Capítulo 21.-Huyendo.

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Después de la terrible confesión que me hizo Warren, me sentí tan...avergonzada que corrí a encerrarme en mi habitación. Me lo dejé en el salón, en medio de su magistral clase de autodefensa, para esconderme entre las frías sábanas de mi cama. ¡Dios! me hubiera esperado cualquier cosa de él, pero...gay. ¡Ay no! ¿qué voy a hacer? creo que no me atreveré a mirarle a la cara nunca más. Me siento tan...¡ridícula! ¿Qué coño me pasa con los hombres? ¿No hay nadie por ahí que pueda quererme? ¡Hola! ¿Hay alguien en el mundo a quien yo pueda gustarle? ¿alguien que sea capaz de amarme? Escondía la cara en la almohada, ahogando mis descontroladas lágrimas. Suspiraba sin consuelo. Ningún hombre de los que pasaban por mi vida, era capaz de amarme...Eric, mi padre, Warren... Me sentía tan decepcionada con la vida, que se me desgarraban las entrañas. Me quedaría en mi habitación, abrazada a la almohada hasta que mi corazón dejase de latir. Quería morir ahora. Cerrar los ojos y no despertar jamás.

Llamaron a la puerta. No contesté.

-Claire...¿estás bien?-yo seguía sin contestar, no podía articular palabra.-Por favor...déjame entrar.-insistió.

Supongo que oiría mi llanto, aunque yo intentaba ahogar mis sollozos pero me resultaba imposible.

-Claire...no me hagas esto.-le oí al otro lado de la puerta.

Yo seguía sin contestar. No podía, no quería, no sabía como afrontar esta complicada situación. Me pareció que la puerta se abría pero me era imposible girarme.

-Claire...

Oí su voz dentro de la habitación. Me quedé inmovil. Me ahogaba al intentar contener mi llanto. Noté como el colchón se hundía al sentarse en mi cama, y cómo me tocó el hombro suavemente con su mano.

-Vete...-dije con suspiros entrecortados.

-No pienso irme...Claire lo siento...

-No...no puedo mirarte a la cara.-dije sin despegarme de la almohada.

-¿Por qué? oh no...eso no...si no volvieses a mirarme a la cara me moriría. Tú eres...eres la única amiga que tengo.-creo que empezó a llorar.

Eso me hizo reaccionar. Levanté temerosa la vista y le sorprendí quitándose las gafas, para poder secarse las lágrimas. Sentí un profundo afecto por él. Afecto y compasión. ¿Es posible que nunca hubiera tenido amigos?

-Claire...por...por favor...háblame.-Ahora era él el que sollozaba. Me enterneció totalmente. Hizo que mi vergüenza se transformase en lástima.

Me coloqué en un lado de la cama y él me miró sorprendido. Le estaba invitando a tumbarse a mi lado. Mi gesto le hizo llorar más.

-¡Oh gracias! gracias...gra..cias.-dijo entre sollozos tumbándose junto a mí.-Gracias por no rechazarme...

-Jamás podría rechazarte Warren...¡si he estado a punto de enamorarme de tí!-dije intentando sonreír.

-¡Oh Claire! puedo...¿puedo abrazarte...?-dijo mirándome a los ojos.

No le contesté. No me dió tiempo. Nos fundimos en un espectacular y tierno abrazo. Fue la cosa más extraña que había experimentado jamás. No sentía pasión ni deseo por él. Después de su confesión mis sentimientos se habían convertido en un inexplicable e inmenso cariño hacia él. No podía compararlo ni con mi amistad con Alice. Era algo incluso más fuerte. Una unión entre un hombre y una mujer, sin necesidad de sexo. Nunca me había sentido tan libre como en ese momento.

-Lo siento Warren...yo no...-me costaba expresarme.

-¡No! no lo sientas...es culpa mía...siempre es culpa mía...alejo a las personas de mí...no valgo nada.-dijo sin parar de llorar.

Indigente | #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora