Capítulo 12.-Información comprometida.

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Había mucha niebla. Apenas podía divisar nada entre ella. Era de noche y la oscuridad del bosque se cerraba sobre mí. Veía a lo lejos la luz del castillo. Debía intentar llegar hasta allí. Podía escuchar esa dulce voz que me llamaba...
"Claire....Claire...." Mi príncipe aguardaba desde la torre mi llegada. Yo me debatía en la noche, atravesando la niebla y pisando la hojarasca que me acompañaba con su crujiente melodía. Entonces las oí. Parecían ser cientos, quizás miles. Oía sus patas sobre las hojas muertas. Corrían hacia mí en una persecución sin tregua. Tenía que llegar al castillo...mi príncipe seguía llamándome...esperándome... Empecé a correr. Mi respiración acelerada agitaba mi corazón. Entonces sentí un terrible dolor en la pierna. No podía gritar. Abría la boca y no salía sonido alguno. Caí al suelo y me giré. Una enorme rata se había enganchado con sus dientes a mi pierna. Sus ojos rojos me miraban. Un ejército de ellas se aproximaban veloces hacia mí. Invadieron mi cuerpo y me sepultaron bajo ellas, mordiéndome por todas partes, mientras la impotencia se apoderaba de mí, al no poder gritar por mi muda garganta.

-Claire despierta...-oí en la lejanía.

-¿Mamá?-pregunté insegura de lo que estaba pasando.

-Has tenido una pesadilla. Te revolvías en la cama inquieta y parecías querer gritar, aunque no decías nada.-dijo mi madre secándome el sudor de la frente.

-Cuidado mamá...me duele el corte.-dije cuando rozó sin querer el vendaje.

-¿Estás bien cariño?-preguntó preocupada.

-Sí mamá...solo ha sido una pesadilla. ¿Qué hora es?

-Son las cinco de la madrugada.-dijo con cara de sueño.

-Lo siento mamá, no quería despertarte.-me disculpé.

-No pasa nada. ¿Quieres un poco de agua?-me adivinó el pensamiento. Tenía la boca seca.

-Sí por favor.

-Voy a por una botella. Creo que al final del pasillo hay una máquina. Enseguida vengo.-dijo cogiendo el monedero del bolso.

Mi madre salió de la habitación. Deseaba que no tardara, estaba muerta de sed. Estaba semi oscuro porque la luz del techo estaba apagada. Solo habíamos dejado una luz indirecta que salía de detrás de un plafón. Se abrió la puerta de nuevo.

-¿Ya estás aquí? qué rápido.-dije saboreando ya en mi mente, el agua fresca bañando mi garganta.

-Sabía que me echarías de menos.-me paralicé.

¡Dios era Eric! Giré como pude mi encorsetado cuello. Allí estaba, de pié, junto a la puerta, en la semi oscuridad. ¿Estaba soñando? Me pellizqué la pierna bajo las sábanas, me hice daño, estaba despierta y él seguía allí.

-Eric déjame en paz...¡sal de mi vida yá!-cerré los ojos.

Cuando los abrí ya no estaba. Vamos Claire...¿ha sido una alucinación? ¿que íba a hacer Eric aquí a las cinco de la mañana? No...le he visto, yo sé lo que he visto. ¿Es posible que el golpe en la cabeza me haga desvariar?

-Ya estoy aquí.-dijo mi madre entrando con la botella de agua en la mano.-Qué raro...juraría que había cerrado la puerta al salir.

Ahora estaba segura. Eric había estado en la habitación.

**************

-Quiero irme a casa.-le dije al día siguiente a la doctora cuando pasó a visitarme.

-Aún se va a quedar un día más señorita Parker. Tiene un pequeño derrame interno, que aunque diminuto, quiero seguir observando. Si todo va bien mañana por la tarde le daremos el alta.-dijo la doctora haciendo unas anotaciones en un bloc.

Indigente | #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora