de mi. -Le replico.

-Eso no decías hace apenas un año, ya sabes cuando estabas desnuda debajo de mi. -Dice con una sonrisa. Intenta provocarme, así que no cedo. Le miro expectante.

-Marchate, Sebastian. Estás violando la orden de alejamiento. -Le digo.

-¿Crees que esto me mantendrá alejado de ti? -Pregunta mientras levanta la orden. Chasquea la lengua. -No me conoces tanto como creía. -Murmura mientras rompe el papel a trozos.

Respiro con fuerza.

Mi ritmo cardíaco está empezando a subir, pero me ordeno mantenerme tranquila.

El timbre suena, y camino hacia la puerta.

-No te atrevas a abrir. -Me amenaza Sebastian detrás de mi.

-No me das miedo. -Miento, mientras abro la puerta, encontrándome a Lucas detrás de ella.

Va vestido con unos jeans, y una camiseta de manga corta de color blanco. Me pregunto si no tiene frío, yendo sin chaqueta.

No veo su bolsa de deporte así que supongo que la ha dejado en el coche.

Cuando me ve, pasa sus brazos alrededor de mi cintura y me aprieta contra su anatomía.

-Hola, nena. -Se inclina y posa sus labios sobre la comisura de mis labios, desde la posición de Sebastian, parece que nos estemos besando, y le sonrío a Lucas por ser tan buen actor
.
Y aunque sea solo una actuación, sus labios contra mi piel, tan cerca de mis labios, hacen que me estremezca.

Levanta la mirada y frunce el ceño cuando ve a Sebastian, como si de verdad no hubiera sabido que estaba aquí.

Puede que se haya equivocado de profesión, sin duda le habrían dado un Oscar por su actuación.

-¿Qué coño haces aquí? -Pregunta Lucas adentrándose en mi apartamento. Cierro la puerta.

-Me estaba follando a tu novia. -Le responde Sebastian con una sonrisa.

-Follartela con la mirada no cuenta como sexo. -Le replica Lucas. Intento reprimir una sonrisa cuando veo a Sebastian fruncir el ceño enfadado. Lucas saca su teléfono y después de marcar se lo lleva a la oreja.

-¿Qué coño haces? -Replica Sebas.
-Llamar a la policía. -Le contesta tranquilo.

-¡No me jodas, cabrón de mierda!-Grita Sebastian mueve su brazo de tal manera que la taza que había en la isla de la cocina acaba sobre la camiseta blanca de Lucas.

La respuesta no es la huidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora