Capítulo 6.-Encontrado y perdido.

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Era sábado y hacía un día precioso. Hoy tocaba perderme de nuevo por Manhattan. Tenía una misión. Misión imposible diría yo. ¿Cómo se había arriesgado mi padre de aquella manera, haciéndole creer al señor Wilson, que podía contar con "ojos azules" para el spot?

Si algo era mi padre, era arriesgado y atrevido para los negocios. Y muy bien que le había ido, la verdad.

Pero yo era más cauta y precavida. Me gustaba más planificar las cosas...no sé asegurarme. Ahora me encontraba un poco entre la espada y la pared.

Punto número uno: primero tenía que encontrarle.

Punto número dos: dado el caso de que lo encontrara, él tendría que acceder a hacer un spot publicitario.

Misión imposible. ¡Que venga Tom Cruise a ayudarme!

-Buenos días Bill.-saludé al conserje al bajar al portal.

-Buenos días señorita Parker. Su taxi la está esperando.-dijo amablemente.

-Gracias.-dije mirando hacia el cielo.

-Hoy luce un sol espléndido. Disfrute del día.-dijo Bill.

-Eso haré.-dije dedicándole una sonrisa.

Bill era como de la familia. Llevaba toda la vida trabajando en nuestro edificio. Creo que el año próximo iba a jubilarse, después de casi cuarenta años controlando las idas y venidas de los que vivíamos en el edificio. Lo que más gracia me hacía, era que siempre hacía referencia al tiempo. "Hoy hace un sol espléndido" o "parece que va a llover" o "abríguese que hace mucho frío" Era un hombre encantador.

-A la biblioteca municipal por favor.-le dije al taxista afroamericano que me recogió.

En la radio estaba sonando la canción de Shawn Mendes "Imagination". Me encantaba esa canción. Agradecí que el taxista no cambiara de emisora para buscar algo más movidito. Así que me quedé escuchándola..."imaginan-do" que encontrababa a "ojos azules".

Pese a haber discutido con Eric el día antes, no me encontraba triste. Me froté la muñeca intentando borrar los dos ositos que se marcaban en mi piel. Todavía me dolía. No podía consentir que me siguiera tratando así. No sé que decisión iba a tomar, ni qué rumbo iban a seguir los acontecimientos, pero lo que estaba claro es que algo debía cambiar. De no ser así lo nuestro no podría fucionar por mucho que yo le amase.

Lo que más me molestaba, es que Eric estaba interfiriendo en mi relación con Alice. Ahora ella estaba dolida conmigo y eso me entristecía enormemente.

-¡Pare aquí!-grité desesperada. Todavía faltaban dos manzanas para llegar a la biblioteca, pero la gabardina marrón que acababa de ver por la ventanilla del taxi me hizo reaccionar.

-¡Quédese con el cambio!-le dije al taxista dándole un billete.

Salí disparada del taxi y corrí entre la gente. Miraba hacia un lado y hacia otro. Buscaba la gabardina...¡Dios ahí está! A pocos metros delante de mí, veía la espalda de un chico con gabardina alejándose. No podía perderle. Esquivé a varias personas, que parecían querer entorpecer mi paso a propósito. Conseguí llegar hasta él.

-¡Disculpa!-le detuve cogiéndole por el hombro.

-¿Perdone?-dijo el chico girándose. Tenía los ojos marrones. No era él. ¡Mierda!

-Lo siento...le he confundido con otra persona.-me disculpé.

¿Qué pensabas Claire? No podía ser tan fácil.

Me quedé clavada en el suelo entre la multitud. Me sentía perdida entre un hormiguero de gente. Era como buscar una aguja en un pajar. Entonces me sonó el móvil. Era Eric.

Indigente | #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora