Salgo a la superficie.
El agua esta de maravilla, fría como para este tiempo tan caliente, me sorprende que me lleve a un lugar verde, con césped y liquido fluido, es que en esta ciudad no hay nada más que desierto, tierra, polvo y más arena-tierra.
Es increíble, este hombre hace que entre en tan confianza con él. No sé qué me pasa. Enciende una sensación indescriptible en mi interior, jamás había sentido esto. Siento ganas de gritar, pero a la vez de vomitar y escupir todas esas emociones.
Ploop.
Ha entrado al agua, salpicándome en la cara, cierro los ojos por el líquido que acaba de entrar a ellos, cuando los abro, esta a escasos centímetros de mí.
Miro su boca. Quiero morder ese labio inferior carnoso.
- Oye, sabes sobre mis preferencias, ¿cierto?
- Emmm... perdón, ¿qué dices? – su voz hace que salga del trance.
- Tú ya sabes que yo soy... bueno, ya sabes. Tengo otros gustos, no me gustan las chicas. – la seguridad e inmovilidad de su rostro, me estremece.
¡Para ya! Tú no eres así. Sigue creando tus barreras.
Tengo que esconder mis sentimientos, ser frio, las personas no saben valorar lo que haces por ellos.
- Creo saberlo.- contesto.
- Bien, es bueno dejarlo en claro. – me guiña un ojo, y se voltea para nadar.
Cuando da la vuelta, miro en su espalda baja, al costado izquierdo; que tiene otro tatuaje, son unas letras.
- ¡Yo también tengo algo que decirte!
- ¿Qué pasa? – volviéndose a mí.
- Me gustas.
Veo como abre los ojos de par en par. Pero no eh terminado.
- Me agradas. Digo... me gustas, porque es agradable estar contigo. - ¿será bueno decirle que tienes ganas de besarlo?
No.
Claro que no es buena idea.
Sin embargo...
- Tengo la imperiosa necesidad de besarte... lo siento, este... yo... yo jamás eh besado a un hombre.
Empiezo a sentir como mis manos empiezan a sudar, a pesar del agua, siento como transpiran. La sangre corre de inmediato a mi cara. Poniéndome como un tomate.
Él. Con su escudo que no parece reflejar nada, me toma de la cara, centímetro a centímetro, acercándose a mi boca. Puedo sentir su aliento, puedo... puedo sentir su pecho, pausado, relajado sobre el mío, subiendo y bajando a una velocidad máxima,
Miro sus ojos castaños oscuros, en los míos. Por instinto, cierro mis ojos, y dejo que me lleve a ese lugar entre sus labios sobre los míos. Lo tomo por su cintura, aferrándome más a su cuerpo fuerte y musculoso, mi erección esta frotando contra la de él.
Es un beso, suave, cálido y seguro, como nadie jamás me ha besado nunca. Exquisito; puedo tocar las estrellas y regresar con un puñado de ellas; lento y sensible. Su lengua contra la mía hace que suelte un gemido por lo bajo, presionándome contra su rígido cuerpo.
En ese momento, un escalofrió recorre mi espalda y lo empujo.
Alejándolo de mi cuerpo.
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La fuerza del amor
Teen FictionLo observo detenidamente, es un hombre guapo y delgado, el color de su cabello negro azabache, nariz pequeña y su boca... exquisita, el labio inferior carnoso y de un rojo intenso. Mando callar a mi subconsciente, no seré hipócrita, siempre eh queri...