Capítulo 29.-El mundo de Prince.

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"Corría bajo la lluvia. El puente no parecía acabar nunca. Alguien me perseguía, no podía verle la cara pero casi notaba su respiración en mi nuca. Estaba muy alto y me daba vértigo mirar hacia el río, pero no pensaba dejarme alcanzar. Si era preciso saltaría. El agua mojaba mi piel y mi ropa y eso ralentizaba la velocidad de mi huída. Mi respiración entrecortada se combinaba con mi pulso acelerado. Corría y corría como un animal indefenso huyendo de su depredador. Entonces tropecé y caí al suelo. Ocurrió lo que esperaba...la fiera se abalanzó sobre mí. Sus colmillos afilados querían clavarse en mi piel pero yo me defendía con uñas y dientes. Conseguí zafarme de sus garras y subirme a la barandilla. Observaba esa sombra oscura y oculta que quería volver a atacarme. No lo íba a permitir. Antes volaría como una gaviota hacia un destino incierto. No sé si era humano, animal o sombra siniestra, solo sé que quería matarme. La bestia alargó su zarpa hacia mí y entonces...salté. El vacío me estaba esperando para acogerme en sus dulces manos. El viento me masajeaba todo el cuerpo saludándome con sus caricias. Pero el río no íba a ser tan cariñoso conmigo. Esperaba que me recibiera con un duro golpe".

-Lluvia...

Abrí los ojos. Volví a la realidad de aquel cómodo sofá. A la dulce realidad de los ojazos de Prince sobre mi rostro, despertándome. A la realidad de su sonrisa, de sus gestos descarados, del contacto con su piel, al recuerdo de su espectacular y a la vez delicado cuerpo desnudo, de su sencillez y su bondad. A la única realidad que yo conocía o recordaba. Una bella realidad que ya me había hecho olvidar las sombras de mi sueño.

-Hola...-dije desperezándome.

-Hola...-contestó sonriente.

-He despertado.

-Sí, lo has hecho. Pero has tardado en abrir los ojos, he estado a punto de besarte bella durmiente-. Dijo con un raro atrevimiento para él.

-¿En...serio? Quizá debía haberme hecho la dormida-ahora la atrevida era yo. Solo conseguí que nos sonrojáramos los dos.

Prince estaba tumbado junto a mí. Muy cerca...mucho más cerca que cuando nos dormimos. Parecía no querer dejar de mirarme. Me hablaba con la mirada y con sus labios sonrientes. Me decía cosas maravillosas que yo imaginaba en mi mente. De momento me conformaría con lo que sus ojos me decían, a la espera de que de su boca, algún día salieran bellas palabras para mí.

-¿Has dormido bien?-preguntó al fin.

-Creo que sí. Aunque un extraño sueño en el que alguien me perseguía por un puente, me ha hecho despertar.

-¿Te perseguían por un puente? Pueden ser recuerdos Lluvia. ¿Le viste la cara?-preguntó.

-No. Es que era mitad hombre mitad bestia, o algo así como una sombra oscura-dije intentando recordar.

-Vaya...entonces está muy claro-dijo con una extraña seguridad.

-¿Qué está claro Prince?-pregunté extrañada.

-Pues que la persona que te atacó era un "animal sin alma". Por eso la mezcla de persona, animal y oscuridad. El chamán me enseñó a interpretar los sueños, pero en palabras más sencillas te diré que te atacó un hijo de puta-dijo dejándome las cosas más claras.

-Vale...te agradezco tu explicación, tiene sentido. Pero hay una cosa que no entiendo Prince... ¿Por qué? ¿Qué cosa horrible habré hecho para que alguien quiera matarme? Quizás yo...sea peligrosa. A lo mejor...he matado a alguien.

Prince levantó una ceja y me miró con cara de asombro. Seguía recostado a mi lado y había apoyado el codo en el sofá, para sujetarse cómodamente la cabeza y mirarme desde una posición un poco más alta.

Indigente | #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora