Capítulo 17.-Dios ebrio.

63 9 4
                                    

Brian salió de la cocina arrastrando el carrito de madera. Había dispuesto sobre él todo cuanto necesitábamos. Se acercó hasta la mesa de los sofás y empezó a descargar. Había preparado un gran plato central, mezclando varios tipos de pizza. Una ensalada con tomatitos cherry y queso de cabra. Un plato pequeño mezclando varios snacks salados y tres copas para el vino, que estaba refrescándose en un cubitera con hielo.

-¿Sólo tres copas Brian? somos cuatro.-dijo Alice.

-¿Cuatro? ¿el insecto? ¡ah! la perrita...¿ella no bebe no?-preguntó sin enterarse de nada.

Claro...se había perdido el espectáculo que el doctor Warren nos había ofrecido hacía unos minutos.

-Brian...Trufa no es el insecto. El insecto es...

No pude acabar la frase. Desde el interior de la habitación de invitados se oyó un golpe seco. El patoso cegato de Warren o había tropezado con algo o había tirado alguna cosa...aunque creo que quité todos los objetos peligrosos.

-¿Qué ha sido eso? hay alguien en esa habitación.-dijo señalando hacia la puerta.

-Sí Brian. Es el insecto del que os hablé. Es el doctor Warren. Mi psiquiatra.

La puerta de la habitación se abrió. Me esperaba cualquier cosa. Había advertido a Alice, pero no sabía si el impacto la traumatizaría. Salió por fin. Su pelo al secarse se había rizado por completo adquiriendo un volumen exagerado. Sus enormes gafas de lupa, volvían a ocultar el tamaño natural de sus ojos. Y se había puesto...¿un pijama?...¡Dios! Llevaba un pijama de algodón marrón lleno de abejitas...Ni rastro del dios griego, ni rastro de esos bíceps ni de esos abdominales, que ahora permanecían ocultos bajo todas esas abejas. Se quedó allí de pié mirando hacia nosotros. Como estábamos petrificados y no nos movíamos, igual no nos había visto.

-¿Tenemos visita Claire?-preguntó arrugando la nariz. ¡Bien! había roto el hielo y me había tuteado. Así sería más fácil. ¡Y sí que nos había visto!

-Sí, han venido mis amigos a cenar, Brian y Alice. ¿No te importa no?-pregunté.

Bajó la mirada hacia su pijama como diciendo...¿voy correctamente vestido para una cena con amigos? pero pareció no importarle.

-Ajá...tus amigos. Perfecto. Nos ayudarán en tu tratamiento express. ¡Terapia de grupo! Yo soy Warren.-dijo rascándose la cabeza.

-Voy...a por otro plato y otra copa.-dijo Brian dirigiéndose a la cocina con el gesto desencajado.

Alice no podía articular palabra. Arrugaba la frente y abría los ojos exageradamente.

-Te lo dije...-le susurré al oído.-Aunque no te lo creas, es el mismo tío de antes...

Me levanté para acercarle una butaca a Warren y que se sentara con nosotros.

-Siéntate aquí.-le dije.

-Ajá...un momento.

Volvió a entrar en la habitación y salió con un boli y un block de notas.

-Warren, vamos a cenar...no a hacer una sesión.-dije al verle la intención.

-Tu olvídate que estoy aquí. Compórtate como si estuvieras en tu casa.-dijo acomodándose en la butaca.

¡Es que estoy en mi casa! y no será fácil obviar tu presencia.

Estábamos todos un poco tensos. Teníamos que ponernos al día en muchas cosas, pero la mirada agrandada de Warren nos hacía sentir incómodos. Brian intentó romper el silencio.

-¿Te sirvo un poco de vino Warren?-preguntó mientras nos servía a nosotras primero.

-Ajá...vino...sí, pero sólo un poco...me nubla la vista.-dijo.

Indigente | #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora