La desterrada › Old Magcon

6. Día tres: Jack Johnson.

—Okey, esta vez está todo planeado, no debes preocuparte, recuerda, no llores, siempre con la frente en alto, firmeza y seguridad en tus palabras.

Íbamos entrando a la escuela junto a Dustin mientras él me daba instrucciones de como mostrarme frente a mi próxima opción: Jack Johnson.

—Aun no entiendo por qué quieres ayudarme— mencioné viendo a ambos Jack hablar en el pasillo principal.

—Sólo piensa que yo fui ese tipo de persona que quiso escuchar las dos versiones de la historia, ahora ve, yo estaré cerca por cualquier cosa. Suerte— respondió dándome un pequeño empujoncito.

Avancé a paso lento hasta llegar junto a los dos Jack's que hablaban muy animados. Al percatarse de mi presencia la escena se hizo silencio y Gilinsky me miró con desprecio.

—Johnson, necesito hablar contigo— hablé segura.

—Vamos Jack— dice Gilinsky dando un paso— tenemos cosas que hacer.

—No, tenemos que hablar— tomé a Johnson de la muñeca— si quieres puedes irte tú— espeté.

—Tranquilo— dice Johnson— puedo solucionar esto.

Gilinsky resopló. Definitivamente él sabe que escogí a Johnson porque es un blanco fácil para mí.

— ¿Qué quieres? — habla Jack calmado.

—Jack... soy inocente— Alzó una ceja confundido. — Tú más que nadie sabes que no tuve nada que ver con Aaron por que fuiste mi mejor amigo.

No respondió.

—Nuestras madres eran amigas, siempre estábamos juntos, eras como mi hermano...— siguió sin responder, estaba totalmente perplejo ante la situación— Jack, tú sabes perfectamente que yo no hice eso, y mucho menos a los 13 años y además con uno de mis amigos, sabes perfectamente cuanto quería a Sam.

— ¿A qué quieres llegar con todo esto? — habló al fin.

— ¿Que no te das cuenta? Quiero recuperarlos, estoy demostrando que en realidad no los odio y si en algún momento reacciono mal es porque me invade la frustración de que no estén conmigo ni me crean.

—Quisiera creerte... pero no tienes pruebas para justificar lo que hiciste— dijo por último y se fue.

No quise le insistir más para que no terminara en algo peor. Pero de pronto una última frase vino a mi mente.

— ¡Mi mejor amigo hermano es el mejor del mundo! — grité viéndolo alejarse y sé que le dolió tanto como a mí, porque era nuestra frase desde pequeños.

La mochila que traía en mi hombro derecho resbaló hasta tocar el suelo y cuando sentí que mi cuerpo se volvía pesado me preparé para caer, pero uno brazos me atraparon.

— ¡Mack, Mackenzie! ¿Estás bien?

—No quiero seguir viviendo, Dustin— susurré antes de cerrar mis ojos.

—Pensé que te morías luego de lo último que me dijiste— murmuró Dustin besando el dorso de mi mano.

—Bueno, no estoy muerta... así que no te preocupes. Gracias por todo.

—No es nada.

— ¿Cómo soportas lidiar conmigo y mis problemas? Especialmente hoy, esto de que me allá desvanecido es una tontería.

—Recuerda que la doctora dijo que era el estrés, no una tontería. Y, primero, no es que tenga que lidiar contigo porque yo me acerqué a ti y segundo no fui el único que te ayudo.

—Por favor, aquí a nadie le importo excepto a ti... ni si quiera estoy segura de que si te importo. — me crucé de brazos sentándome en la camilla.

—Eso nunca lo dudes Mack, me importas y me preocupas.

Vimos a la enfermera acercarse hasta nosotros.

—Okey Mack, debes tomarte un comprimido en ayuna y otro antes de dormirte ayudaran a estabilizar tu animo— explicó y le entrego una caja de medicamento.

—Gracias por todo— dijimos con Dustin y salimos de enfermería.

—Como decía, no le importó a nadie más que a ti.

—No lo creo Mack.

— ¿Por qué? — me detuve.

—Esta es una buena noticia.

—Ya dímelo.

—Cuando llamé a tu madre me aparté para hablar con ella y de pronto vi que Matt llegó hasta la enfermería y le pregunto a la señora Perkins como estabas. Ella le respondió que estabas bien, le explicó lo que sucedió y luego él le pidió que no te mencionara nada sobre lo que hablaron, ni a mí.

Quedé totalmente sorprendida con lo dicho.

—Entonces... si le importo.