Capítulo 8.-Ayudando a Alice.

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-¡Diga!-repetí al ver que no contestaba nadie.

Podía escuchar una suave respiración al otro lado del teléfono. Me imaginaba a "ojos azules" intentando decir algo.

-Solo quiero hablar contigo. No es mi intención molestarte.-sabía que quien quiera que fuese me estaba escuchando.

-¿Eres el chico de la fotografía? por favor...háblame...-le rogué.

Seguía sin contestar, pero no colgaba. Me escuchaba.

-Verás, necesito hablar contigo...puedo...quiero...
ofrecerte un trabajo.-ya no sabía qué más decirle.

Entonces colgó. ¡Oh no! ¿por qué ha colgado? en realidad ni siquiera sabía si era él. Lo único seguro es que era el número de la señora Collins.

-Claire, ¿qué está pasando?-tenía a Alice completamente perpleja.

Seguíamos sentadas en aquel banco del parque. Empecé a relatarle cómo se me ocurrió la idea de dejarle en la biblioteca la foto con mi número. Nuestro casual encuentro en el restaurante de la Estación Central, cuando volvió a aparecer como un héroe, devolviéndole la hamburguesa a la niña. Aún recuerdo sus ojos sobre los míos y cómo me sonrió. Compartimos un mágico momento, de estar los dos ayudando al mismo tiempo a la misma persona. No sé si fué el destino, pero había sido como si nuestras vidas se cruzasen por un instante. Un instante que hizo que el tiempo fluyera a cámara lenta, para luego pararse.

-¿Cómo se te pudo escapar Claire?-me preguntó Alice llevándose las manos a la cabeza.

-Fué todo muy rápido, no sé, se esfumó de repente, desapareció entre la gente. No me dió tiempo a reaccionar. Le llamé, pero ya no estaba. Fue muy escurridizo.

-Y ahora alguien te llama sin decir ni una palabra, desde casa de la anciana señora Collins, y ni siquiera sabes si es él. Podría ser un pervertido Claire.-dijo haciendo aspavientos.

-Ojos azules no es un pervertido. Es imposible. Creo que es la persona más buena del mundo. Solo le he visto dos veces, y en ambas ocasiones ha ayudado a alguien.-dije emocionada.

-No me refiero a "ojos azules", digo, que quien te llama podría ser un pervertido. Podría ser cualquiera. Esa foto con tu número, podría haber caído en manos de un loco. No sé si fué una buena idea anotar tu teléfono.-dijo preocupada.

-¿Y qué querías que hiciera Alice? ¡tengo que encontrarle! ¡no tengo mucho tiempo! esto es muy importante para mí. No quiero decepcionar a mi padre. Me pidió que le encontrara y debo hacerlo. Entraría a trabajar en la agencia "por la puerta grande" y no por ser la hija del jefe. Quiero que me valoren en la empresa.-estaba decidida a encontrarle.

-Te entiendo perfectamente. Yo me mato a trabajar en el periódico y mi jefa solo me utiliza para que le lleve cafes. ¡No me deja demostrar lo que valgo!-gritó irritada.

-Por cierto Alice...¿qué ha pasado con las entradas? ¿de verdad se las robaste a tu jefa?-ya no me parecía algo tan grave.

Después de haber dejado a Eric, después de haber reconocido por fin que era un maltratador, después de haberme enfrentado a él y haber llorado lo indecible, que Alice le hubiera quitado las entradas a una "jefa estúpida" ya no me parecía tan grave.

-El director del periódico, el señor Dean, le dió dos entradas a Rebeca, mi jefa, para que me premiara por mi trabajo. De ésto me enteré después. Ella no me las dió. Se las quedó para ella, la muy...rata.

-¡Entonces las entradas son tuyas Alice!-dije emocionada.

-Sí, lo sé ahora. Rebeca me dió un montón de papeles para que los archivara, ¡ese no era mi trabajo! ¡yo estoy en el periódico para aprender, no para que me esconda detrás de un montón de papeles! Entre ellos estában las entradas. Dudé en quedármelas o no, pero luego escuché a mi jefa Rebeca, cómo cotilleaba con el jefe de contabilidad, contándole que se iba a quedar con mis entradas. No me vieron porque yo estaba detrás de una pila de archivadores, colocando todos los documentos que ella me había dado. Así que les escuché por casualidad.-dijo encogiéndose de hombros.

Indigente | #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora