Entramos al bar, nos sentamos cerca de una ventana, el lugar está lleno. Hay música en vivo, en este momento cantan "Demons de Imagine Dragons" la voz de la mujer morena que canta se escucha mejor. La hace sonar de una manera más acústica. Me relajo en el asiento enfrente de Jarec.
¿Qué puedo preguntarle?
- La cerveza la pago yo. – digo poniendo los brazos sobre la mesa para hacerme parecer interesante.
Jarec solo se limita a sonreír, divertido.
- Ammm, el paseo en moto fue divertido. – empiezo por comenzar una conversación cuando el mesero se acerca a la mesa a pedir la orden.
Yo pido las cervezas y este hombre con su voz y esa manera de hablar hacen que me pierda en el medio de su voz y su perfil perfectamente delineado.
Oh.
Ya entiendo.
Jarec Reed te atrae para poder besarlo, ¿acaso no fue lo que siempre quisiste hacer desde los diecisiete años?
Acéptate.
Tal y como eres debes de empezar a quererte.
- ¡Zac!
Su voz fuerte y potente me saca de mis pensamientos.
- ¿Estás triste por tu chica? Vamos, eres joven, todavía te queda un largo recorrido por saber qué es lo que en verdad deseas. – su forma de hablar, da miedo, parece querer convencerme de algo.
- ¿Cuántos años tienes?
- ¿Seguro que quieres hablar de eso?
- Sí.
- Creía que necesitabas desahogarte por lo de tu chica, lo que hizo fue una bajeza. – lo ultimo lo dice con una mueca de disgusto.
- Esta mañana logre verte, salías del local de mis padres.
Una mujer madura y hermosa de melena castaña con un vestido carmesí, se dejo caer en el asiento contrario de Jarec, le sonrió de una manera tan coqueta, posando su delicada mano sobre sus anchos hombros, a cualquier hombre, una mujer como ella y con esa sonrisa y miradas seductoras que le propinaba a Reed hubiera derretido a cualquiera.
- Querido, te he extrañado. – su voz es demasiado melosa y sexy.
Pensé que a este tipo de mujeres solo se encontraban en Hollywood.
- Emily – le besa las mejillas con sumo cuidado, y toma sus manos entre las de él -. Querida, ¿cómo está la mujer más talentosa de la moda?
La boca me cayó hasta el suelo.
¡No puedo creer que este enfrente de la modelo Emily Roberts! Su carrera como modelo empezó a los dieciocho años de edad, y hasta hace cuatro años se ha mantenido como el rostro Magazine de Arizona, con su tan corta y poca edad de veintinueve.
Un momento.
¿Qué edad tendrá Jarec?
- ¿Qué dice este guapo chico? – La mujer apoya con una delicadeza sus codos sobre la mesa y me mira con ojos tiernos y simpatía.
¡Mierda! Lo pensé en voz alta.
Y está claro que no le gustan los chicos de mi edad. Mientras tanto, Jarec Reed empieza a reír abiertamente y divertido. Ensimismado, verlo tan relajado y riendo hace que una sensación extraña recorra mi pecho y descienda hasta mi estomago, mirarlo, sus dientes blancos alineados, y esas arrugas que se hacen en el contorno de sus ojos...
Pierdo la cabeza.
Una cálida mano me regresa a donde estoy.
- Te presento a un amigo, Zac Pearson. – empieza por presentarme a su hermosa amiga.
Extiendo la mano y le doy un apretón de manos.
- Tú ya debes de saber quién soy yo. – juntando sus labios rojos, me avienta un beso.
Me sonrojo.
- Tu nueva conquista es muy guapo.
Abro los ojos como platos. Jarec deja su cerveza con toda la calma y mira por encima del hombro a Emily.
- ¿Quieres una cerveza?
- No, guapo. Tengo que cuidarme, me pase por aquí para invitarte a mi próxima pasarela, en un mes. Los Ángeles. Tengo que verte por ahí, eres mi mejor amigo y mi mejor amante. – inclinándose, le da un casto beso en los labios. – igual te marcaré y nos mantendremos en contacto, para que no lo olvides. Mi gira empieza dentro de dos días, hoy es mi última noche por aquí y es un milagro que te encuentre, siempre te encuentro tan ocupado, que me sorprende mirarte.
Aquel hombre, asiente y responde:
- Sin lugar a dudas estaré ahí para ti.
- Ya sabes a donde llegar y puedes hacer uso de la casa el tiempo que quieras.
Sin embargo, yo, un simple espectador de aquellos dos individuos que saben lo peligrosamente guapos que son. Mostrando su indiferencia al mundo exterior, mientras que Zac Pearson, prefiere quedarse en casa escondido debajo de un libro.
Bobadas.
- Ah, una última cosa – volviéndose sobre sus tacones de aguja, dice por encima del sonido con su voz cantarina -. Este chulo caballero, tiene que ir contigo. Y asegúrate de que no lleve esos enormes anteojos; no dejan mirar bien sus expresivos ojos.
Empiezo a sentir como la sangre se arremolina a mis mejillas.
Tomo la cerveza y me la llevo a los labios con tal de esconder mi rostro.
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La fuerza del amor
Teen FictionLo observo detenidamente, es un hombre guapo y delgado, el color de su cabello negro azabache, nariz pequeña y su boca... exquisita, el labio inferior carnoso y de un rojo intenso. Mando callar a mi subconsciente, no seré hipócrita, siempre eh queri...