Capítulo 27.-Lluvia.

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-Extraño nombre el de Prince.-dije observándole curiosa.

-¿Por qué es extraño? me lo puso el "Chamán", a mí me gusta.-dijo poniéndose a la defensiva.

-Oh...perdona, no me malinterpretes, no quería ofenderte. Me gusta el nombre de verdad...y mucho.-dije dándome cuenta de que a parte de aquellos maravillosos ojos, tenía una boca preciosa.

-¿Tú...recuerdas tu nombre?-me preguntó.

-No recuerdo nada Prince.-me gustó pronunciar su nombre por primera vez.

-Lo siento mucho.-dijo.-Creo que tengo un nombre para tí.

-¿Pero qué dices? ¿cómo que tienes un nombre para mí?-pregunté curiosa.

-Me lo sugirió el Chamán y creo que es muy apropiado.-dijo.

-¿Quién es ese Chamán? y mejor...¿por qué no empiezas a contarme cómo he llegado hasta aquí? ya me has cuidado, ya he despertado y ya he comido. Estoy preparada para oír lo que sea.

-¿Estás segura?-preguntó.

-No. Estoy ansiosa.-respondí firme.-Quiero saber por qué tengo...esta cara de monstruo.

Prince se levantó del sofá y dió unos pasos nervioso. Parecía como si se estuviera preparando para dar un gran discurso. Se frotaba las manos inquieto y al final optó por detenerse frente a mí, colocarse las manos en los bolsillos de sus vaqueros y encogerse de hombros. Iba descalzo y tenía su ondulado pelo un tanto desordenado. Dios...qué guapo era.

-Está bien princesa, pero puede que no te guste lo que oigas.

Me estremecí. Un escalofrío recorrió mi espalda. Prince se había puesto serio, pero aun así, era guapísimo.

-Habla por favor...

Carraspeó y se humedeció los labios, dándole un brillo afresado.

-Había empezado a llover. Yo estaba con mi amigo Leo. Habíamos salido a hacer unas cosas. Estábamos muy cerca del río, bajo el puente de Queensboro. No recuerdo de qué estábamos hablando pero reíamos sin parar. Bromeábamos sobre algo y levantamos la cara para sentir la lluvia en nuestra piel. Yo lo hago muy a menudo...me gusta.-dijo como justificándose por hacer algo así. No hacía falta que lo hiciera, me parecía algo maravilloso. Es más, podía imaginarme a Prince riendo bajo la lluvia, y abriendo sus brazos disfrutando del contacto del agua sobre su piel. Dios...¡vuelve chica, vuelve a la realidad!-me recriminé a mi misma.

-¿Me estás escuchando?-pareció haberse dado cuenta de mi mirada perdida.

-Por supuesto...sigue por favor.

Gesticulaba mucho cuando hablaba y eso me hacía más fácil entender. Su lenguaje corporal resultaba excitante.

-Aunque no había mucha luz, vi algo caer del cielo. Cayó hasta estrellarse contra el agua del río. Leo y yo fuimos testigos de tu caída. Al principio no estábamos seguros de nada. Vimos una sombra alejarse en lo alto del puente. Mirábamos el río esperando ver flotar algo, pero nada parecía querer salir a la superficie. Yo estaba casi seguro de que era una persona la que había caído, pero no veíamos el cuerpo. Empecé a quitarme las zapatillas, con intención de tirarme al agua en cuanto viese algo flotar. Leo no sabe nadar, y se puso muy nervioso, hasta que al fin gritó "¡allí Prince!" me señaló un bulto en el agua y no dudé en lanzarme.

Lo que me estaba relatando se alejaba completamente de todo lo que pudiera tener sentido para mí. Mi mente solo me había sugerido que podía haber sido atropellada por un autobús o por un camión. Yo no podía ser aquel bulto en el río, aquel cuerpo flotando en el agua...era un sin sentido para mí. Escuchaba a Prince ansiosa, por ir descubriendo la verdad. Una verdad que parecía más bien ficción.

Indigente | #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora